InicioDiscos – ArchivoThe Black Angels - Death Song

The Black Angels – Death Song

El quinto disco de la banda de psych rock oscuro nos devuelve a la oscuridad drónica de sus dos primeros trabajos. Pero es ahora cuando finalmente han conseguido sonar a sí mismos y no a un revival de The Velvet Underground, aquello que más los lastraba y los identificaba como banda.

Este Death Song, que al unirse al nombre del grupo nos muestra quienes son, es pese a eso, una reivindicación de sí mismos y de la oscuridad intrínseca que lleva su música, pero sin mimetizarse como antes con la banda de Reed y Cale. Eso no es un abandono o desvincularse de las raíces sino que, tras los cuatro álbumes de estudio anteriores, con muchos apuntes interesantes y que musicalmente mostraban muy buenas intenciones, The Black Angels no había encontrado su propio sonido, ese que aunara todas sus más que reconocibles influencias y acabara articulándose en una identidad propia. Death Song finalmente lo ha conseguido. Y lo han logrado con un disco donde se dan buena mano el misticismo y la política en un álbum que parece ser un reflejo de la oscuridad de los tiempos en los que estamos, donde el auge de populismos, mesías de color naranja y amenazas terroristas y económicas a escala global, son el pan nuestro de cada día.

Las canciones ahora se construyen recuperando la sencillez de la estructura básica del rock: guitarras, bajo y pegada sobria y directa a la batería y, a partir de ahí el riff y el drone no sirven como estructura ruidista, sino como estructura creadora a medio camino entre un stoner progresivo, parecido al de Black Mountain y esa tenebrosidad maligna que destilaba la psicodelia norteamericana de finales de los 60. Una psicodelia mucho más bluesera y nocturnal que la vertiente más lúdica y expansiva que la de Syd Barret y sus primeros Pink Floyd, por citar un ejemplo que viene a la cabeza al escuchar algunas texturas de este disco. Currency, el tema que abre el disco, nos vuelve a traer la voz de Alex Maas con esos dejes a lo Nico, pero son sólo eso, dejes, no mímesis. La canción es un tema de blues rock psicodélico, con toques de drone, sobre el que se construye la ambientación oscura que recoge lo apocalíptico de la letra y donde cada elemento está en su justa medida.

Del mismo modo encontramos temas como Half Believing, un tema que es americana oscura y que recuerda a algunos cortes de 16 Horsepower por las texturas y el estilo compositivo. Un tema que empieza lento y se convierte en algo denso y reptante, que acecha en las sombras. Lo mismo pasa con Comanche Moon pero en el sentido inverso. El tema empieza con un riff de guitarra y teclado que recuerda a The Nile Song de de Pink Floyd y se tranquiliza y se recrea en la calma antes de despertar de nuevo, recordando a muchas bandas de stoner psicodélico como Samsara Blues Experiment.

Luego, la banda se acerca al shoegazing oscuro del Darklands de The Jesus and Mary Chain en un tema como Grab (As Much as You Can) pero sin abrazar del todo la melodía pop y manteniéndose en ese lugar entre el blues y el rock de la psicodelia ácida. Y también se atreve a aportar ritmos bastardos que se acercan a la new wave en un tema como Medicine, que contrasta con el resto de la configuración del tema donde el moog, el fuzz y el drone se mezclan con esa batería característica creando algo muy interesante.

Death Song es el disco más completo de The Black Angels y todo gracias a saber incorporar lo mamado y darle salida en un sonido propio y reconocible. Un sonido que no ha de negarse a esas influencias ni a dejar de mostrar qué grupos y bandas son el espejo en el que se miran, pero que se demuestra mucho más interesante y solvente cuando sirve como base sobre la que construir un discurso y no como un ejercicio manierista. Es ahora cuando la banda de Austin formada por Stephanie Bailey, Christian Bland, Kyle Hunt, Alex Maas y Nate Ryan es muchísimo más interesante y mucho más sólida como tal y no como grupo limitado a ser una fábrica de sacar buenas canciones.

spot_img