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Cowboy Junkies, los viejos vaqueros nunca mueren

Fecha: 11 de Noviembre de 2011

Lugar: Teatro Fernán Gómez (Madrid)

Discreción. Mucha discreción es la que ha marcado siempre la senda de este grupo de vaqueros. Recién cumplido el cuarto de siglo en la carretera, Cowboy Junkies han conseguido mantenerse en el alambre sin apenas hacer ruido, evitando frontalmente cualquier coqueteo con el estrellato. Con esta filosofía, el cuarteto formado por los tres hermanos del clan de los Timmins y el bajista Alan Anton ha logrado poner ya en las tiendas más de una veintena de referencias sin tener por ello que suplicar a ningún sello o discográfica.

Su último reto lleva por nombre The Nomad Series y les ha embarcado en la tarea de grabar cuatros discos en tan sólo 18 meses. Es su antídoto contra la pereza de la madurez, su intento por seguir demostrando que sigue valiendo la pena hacer música en estos tiempos de crisis. Con tres entregas ya sobre la mesa, los cuatro músicos (al que se les une en sus conciertos Jeff Bird, colaborador habitual de la banda) se dedicaron a presentar gran parte de estas nuevas canciones en su paso por el madrileño Teatro Fernán Gomez.

Abrió la veda Sing In My Meadow, composición que da título a su recién estrenado trabajo, en el que la banda se sumerge en los terrenos inéditos del blues pantanoso y el rock ácido. Una terapia guitarrera que superan con nota. Canciones como A Bride’s Price y Continental Drift dieron buena fe de ello. Claro que hay que admitir que su especialidad siempre fue el folk susurrante cuando no el country y el blues más reposado. I Cannot Sit Badly By Your Side fue la primera muestra en la noche del viernes; a la que le seguiría See You Around, una de las versiones incluidas en el disco que la banda ha producido en homenaje a su amigo Vic Chesnutt, fallecido en 2009.

Con la voz de Margo Timmins comandando sobre el escenario, tendría que ser la interpretación en clave acústica de Renmin Park la encargada de tomar definitivamente el pulso a la banda. Folk de aires fronterizos a lo Ry Cooder y blues esquelético, con el que el grupo cerraba su particular repaso a su producción mas reciente. A partir de este momento The Trinity Sessions protagonizaría gran parte del resto de la velada. Disco de culto de finales de los ochenta, su country de aires lo-fi convirtió en 1987 a los Cowboy Junkies en uno de los primeros grupos de lo que vino a llamarse Americana Music, condenando al mismo tiempo al resto de su extensa discografía al olvido.

No parece importarles esto mucho a los miembros de la banda, que atacan su particular lectura del Sweet Jane de la Velvet con la inocencia de la primera vez. Hipnótica Margo Timmins, la emulación de Lou Reed daba paso a Misguided Angel, en la que la cantante nos hizo recordar por momentos a otras voces femeninas de los noventa como Beth Gibbons (Portishead) o Mimi Parker (Low). Una cátedra de sencillez que tuvo su contrapunto inmediatamente con Working On A Building, en el que los músicos, liberados por fin de las ataduras de la melodía, demostraron su oficio con el blues y el jazz por bandera. Y, de paso, hicieron valer su condición de nombre destacado dentro de esta última edición del Festival de Jazz de Madrid.

Todavía quedaría tiempo para otra reinterpretación, esta vez del Don’t Let It Bring You Down de Neil Young, antes de desaparecer del escenario. También para la vitalista Wrong Piano y el blues pantanoso de Walking After Midnight, que hicieron las veces de bises y bajaron definitivamente el telón de la sala. Convertida Madrid en otra parada más dentro de ese viaje sin descanso de la banda, Cowboy Junkies recogieron los bártulos para seguir recorriendo las carreteras secundarias de la industria. Con paso lento pero seguro, alejados de los flashes y las grandes plazas. Quizás por ello han logrado cumplir 25 años sin perder un gramo de honestidad. Que dé un paso al frente quien pueda decir lo mismo.

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