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Rivalidades entre bandas: Cuando la música se apaga y comienzan los insultos

La música no deja de ser un ambiente muy competitivo y a veces hemos sido testigos históricos de grandes broncas entre bandas, cruces de insultos e incluso juicios por este tipo de situaciones tensas.

Hace relativamente poco pudimos leer que Mark Kozelek (Sun Kil Moon) había escrito una canción dedicada a la banda War on Drugs, que se titula War on Drugs: Suck my cock. En realidad, no se puede ser ni más explícito ni más directo a la hora de mostrar odio hacia una banda, aunque posteriormente pidiera disculpas. El fuego ya estaba ardiendo…

Esto no es un hecho aislado. Repasamos las mejores peleas de nuestro tiempo, que son unas cuantas:

Creemos que en primera posición se la tienen que llevar dos formaciones antagónicas: La guerra entre Blur y Oasis debería aparecer en los libros de historia de Reino Unido. Ambos líderes han sido siempre unos deslenguados y sendas grupos comenzaron a despuntar en años similares. Todo era parte del movimiento britpop, pero era casi delito que te gustaran las dos bandas en el mismo espacio de tiempo. Y claro, publicaciones como la NME se frotaban las manos ante este tipo de desencuentros denominando a este fenómeno La batalla del Britpop.

Los números en ventas se asemejaban y tantas tensiones provocaron que entre Oasis y Blur se regalaran todo tipo de piropos, aunque según se comenta la guerra se desató en 1995 cuando Noel increpó a Damon en una fiesta. Tal era la rivalidad que incluso se espiaban los lanzamientos para ver quién vendía más en los primeros días y cuál de las bandas tenía mejor acogida. A día de hoy, Noel y Damon tienen buena relación a todos los niveles.

Otra de las broncas sonadas en los años 90 fueron las mantenidas por The Verve y The Rolling Stones. Cuando el brit pop hacia aguas, llegaron Richard Ashcroft y los suyos y nos trajeron una canción revolucionaria: Bitter Sweet Symphony.

Sin duda, la canción venía de otra galaxia: Era perfecta. Pero claro, tenía un defecto: La canción ya estaba creada en los años 70 por The Rolling Stones. Lo peor vino cuando el hit de The Verve se hizo mundialmente conocido y vieron la parte económica de todo este embrollo. Tras verse la cara en los tribunales, ganaron The Rolling Stones alzándose con el 100% de los derechos de la canción. Por supuesto, Richard no puede ni oír hablar de Mike y Keith y si habla de ellos, no es precisamente para alabar su música, salvo por crear The Last Time, que es la famosa canción de la discordia y que según él «lo mejor que han hecho The Rolling Stones«.

Otros británicos que tampoco se han tenido mucha estima han sido Robert Smith (The Cure) y Morrissey (The Smiths). El de Manchester lleva tachando toda su vida la música de The Cure con adjetivos como cursi y blanda mientras que Robert Smith no soporta las doctrinas de Morrissey. Esta batalla sigue abierta 30 años después y no tiene pinta de que mejore.

En la actualidad y con el auge de las redes sociales, las batallas dialécticas son todavía más interesantes y a tiempo real. Realmente discutir en Twitter es como discutir con la ventana abierta:  Todo el mundo lo puede oír y más si superar el millón de seguidores.

Una muestra del mal uso de las redes sociales lo protagonizaron la siempre polémica Azealia Banks y la cantante de Marina and the Diamonds, aunque la primera ya ha tenido diversos encontronazos con otras bandas como Disclosure o Lilly Allen. Marina comentó que la autora del famoso Harlem Shake no tenía personalidad salvo en Twitter a lo que Azealia comentó que se callara, además de cruzarse indirectamente algunos insultos.

Dos de los grandes nombres del siglo XXI están completamente enfrentados: Jack White no soporta a The Black Keys y además, es un sentimiento mutuo y va mucho más allá de una competición por el número 1: Hay razones personales y privadas en todo esto ya que Jack mencionó a Dan Auerbach en un e-mail a la que ahora es su segunda ex mujer, Karen Elson y esos e-mails vieron la luz gracias a la publicación TMZ.

En el contenido de uno de esos correos ponía que quería sacar del colegio al que iba el hijo de Jack y Elson porque iban al colegio del hijo del cantante de The Black Keys y no les agradaba la idea de qu compartieran pupitre. Por supuesto, la batalla comenzó y Patrick Carney, batería de la banda de Akron y conocido por sus conflictos en las redes sociales por atacar a otros cantantes (adora increpar a Justin Bieber y le apoyamos en la causa) no tuvo reparos en insultar al cantante de Detroit y descalificando su música.

Aunque finalmente White decidió mitigar el asunto e intentó disculparse, dudamos que compartan proyectos en común a corto plazo porque parece que ambos bandos disfrutan con la polémica.

De todas formas, Jack White no es la primera vez que critica abiertamente a alguien de su gremio: En una ocasión dijo que si Amy Winehouse viviera, Lana del Rey no sería nadie. La coincidencia es que Dan ha colaborado en la producción de Lana así que esta historia es un círculo vicioso que no tiene pinta de finalizar.

Pero Lana del Rey también es blanco de las guerras. Antes de que la cantante sacara disco ya era famosa y en esta ocasión la discográfica DFA, que se dedica a remixes de nombres como M.I.A o The Chemical Brothers dijo que todo lo que rodeaba a esta chica era hype y efímero y que no soportaban la idea de que fuera actuar en el conocido programa Saturday Night Live con tan poca trayectoria. La cantante no contestó a este ataque pero nunca se ha callado sobre lo que opina acerca de la industria musical.

Pero este ataque es posterior al que hizo la cantante de Girls sobre el mismo tema: Expresó abiertamente dirigiéndose a la cantante que por qué ella tenía que ir a cantar a platós cuando el resto de bandas llevaba años.

Otro joven que tenía ganas de bronca fue Alex Turner, de Arctic Monkeys cuando se enteró que Metallica tocaban en el Glastonbury. Según sus propias palabras eran demasiado duros para un festival tan hippie. La banda hizo caso omiso al inoportuno ataque. Dos no discuten si uno no quiere, Alex.

Por temas de adversidad, en este caso de opiniones sobre el uso de Spotify, les llevó a discutir a Thom Yorke y Moby. El primero está en contra de esta plataforma, el segundo considera que es el progreso. Al final Moby le dijo al líder de Radiohead que era «un viejo gritando a un tren de alta velocidad» a lo que Thom dijo que era un protector del trabajo artesanal. El enganche entre ambos no llegó a más e incluso Moby reconoció que admiraba el trabajo de Thom.

En la música española hay casos, menos conocidos, pero existen: Nacho Vegas criticó abiertamente a Russian Red por sus pensamientos afines a la derecha en materia política. Raúl Querido también se metió con la artista madrileña pero no fue nada comparado con la letra que dedicó a la ex pareja de Nacho, la cantante Christina Rosenvinge. Ni una ni otras se han dado por aludidas. Parece que en España somos más de contestar con un incómodo silencio.

Lo que está claro es que siempre ha habido rivalidades, competiciones y ahora más con el uso desmedido de las tecnologías para la comunicación. En el fondo, es un reflejo de la vida real y aunque muchas queden como meras anécdotas, no podemos parar de pensar en qué dirán los afectados en este tipo de situaciones.

Pero sobre todo, ¡Que reine la paz en la música!

 

 

 

 

 

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