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Los últimos días de Álex y David Pastor

Lo siento, pero Los últimos días de Álex y David Pastor es un querer y un casi no poder. Partamos de que la factura técnica de la película es sobresaliente, muy por encima de lo que estamos acostumbrados en nuestro cine patrio y sin nada que envidiar a las producciones americanas; pero al igual que con éstas lo que nos falla es el guión y, si no cimentamos el asunto con una buena historia, el conjunto se nos desmorona.

La película nos lleva a la Barcelona actual. Por alguna razón, la población no puede salir de los edificios lo que nos ha llevado a un escenario apocalíptico. La civilización se acaba poco a poco y mientras Marc (Quim Gutiérrez) decide buscar por las calles de la capital catalana a su novia Julia (Marta Etura). Para lograrlo se asocia con José Coronado quien interpreta al jefe de recursos humanos, un tío odiado en su empresa.

La trama a priori no carece de atractivos. Habituados como estamos a ver escenas postapocalípticas sólo en EE UU, es un punto ver las calles de una ciudad española como centro de este tipo de acción. También es un acierto la forma de narración con abundantes flashback, que bien usados siempre son un acierto, para irnos poniendo en situación de lo que era antes y lo que es ahora. Pero el guión resbala y mucho en su ambición.

Los hermanos Pastor tratan de mostrarnos los temas habituales que nos encontramos en este tipo de películas: la desaparición de las leyes, la supervivencia ante todo, la degradación del ser humano, la ineptitud de las personas para sobrevivir sin comodidades. El problema es que recurren a una serie de escenas tópicas y típicas que ya hemos visto cien veces. No llegan a profundizar en ninguna de ellas y la película se convierte en una carrera que roza lo absurdo por las alcantarillas de Barcelona.

Eso sí, mención aparte merece José Coronado. Allí donde Gutiérrez no llega a acertar en su interpretación, Coronado vuelve a demostrar porqué es uno de los grandes de la escena española. Hace de cabrón, pero de cabrón creíble y comprensible. No nos extrañaría que le cayera un Goya por esta película.

El final también remonta la película y consigue en unos minutos sin diálogos dejarnos con un buen sabor de boca.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 06/10

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