La situación económica española está ahogando a la cultura. En las últimas semanas se está cebando especialmente con los festivales tras anunciar la subida del IVA al 21% también en los productos que se consuman en sus recintos. Si hace poco era el Primavera el que explicaba que se las estaba viendo negras para seguir adelante, ahora es la organización del FIB la que está «reconfigurándose» para llevar a cabo la edición 2013.
Hasta ahora el festival estaba gestionado por Vince Power a través de su empresa Music Festivals. Pero dicha empresa se hundió el pasado septiembre. Los administradores de Power han recomprado el evento y él parece «encantado» con el acuerdo, según informes de la BBC. En el momento de su caída, Music Festivals tenía un precio de 310.000 libras. La compañía también es responsable del Hop Farm Festival, un festival que ha resultado deficitario en su última edición a pesar de tener como cabeza de cartel a Bob Dylan.
Power, que poseía el 23% de la compañía, intentó apoyar Music Festivals PLC en julio con un préstamo sin garantía de 750.000 libras, pero no ha sido suficiente para salvar el negocio. Y no hablamos de un novato en esto de los negocios. Power abrió su primera compañía, Main Fiddler, en el noroeste de Londres en 1982. Puso en marcha y apoyó varios eventos en otros lugares como el Foro de Londres o el Reading Festival y se convirtió en el mayor promotor de Europa. Tomó el control de Glastonbury en 2002 y en 2005 vendió Main Fiddler por 38 millones de libras.
