Documental sobre la vida y obra del fotógrafo Sebastião Salgado. Utiliza como recursos narrativos la sencillez de recoger mediante entrevistas mirando a cámara en primer plano (para mostrar los sentimientos y la franqueza del protagonista), junto con la exposición de algunas de sus obras. También lo acompaña en alguno de sus largos viajes, y da cuenta de sus más importantes reportajes, publicaciones, junto con detalles de su vida personal.
Dentro de una filmografía como la de Wenders, y dejando de lado la obra de ficción con obras IMPRESCINDIBLES como El amigo americano de 1977, París Texas de 1984 o El cielo sobre Berlín de 1987, tampoco es La sal de la tierra uno de sus mejores documentales. Recordamos por ejemplo Buena Vista Social Club (1999) o su incursión en las tres dimensiones en Pina de 2011.
Un debate interesante, y que ya se ha apuntado en ocasiones (por gente como la ensayista norteamericana Susan Sontag), es cuál es el límite al mostrar el horror con la belleza de la que es capaz Salgado. ¿Se le resta verdad a las dramáticas historias con la perfección estética?
Es cierto que como objeto de estudio, un fotógrafo y su obra, ofrece pocas posibilidades de “acción”. El intentar hacer un montaje con ritmo, encadenando varias fotografías, puede resultar poco cinematográfico. Aún así el director alemán (con ayuda del hijo de Salgado, que ha participado en la dirección, sobretodo grabando en algún viaje a su padre), alternan estas imágenes estáticas (siempre en el clásico blanco y negro de su obra) con alguno de los viajes del fotógrafo brasileño, acompañándolo y “retratándolo”. Su pasión por su trabajo, sus frustraciones por no conseguir su objetivo, o los problemas que implica en su vida personal aparecen con naturalidad.
Premiada en San Sebastián y Cannes recorre varios de los más reconocidos proyectos del fotógrafo. La mina de oro de Serra Pelada, una moderna esclavitud, increíble y dramática. Éxodos y los refugiados por conflictos bélicos en varias partes del globo. O Génesis el proyecto que necesitaba para volver a tener ilusión por la humanidad después que la perdiera tras la guerra de la antigua Yugoslavia o el conflicto de Ruanda.
“El hombre es un animal feroz. Somos un animal terrible, nosotros los humanos. Nuestra historia es la historia de la guerra y es una historia sin fin”
Termina con un canto de esperanza, como no podía ser de otra manera en alguien de perfil tan marcadamente humanista. Su último proyecto, no es estrictamente fotográfico. El Instituto Terra consiste en la reforestación de la tierra donde nació y ya ha conseguido plantar casi 2 millones de árboles.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 5,5/10
