Cómo volver a grabar una colección de interesantes canciones de pop-rock sin despeinarte, tercera entrega, por Matt and Kim. Así podríamos titular este nuevo trabajo de los americanos si estuviésemos hablando dentro del mundo literario. ¿Y si quisiésemos contextualizar un poco más este Sidewalks? Pues diríamos que ha sido grabado en un Nueva York, con la ayuda del productor Ben Allen, quién ya había trabajado previamente con gurús del indie como Deerhunter o los eternamente sobrevalorados Animal Collective.
Seis años han pasado ya desde que unos jóvenes Matt Johnson y Kim Schifino hicieran su aparición en un ya de por sí saturado género indie rock de la mano de un sorprendente disco homónimo, en una época en que todo lo que pasaba por las pistas de bailes de las discotecas indies eran los Strokes, quienes vivían su apogeo. Lo realmente meritorio de estos chico fue destacar en Nueva York y en en esa época, cuando la sombra de Casablancas y compañía era demasiado elevada. Aún así, la pareja consiguió hacerse un hueco gracias a su aplaudido segundo trabajo, el más punk hasta la fecha, Grand. Un trabajo que los llevó de gira por todo el mundo gracias a pildorazos bailables como Daylight, I Wanna y Ginders.
Ahora, a finales de 2010, tenemos la oportunidad de disfrutar de una nueva entrega en este Sidewalks. Y, ¿qué es lo que se nos ofrece en esta ocasión? Pues una pequeña evolución hacia el pop (hip-hop por momentos incluso) y una masiva incorporación de sintetizadores que seguramente dividirá a sus seguidores. Y es que, a pesar de haber perdido la garra punk que los destapó como una de las bandas con más descaro de la costa este americana, las composiciones que nos ofrece aquí el dúo no están nada mal: la pegadiza Cameras o la digital Red Paint dan buena muestra de ello, aunque si hay que destacar algo por encima del resto me decantaría por el trío que forman Good For Great, Northeast y Wires, capaces de rayar al nivel de las mejores composiciones contenidas en su Grand del año pasado.
Diez breves canciones que conforman un buen disco, lo mínimo que podíamos esperar de unos Matt & Kim que ya habían dado previamente el salto de popularidad necesario para llamar la atención de la prensa especializada. Sin embargo, personalmente creo que esta última entrega no está a la altura de su segundo trabajo (díficil tarea, dicho sea de paso), pues la rabia, el dinamismo y las melodías de Grand eran difíciles de igualar. De todas formas, con discos como este, la pareja no hace más que asentarse en la complicada escena neoyorquina, a base de buenos discos y mejores conciertos…quién sabe, quizá repitan este año en el multiestilístico Primavera Sound.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6.5/10