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Psicodelia, plumas y revolución cierran el 101 Sun Festival

El segundo día del 101 Sun Festival llega demasiado pronto cuando no has caído en la cama hasta las 5 de la mañana y a las 12 están empezando los conciertos diurnos en La Térmica. Propósito: llegar cuando lleguemos y punto, porque mi ritmo zombie y el horario de los autobuses no coincide demasiado. Aún así, consigo llegar a la recta final de Second, que como son de los que arrastran fieles a cada paso, tienen La Térmica a tope, saltando hasta el final con Rodamos.
Dos grupos me sorprendieron gratamente en esta ocasión: los suecos The Royal Concept y los británicos The Family Rain. Una siempre tiene ciertas expectativas puestas en grupos de caché como Black Rebel Motorcycle Club, pero con los dos anteriores, menos conocidos, vas a ciegas hasta que te pasa lo que a mi, que te enamoras.
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The Royal Concept tenían el duro reto de actuar en La Térmica a las 15.30 de la tarde y creo que los pobres no han pasado más calor en su vida, pero se ganaron a pulso un concierto en horario nocturno la próxima vez. El público estaba entregadísimo y la banda también. A pesar de no hablar español, conectaron genial con los valientes que desafiaron al calor de esas horas para bailar al ritmo de sus sintetizadores. Total, que acabamos pidiendo más: “What’s that mean? One more song?”, preguntaban ellos. Y así fue como The Royal Concept se ganaron más de una groupie y me incluyo, que también fui a pedirles una foto… Ellos agradecieron a Málaga haberles dado una “Royal Welcome”.
Después de esto, las neuronas ya estaban más que despiertas y poniendo rumbo a Russian Red. A las 19.00 de la tarde lo que te pedía el cuerpo era relajarte en el césped del estadio al son de The Sun, The Trees. Lourdes Hernández ha electrificado su propuesta musical desde su primer disco, y aunque no sé si acaba de encontrar un sitio en grandes festivales como éste sin ser devorada por el entorno, fue una buena experiencia verla. Con Toundra ya empezamos a entrar en la fase dura del festival. Un detalle que la organización hiciera un hueco en su programación para el sonido instrumental de estos señores, que dejaron a sus seguidores embelesados.

Yo esperaba con ganas mi segunda sorpresa: The Family Rain, apuesta personal del festival. Tres hermanos que se mueven entre el blues y hard rock con aires heavy que consiguieron poner al público a bailar en corro. Muy hippie todo. Era la hora de la puesta de sol y claro… Vosotros imaginaos un sonido entre The White Stripes y The Black Keys con un frontman al bajo que podría pasar por hermano perdido de Jared Leto. Las comparaciones son odiosas, pero es el ejemplo más gráfico que se me ha ocurrido para ilustrar lo que nos hicieron disfrutar. Si tenéis oportunidad, apuntad: The Family Rain.

Y así nos encaminamos a Temples. Nervios en el aire y cansancio acumulándose en el cuerpo, pero no hay dolor cuando se trata de ver a la mejor banda que hay en Inglaterra actualmente, sobre todo si lo dice Noel Gallagher. La fotogénica presencia de James Bagshaw (vocalista) es innegable en el escenario y cuando empezaron a sonar los psicodélicos acordes de Shelter Song fue casi como ver a Dios. Por cierto: era su cumpleaños y obviamente le cayó el “Cumpleaños feliz”, menos mal que la melodía es universal, porque el español no lo manejan mucho. La banda, a cambio, siguió regalándonos temas de su Sun Structures en un directo que es un gustazo. Imperdible.
Gustazo también el directo de Amaral. Muchos comentarios de “Yo aprovecharé para ir a comer”, pero a la hora de la verdad, el estadio estaba a reventar y dejándose la voz con clásicos como Moriría por vos. Eva salió a comerse el escenario y yo sólo puedo quitarme el sombrero ante la profesionalidad del dúo y su banda. Demostraron lo que son las tablas al grito de Revolución y agradeciendo el buen hacer de su equipo técnico. Bravo.

Ahora podéis matarme por decir que no me atraen especialmente Black Rebel Motorcycle Club. Aposté con mi resistencia que tenía que llegar a Crystal Fighters y vi a BRMC a cierta distancia. Interesantes. Hasta que apareció el jefe de la tribu, entiéndase Sebastian Pringle, líder de Crystal Fighters. Él, cual guía espiritual, nos condujo a la comunión con el entorno y a un fin de fiesta apoteósico que nos hizo olvidar todo cansancio. Y es que la banda no se dejó ni un hit en el tintero: Plage, Love Natural... Un más que sobresaliente punto y final para la primera edición del 101 Sun Festival. ¿Repetimos el año que viene?

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