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Dos Platos y Un Micro, España Retratada

Entre el asfixiante calor y el viento del desierto del Sahara, este martes tuvimos tiempo en CrazyMinds de escaparnos a la cineteca del Matadero para ver, junto con varios de los creadores y participantes (Rayden, El Langui, Invert…), el documental Dos Platos y un Micrófono, grabado para la 2 de Televisión Española con motivo del 30 aniversario de la llegada del Hip Hop en nuestro país.
El documental, ya emitido anteriormente por la cadena, narra con mucha fluidez y sobriedad los primeros años de este movimiento cultural en España, y cómo -de forma indirecta- le dimos ese toque «cutrista» o «campechano» del que contagiamos aquí a casi todo lo que nos llega. Se habla del estallido con el Hey Pijo de MC Randy (que por cierto vino a comentarlo), del nacimiento del Graffiti con Muelle, o del Breakdance como comienzo del movimiento en nuestro país. Si bien se acerca un poco a todas las ramas de la cultura, conforme avanza se centra únicamente en la música (exigencias de la producción al parecer) y en contar lo que ha pasado hasta el 2006 y las bandas más representativas para la profesionalización del género.
Y digo 2006 porque este fue el año de la explosión mediática de las Batallas de Gallos y la viralización del «mítico» álbum de Violadores del Verso; Vivir para Contarlo. A partir de aquí en la faceta «mainstream» y la comercialización del género ha habido un parón enorme, obviamente beneficiado en gran parte por las descargas ilegales y la -aún por ver- muerte del CD. Este estancamiento fue comentado por los asistentes al evento y por los propios invitados, que lo achacaban principalmente a «la dedicación de los sellos importantes a otros géneros y al pasotismo de la prensa»(¿?). ¿No es acaso Hey Pijo el single más vendido en la historia de nuestro país? El problema principal es seguramente el mismo que el que representa a las generaciones de nuestro país que son fans del Hip Hop, y que han nacido entre el año 80 y el 95.
El público y el oyente medio españoles ni quieren crecer culturalmente ni quieren ser sorprendidos (no me crucifiquen), y este hip hop más conocido que se lleva haciendo desde el año 95 casi sin variación (por más que haya habido una evolución profesional lógica) no tiene cabida ni en el mercado actual ni en el bolsillo del oyente normal, que lo puede piratear «y ya está» porque el arte es gratis, ¿no? A esto se añade que esta clase de Rap (SFDK, Rayden, Toteking…) no trata de crecer, se mantiene complaciente ante su público. Un público que repudia la innovación de los artistas más jóvenes e inconformistas (¿visionarios de principios de los 90 y finales de los 80?) que sí que comprenden el cambio, pero que acaban en una faceta underground. Como consecuencia en este mismo espacio se crea la brecha, con excepciones, pero cada vez más grande, a la espera de una gran banda que devuelva esa sensación de imperio, generacionalidad, o «escena».
Personalmente considero que el cambio está más cerca de lo que parece, con una lógica ayuda de algún sello potente y algún método de compra o consumo musical que reemplace de forma sugerente y competente al formato físico. Principalmente creo esto porque ya existe una generación (la del 2000) que consume música de forma brutal y que no está cerrada a las pautas «clásicas» (en nuestro país), sino a una mezcla mucho más explosiva y coherente en nuestra época. Pero obviamente, seguimos siendo mayoría los consumidores actuales los que tenemos que mover ficha para hacer que esto avance. El cambio está en nuestras manos, no en las de los propios creadores, que ya han echado el resto ante nosotr@s.
El documental lo puedes ver aquí.

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