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Entrevista: La Plata es la cura

La Plata tocarán esta noche en el 16 Toneladas de Valencia junto a otras ocho bandas más para demostrar que la juventud, su juventud, es urgente. «Ha habido un par de años más tranquilos o, desde mi punto de vista, menos interesantes, pero ahora empieza a haber mucha calidad y mucha gente joven haciendo cosas, con mucha urgencia por resolverlas. Se empieza a producir, hay fanzines, exposiciones colectivas: actividad y calidad, esto alimenta la escena».

Esta escena que María Gea –bajista del grupo– describe es la que ha criado a La Plata. Ella y Miguel J. Carmona –batería– vienen del hardcore valenciano, y la banda se ha visto influenciada por el rock, el punk y el pop de grupos que hacían hits nacionales e internacionales cuando ni siquiera ellos habían nacido. «Television, New Order, Parálisis Permanente, Décima Víctima. Y en base rítmica, Fugazi«. Precisamente es Diego Escriche –cantante, guitarrista y principal compositor– el que compara el escenario actual con la Movida de los ochenta: «al salir de la dictadura hubo un cambio bastante fuerte y aquello tuvo una respuesta joven. Ahora la gente joven, entre la que te incluirás y entre la que todo el mundo se va a incluir, ha vivido una década bastante jodida en España. Todos hemos vivido algo que podamos contar, y se está haciendo algo interesante porque hay algo que contar«. 

La escena de Valencia les ha criado, como digo, pero no les ha mimado. También las han pasado canutas. Un par de entrevistas desafortunadas les colocan en Google junto a titulares como «algunos no podemos cenar ni desayunar» o «el grupo que prefirió vivir en un coche para triunfar en la música«, donde se contextualiza la historia de la banda en la crisis cuando ellos sólo quieren hablar de música: «nos gustaría apartarlo de la música, no tiene nada que ver y no nos representa. No queremos que esto sea lo único de lo que se hable, estamos haciendo cosas mucho más interesantes. Si es verdad o no lo es, no lo vamos a decir. Si te gusta la banda, qué más da«.

Y sí, están haciendo cosas más interesantes. Tuvimos esta conversación un día antes de que se comieran el escenario en las Demoscópicas de MondoSonoro el pasado febrero, un día antes de que #elfestivaldelosprimeros les señalara como una de las bandas revelación del año. Por si alguien no se había enterado ya. Este mes han publicado su primer disco, Desorden, grabado apenas año y medio después de que Diego subiera a YouTube un vídeo de él mismo cantando el primer tema de La Plata cuando La Plata no eran un grupo y tampoco tenían nombre –Escriche subió el vídeo bajo el nombre de Slightly Amateur, ligeramente aficionado, para que ningún conocido le encontrara–. Ellos todavía alucinan porque cerrasen un bolo en el festival Fuzzville sólo con ese vídeo. La de «el primer festival que cerramos y lo hacemos con ese vídeo, cuando todavía no había salido el EP» es la anécdota favorita de Carmona. María prefiere pensar que se cerró por otro motivo: «tuvo que ser gracias al boca a boca de que en directo somos una banda que transmite mucha potencia«. Pero vayamos a las fechas. En octubre de 2016 La Plata termina de formarse con miembros de otras bandas valencianas, pero empieza a crearse en sí misma. «Cada uno introduce su parte, estéticamente, de imagen, de sonido, musicalmente, con ideas, haciendo carteles o consiguiendo bolos«, cuenta Carmona. «La banda estaba hecha pensando en la manera de tocar de cada uno: el nervio de las baterías de Carmona, el bajo de María que se adapta a todos los estilos, las atmósferas que Patricia crea en los teclados, las guitarras totalmente limpias de Diego y Salva… y todo se hizo muy fácil de trabajar. Si escuchas los instrumentos por separado, podrás entender de dónde viene cada uno en La Plata«, y eso es lo que forma el conjunto. Y efectivamente su primer concierto llega rápido, en noviembre. Casi un año más tarde y con el EP de Un Atasco bajo el brazo y con Desorden grabado y bajo llave, el grupo hace su primera gira de diez fechas seguidas por el Norte y Este de España, además de Madrid. Y lo petaron tanto que hasta llenaron la sala un lunes en Santander. «Íbamos con un amigo en la furgo, Nick, bajista en Cuello, y fue superdivertido. Volvimos riendo, y esa era la prueba de fuego de La Plata. Si pasábamos esta, si pasábamos diez días todos juntos con todo bien, con alguna resaca de por medio pero con Diego pudiendo hacer todos los bolos… si todo eso pasaba, ya está. Todo iría para adelante. Y así fue«. Antes de esa gira, lo máximo que habían tocado juntos habían sido tres días durante el fin de semana.

