InicioConciertos - ArchivoJabalina. Fiesta. Papaya y Captains. Color/oscuridad

Jabalina. Fiesta. Papaya y Captains. Color/oscuridad

Papayitos y papayitas pueden ustedes bailar, que es verano en Madrid. Y eso siempre es una premisa para dejarse llevar. Laxitud en las normas y decoro. Calor. Hemos venido a la escuela del calor y los papayitos (como los llama Yanara Espinoza) a Miguel Aguas al bajo y Sebastian Litmanovich a la guitarra, teclados, caja de ritmos, etc. Yanara Espinoza, voz y guitarra, sale desde el camerino en formato Mc. Tropicalismos, ¿traperismos?, movimientos agitados, camisas de loros.

Calor. Es julio en Madrid, es una frase que define todo. Y es fiesta fiesta del Sello Jabalina. Y todo empieza a fuego lento y la gente va perdiendo su nombre y apellidos y se mueve y bebe. Es una fiesta.

Yanara nos habla de las virtudes De la olla exprés y de la grabación del nuevo disco en las profundidades de bohemia-pastoril de los estudios Abrigueiro en Lugo, de la que dice que espera que no les quede un disco hippie. Yo creo que se acercará más a ritmos latinos-tropicales exacerbando su apuesta, más al baile, aunque es mi opinión de mierda.

Caballo de sal, Carne de carroña se sitúan en directo a la altura de canciones más “hit” como Cosas fascinantes y sencillas o El rey de las camas. Sensualidad y amor arrastradas por la voz de Yanara. Versión de Ilegales incluida: “Soy un macarra, soy un hortera, voy a toda hostia por la carretera”.

 

Papaya es un seguro de fiesta y baile. Ellos, el público dicen que les recuerdan a los grupos de la movida, una movida revisada con toques tropicales, canarios, latinos. Esperamos lo nuevo.

Descanso.

 

Captains, bienvenidos a la oscuridad, dice Fee. Empaque y rotundidad. Captains vienen rodados y nos van a van a conducir donde ellos quieran. Fee Reega y David Baldo se envuelven y potencian los ritmos con Oskar SD a la batería y Aaron Dall al bajo. Suenan compactos, rotundos.

Canciones para invadir tus pensamientos más oscuros, para dejar los ojos en niebla y actuar de modo automático, canciones infecciosas para abandonar tu cuerpo y recrearte con las luces, desgarrar las camisetas y gritar (sin esperar el eco). Catarsis. Balanceo. Movimientos de cabeza. Sus manos en su espalda. Ella mirando a la batería, su pelo en su cara. Desgarra. Sus ojos siempre directos. Canciones que se dejan llevar por caminos de caracol, que laceran la piel con gusto, que hace que te relamas con la última gota roja que baja hacia tu lado inferior. Déjese querer por un post-rock envolvente y expresados en inglés, español y alemán.

Es la fiesta. Saltos. Movimientos de cabeza, espasmos. Alegría en la oscuridad.

No dejen de escuchar su colaboración con Óscar Mulero y larga vida al sello Jabalina. Nos quedamos bailando con los papayescos en su sesión djset.

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