Una de las cosas que primero llama la atención es el título de muchos de sus temas. Canciones como Abraham Lincoln, Clint Eastwood o Es canons de Navarone. La banda continúa con su voluntad de contar cosas, siempre interesantes, fáciles de entender y escuchar, pero en esta ocasión, con mayor nivel que lo cantado en sus anteriores trabajos. Y viendo la portada, con el edificio Gesa de Mallorca, entendemos algunas de las letras, críticas con la modernidad y el crecimiento social mal entendido.
Otro matiz a tener en cuenta en este disco es la brevedad de sus canciones. La mayoría no pasa de 4 minutos, y algunas apenas tienen poco más de dos. Esta característica de Lamparetes le hace mucho más concreto que algunos de los discos que actualmente están en auge ahora mismo, y sobre todo muy fácil de escuchar. Icebergs i guèisers, corte 6 del disco, tiene una duración de 130 segundos, pero un alcance inmenso. Más que precisa, preciosista. Un rasgo característico que el grupo no ha cambiado en toda su corra. Y todo esto siendo su propio jefe. Antònia Font no tiene discográfica, nadie manda sobre ellos. ¡Y qué afortunados somos sus oyentes! Escuchamos exactamente lo que los creadores nos quieren mostrar sin intermediarios que tuerzan el sentido de la música y la voluntad de la banda.
Con el disco ya reposado, es de justicia reconocer que el puesto que han sido capaces de ocupar Antònia Font en el panorama musical con Lamparetes es mayor que nunca en toda su carrera. Lo demuestra la participación de la banda en el Festival Internacional de Benicassim, donde compartirán escenario con todas esas grandes bandas, nacionales e internacionales, siendo ellos uno de los nombres más llamativos y que mayores expectativas generan. Y puede que sea la palabra clave. Expectativas. Para el nuevo disco, para su nueva situación en el mundo musical, para disfrutarles en directo, y como no, para saber si el futuro de la banda seguirá creciendo cuando decidan mostrarnos material nuevo. Esperemos que no nos hagan esperar tanto como esta vez.
Por último, y como detalle menos importante, deciros que el disco está cantado en mallorquín. Esto no supone un problema a la hora de disfrutar del nuevo trabajo de Antònia Font. Igual que nos ha pasado este año con otros triunfadores, Manel, Antònia Font cantan en su idioma, y lucen la normalidad de quien enriquece la cultura de un país que aún tiene problemas en algunos sectores con este asunto, pero que con una mentalidad minimamente abierta, sabemos que esta variedad de idiomas sólo nos puede hacer prosperar. Y además, escuchamos música en inglés, nos encanta la suavidad francesa, alabamos casi todo lo americano, damos cobijo a músicos sudamericanos y somos cada vez más seguidores de lo nórdico. ¡La hipocresía para el que la quiera! A nosotros dadnos buena música.
Para los que les guste probar antes de escuchar un disco completo, recomiendo el primer single, Clint Eastwood, Calgary 88, una canción de ritmo vivo y con rasgos de himno, y la apertura del trabajo, Me sobren paraules. Para todos los que les guste la música, los 14 temas se os harán cortos.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10
ANTÒNIA FONT – LAMPARETES