La gira comenzó justo después de finalizar la grabación de Desorden, con un nombre muy bien escogido. «Es de lo que va el disco. No en cuanto a música, sino a desorden mental. Todos los temas hablan de desórdenes mentales más grandes o pequeños que todos podemos haber visto o sentido y que son fruto del momento que estamos viviendo«. Ellos trabajan sobre conceptos. El de su primer álbum trata de condensar lo que hasta ahora ha sido La Plata: «el formato de Desorden trata de abarcar un ciclo, y por eso están las tres canciones del EP, porque están dentro de él«, y lo que está siendo la juventud actual. Una exposición que, tratando de representar la escena en la que se mueven, es también un ejercicio de traslación generacional. «El disco son los sentimientos encontrados, no sólo de nosotros, sino de la gente de nuestro ambiente. Todos estamos viviendo una situación similar por este final de década que te hemos dicho. Lo que queríamos era conseguir plasmar estas emociones y volcarlas en un disco. A partir de eso hemos empezado a trabajar para que cada canción hablara de una de estas sensaciones que hemos tenido, intentando ser lo más precisos posible pero teniendo además diferentes lecturas«.

Al final, La Plata es una evidencia de la juventud contemporánea que tú y que yo vivimos, de la que quizás tú has vivido y de la que puede que vivas en un años. Son sólo unos chavales siendo más que sólo unos chavales. Le gritan agradecidos «¡ese tío!» a Luis de Sonido Muchacho cuando les trae un pack de latas de cervezas para amenizar su primer día de promo. En las entrevistas mencionan a Fantastic Explosion como «los Fantastic» y a Nick Perry de Cuello como su colega Nick –a secas– quien, además de ser bajista, también es runner, «y si hubiéramos ido sin él, todo hubiera sido mucho más difícil». Son sinceros para decir que no quieren perder su esencia de tocar por salas durante diez días seguidos, aunque este año se introduzcan en festivales como «una carta de promoción, un escaparate y porque pagan mejor«, y sencillos para destacar de su gira el poder conocer a mucha gente y de los festivales «conectar con más gente. Ver que hay más personas a las que de verdad les gusta lo que estás haciendo«. Te cuentan que el local en el que se gestaron las primeras canciones del grupo debía ser poco más que un zulo acogedor: «Hemos hecho mucha composición fuera del local, porque en el nuestro ya se escuchaba muy mal. Semanas antes de grabar nos juntamos en casa de Patricia para hacer un acústico y poder escucharnos. Todos los amplis creaban una bola de sonido que era imposible de escuchar. En la grabación nos dimos cuenta de que había cosas que no estábamos apreciando. Los sintes de Patri son espectaculares y no los habíamos escuchado bien. Llevábamos tocando así un año, y tuvimos que cambiar de local«. Y pese a las miserias de una juventud que sobrevive, no quieren hacer una historia de ello, sino con ello, y retratarlo para toda una generación. Sus palabras son madurez, concentración y convicción disfrazadas de veinteañeros que sí que lo tienen claro en un momento en el que nada parece estarlo ni tener la necesidad de hacerlo. «Cuando empezamos a tocar teníamos clarísimo que queríamos tocar mucho. Hemos estado tocando todo este año por nosotros mismos, porque lo queríamos hacer y porque era el año de hacerlo«.

Bandas como La Plata son la cura para una escena musical independiente que, herida y desubicada, no termina de hallar el mensaje y el canal. Se trata de la retroalimentación entre la sociedad y la cultura, son la una buscando un hueco en la otra. Para que ambas puedan encontrarse esta noche, Diego, María, Carmona, Salva y Patricia han hecho «un evento al que nos gustaría asistir. Y como nadie lo monta, lo montamos nosotros. Es completamente autogestionado, sin promotores, patrocinadores o marcas alcohólicas detrás«. En ellos no sólo hay ganas o intención de hacer algo: ni están probando ni lo están intentando. Simplemente lo están haciendo. Son actividad. «Si hay una palabra que define a la banda es urgencia. Todos somos unas personas muy inquietas y tenemos ganas de aprender y mejorar todo el rato. Eso forma parte de nuestra filosofía de banda a la hora de hacer las cosas. Hemos tenido mucha prisa, siempre contando con hacer las cosas bien, pero mucha urgencia por sacar el EP, tocar en directo, entendernos, que haya un diálogo y un lenguaje, crear una identidad de banda en el visual, etc. Y todos vamos a una«.

 

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