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BAND OF SKULLS – HIMALAYAN

En el camino que han recorrido hasta aquí Band of Skulls, nos han dado un debut fascinante y prometedor y un segundo álbum que, evolucionado a pasos cortos pero seguros, mantiene el nivel como una producción de gran calidad. Con Baby Darling Doll Face Honey y Sweet Sour nos regalaron un grupo de canciones de influencia bluesera, directas, con riffs sencillos pero de mucho ritmo, atrayentes y adictivos, así como con las progresiones más melódicas de sus canciones más lentas. Sin embargo, en este ya tercer largo titulado Himalayan, pese a contar con cortes interesantes, ese buen ritmo que llevaba el trío se ha topado con algunos trompicones. La música del grupo se presenta más evolucionada con composiciones más intrincadas y profundas, pero una parte más tediosa del mismo hace que no se consiga un conjunto del todo sobresaliente.

Himalayan es un disco correcto que sigue una línea natural dentro de la trayectoria del grupo, pero que por momentos da la sensación de perderse en tierra de nadie. Esta tierra de nadie está entre una fuerza más experimental que, salvo en algunos momentos en los que el grupo brilla de verdad, no termina de convencer y una continuidad desde el sonido de sus otros discos, que convence aún menos. El principal problema del álbum es, por tanto, la falta de personalidad. Ésta a veces se pierde en favor de esa experimentación, que puede entenderse como una evolución y por tanto sí vale la pena, y otras sin ninguna excusa, dando como resultado canciones más convencionales y aburridas que podrían ser de cualquier otro grupo del espectro indie-rock-blues. A este grupo pertenecen, por ejemplo, Hoochie Coochie o Brothers and Sisters. Otro grupo de canciones es el de las que parecen ser un quiero y no puedo: no es que sean un disparate sin rumbo, sino que son buenas canciones que sin embargo suenan faltas de inspiración, canciones potencialmente explosivas pero en las que el grupo no termina de encender la mecha (hablamos de I Feel Like Ten Men, Nine Dead and One Dying o Heaven’s Key). Otras simplemente carecen de vida, como You Are All That I Am Not, que parece pretender ser una nueva Fires pero que más allá de un disfrute momentáneo no consigue atraparte de la misma forma ni llegar al mismo nivel, o Get Yourself Together, que no es nada reseñable.

En una primera escucha deja un poco frío, ya que las composiciones son más lineales y menos llamativas, van a necesitar de varias escuchas para entrar más. Se dejan más de lado los riffs de guitarra de ritmos con más groove para sumirse en un estado más neutro e intentar transmitir más con el ambiente (uniforme en general), en lo que la producción va a jugar un papel importante y que no va a dejar lugar a mucha sorpresa. Por supuesto, en este sentido hay excepciones, como la genial en todos los sentidos Cold Sweat, que de una melódica profundidad pasa a una inesperada vorágine de sonido que parece como si se hubiese abierto un agujero negro. El juego de contrarios crudeza-melodía que era parte de la personalidad del grupo lo vamos a encontrar menos en Himalayan, con intentos que no terminan de funcionar y no convencen, como Brothers and Sisters.

En el lado de lo que vale la pena (y bastante, de modo que duele que lo que lo complete no sea del mismo nivel), comenzamos con Asleep at the Wheel, el tema que abre el disco, cruda y directa, un nexo perfecto entre Sweet Sour y este Himalayan. Un ritmo renqueante y un sonido más duro que en su estribillo termina recordando a Black Sabbath, unido a una segunda mitad brillante hacen de ella un single perfecto, así como una evolución cronometrada y prometedora. Himalayan mantiene el nivel así como una reminiscencia del pasado álbum, otra vez con ese ritmo renqueante al que se une un estribillo pegadizo y atractivo a la par que inquietante. En la segunda mitad, más lineal y monótona, son reseñables I Guess I Know You Fairly Well, que invierte el esquema de Brothers and Sisters pero da como resultado una canción mucho más notable (aunque hubiese brillado más como una canción completamente en el tono de balada, algo que en Himalayan falta); Toreador, con un ritmo adictivo y nuevas y más oscuras sonoridades; y la mencionada Cold Sweat. También es reseñable Nightmares, que ya pudimos escuchar hace tiempo, con un sonido cercano a los primeros Black Rebel Motorcycle Club.

Himalayan es un disco uniforme pero a la vez con muchas irregularidades, anclado a un nivel inferior al que nos ha acostumbrado el grupo y con contados temas que se nos queden en la memoria tras llegar a su fin. Le sobra, por tanto, uniformidad y más heterogeneidad, que si se va a dar un paso más alejado del rumbo que se llevaba aporte el suficiente número de razones para justificarlo. Sin embargo es de apreciar este nuevo paso del grupo con una evolución interesante, y aunque a veces la sobreproducción canse un poco, hay que admitir que es un disco bien defendido, en el que el grupo sigue sonando con ritmo y fogosidad, y en consecuencia un disco que vale mucho la pena por algunas canciones y que se puede disfrutar por las otras aunque sean más convencionales o menos reseñables. Cada miembro está en su sitio, y ello hace confiar en que, una vez dado este paso más contundente, en un futuro álbum el grupo se encuentre más cómodo y encuentre la chispa que en ocasiones se ausenta en Himalayan.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10

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