Tengo que empezar la crítica reconociendo mi miedo a que continuara la mala racha, del no lo olvidemos, ya octogenario Clint Eastwood. Y es que llevaba casi dos décadas dando obra maestra, tras obra maestra (antes era algo más irregular, pero con grandes aciertos como Bird 1988), hasta que nos sorprendió (para mal) con Más allá de la vida (2010). Antes ya había dado muestras de cansancio con la menor Invictus y aunque J. Edgar no estaba mal del todo, Jersey Boys era bastante densa.
Ya desde que se supo de qué iba a ser su nueva película se notó que era algo más ambiciosa que sus proyectos anteriores.
Una persona sencilla del sur de Estados Unidos, interpretada por Bradley Cooper (más comedido y mejor que nunca), es educado en el patriotismo y decide alistarse en los marines tras ver por televisión el atentado del 11 de septiembre.
Comienza a destacar como gran tirador y su misión es proteger a sus compañeros en las incursiones en territorio enemigo. Al mismo tiempo tiene que seguir con su vida y para alguien con tantas responsabilidades y enemigos no es fácil.
Eastwood continúa radiografiando su país, algo que ha hecho en toda su filmografía, pasando por distintas épocas, grupos sociales, o hechos históricos. Y lo destacable está en que para alguien con una opinión política tan marcada, consigue no ser unidimensional en su cine. Incluso en una película sobre la guerra, un género muy propicio a proclamas y mensajes patrióticos consigue hacer una defensa del héroe clásico y al mismo tiempo dotarle de sombras e inseguridades.
El protagonista va y viene de la guerra, en los distintos permisos, y empieza a confundir cual es la vida real. Tiene que tomar constantemente decisiones difíciles, pero no sabe asumir responsabilidades personales.
Lo que sí está claro es que es su mejor película desde el gran año 2008, donde estrenó El intercambio y Gran Torino.
Larga vida a uno de los pocos grandes clásicos americanos que siguen haciéndonos disfrutar en el cine.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6,5/10
