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Videografía: Repasamos la carrera en videos de Arctic Monkeys

Arctic Monkeys es una de esas bandas cuyo éxito les llegó cuando apenas habían terminado el instituto. Los orígenes del cuarteto están en una calle de Sheffield donde vivían dos chavales llamados Alex Turner y Jamie Cook. Ambos obtuvieron sus primeros instrumentos, guitarras en los dos casos, una Navidad y aprendieron a tocarlos en sus habitaciones. Un día se juntaron con dos compañeros del instituto llamados Matt Helders y Andy Nicholson que se repartieron la batería y el bajo. Entre todos fundaron Arctic Monkeys pero, con todo, esta formación no sería la definitiva. De hecho, originalmente hubo un quinto miembro que cantaba, pero las letras eran de Alex Turner, que no se atrevía a cantar. Finalmente aquel tipo se fue y a Alex no le quedó más remedio que enfrentarse al público desde el micrófono.

Arctic Monkeys no firmaron ningún contrato discográfico hasta haber tanteado al público en directo, querían saber si podían tener la posibilidad de elegir con quién grabar y por ello dieron una serie de conciertos gracias a los cuales, mediante el boca a boca y los filtrados por internet, empezaron a hacer furor entre la gente. La estrategia les funcionó tan bien que sus demos corrían de mano en mano e incluso llegaron a tocar en los festivales de Reading y Leeds aun sin haber sacado su primer disco. Grabaron un EP que ya contenía canciones que luego formaron parte su primer trabajo y que hoy se consideran clásicos de la banda. Cuando por fin estuvieron en condiciones de grabar, sacaron su primer disco, Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not, con el sello Domino. El primer single de su carrera fue la ya mítica I Bet That You Look Good On The Dancefloor que además anunciaba varios sellos de identidad de la primera etapa de la banda: las baterías imparables de Matt Helders, las letras estilo trabalenguas y los títulos imposiblemente largos.

La música de Arctic Monkeys en la primera etapa de su carrera se podría describir como una machacona suma de influencias de los sesenta y de la música que se estaba sacando en el momento en que empezaron a tocar. Se puede hablar de brit rock más que de britpop en su caso y de The Kinks, The Clash, las bandas punk y garage británicas más que The Beatles o Rolling Stones. En cuanto a lo que sonaba por entonces, podría ser que ligeramente dejaran entrever que escuchaban a gente como Jet, The Hives o Franz Ferdinand, pero eso son suposiciones, lo cierto es que Arctic Monkeys fueron más influyentes que influídos. En 2005, que fue cuando salió el Whatever People Say…, nadie sonaba como Arctic Monkeys. Y eso fue una gran ventaja para ellos.

Hasta la aparición de los monos árticos, sólo dos bandas tenían el récord de premios NME en una sola edición, con tres premios cada uno, The Strokes y Oasis parecían ser los únicos en poder acudir a las galas mirando al resto por encima del hombro, pero en la edición de 2006, Arctic Monkeys se llevaron con su álbum de debut los premios de Mejor canción, Mejor banda novel y Mejor banda británica, convirtiéndose a partir de entonces en una de las bandas mimadas por la influyente publicación semanal. Casi inmediatamente, el cuarteto comenzó la grabación de su segundo álbum pero sufrieron la baja de Andy Nicholson, quien aducía diversos motivos para abandonar la formación. Fue entonces cuando, para poder continuar sus giras, contaron con la colaboración temporal de Nick O’Malley. Para cuando Favourite Worst Nightmare salió publicado en 2007, O’Malley ya era un miembro de pleno derecho en la banda, de modo que la formación definitiva fueron: Alex Turner, Matt Helders, Jamie Cook y Nick O’Malley que son los Arctic Monkeys tal y como los hemos conocido desde 2007 hasta hoy.

El primer single del segundo álbum de Arctic Monkeys fue Brianstorm (un juego de palabras con Brainstorm), un tema que dejaba claro que este Favourite Worst Nightmare era una continuación en la senda marcada por su predecesor. Volvemos a la batería sin tregua de Matt Helders y a una gran presencia del bajo en combinación a los trallazos del que ya empieza a ser conocido como Agile beast.  Alex y Jamie hacen lo que pueden, pero su buen hacer no basta para robarles  el protagonismo a batería y bajo, que junto con la voz de Alex Turner son la marca de la casa ártica. Este trabajo confirmó a Arctic Monkeys como mejor banda británica de su generación, repitió éxito en los premios NME y además aportó al cuarteto dos premios Brit Awards, los más importantes de la música británica.

 

Toda banda tiene una cancion que es ‘la famosa’, esa que todo el mundo nombra cuando se pregunta por la música de un grupo. Fluorescent Adolescent es esa canción en el caso de Arctic Monkeys. Daba igual si se seguía la trayectoria de la banda o no, si se tenían sus discos… todo el mundo conoce esta canción. Pertenecía a este segundo disco y fue su segundo single cuyo videoclip es una parodia de un programa de los 70 llamado The Sweeney. El tercero fue Teddy Picker, en la que Alex Turner demuestra una vez más que es un gran compositor y que Arctic Monkeys eran el futuro de la música británica y europea. Este videoclip fue dirigido por Roman Coppola, hijo de Francis Ford y hermano de Sofia. Es tan sencillo como grabar a la banda tocando en un estudio.

 

Tras Favourite Worst Nightmare llegó un tercer trabajo bastante polémico entre los seguidores de la banda. Humbug supuso la entrada de Arctic Monkeys en una segunda etapa de su carrera. Este es un disco más maduro, sin perder la esencia del sonido de la banda, Humbug es… un poco diferente. Hacía poco que habían conocido a Queens of the Stone Age y a partir de entonces, especialmente Josh Homme se convirtió en una importante influencia en los monos árticos, aunque en Humbug aún no se notaba.

El disco no dejaba indiferente a nadie: el público odiaba o amaba Humbug, siendo mayor el número de detractores. Sin embargo, con el tiempo se ha visto que el disco, en realidad, es bastante bueno. Crying Lightning fue el primer single y mostró al público que ese cambio en la dirección de su carrera no era únicamente musical. Es la etapa melenuda de los monos.

El siguiente single fue la balada (al estilo ártico, claro está) Cornerstone. Esta canción se acompaña de un videoclip que en principio puede parecer bastante sosito. Aparece un Alex Turner casi inexpresivo, como salido de los años 70, magnetófono en mano con una pared blanca al fondo. El video no tiene más. Pero, fijándose un poco, se puede ver que el cantante ha cambiado mucho, no ya por el pelo, sino porque mira fijamente a la cámara y ha perdido la timidez que en las primeras etapas mostraba cuando miraba a cualquier parte menos a donde debía (cámara, público, etc). Al resto de la banda le sucedió lo mismo. Ya no eran los chavales del instituto que se juntaban para tocar.

Cornerstone había sido single en 2009 y ya en 2010 empezó a sonar en las radios My Propeller, tercer y último single perteneciente a Humbug. A pesar de haberse dejado grandes temas como Pretty Visitors (cuya letra es prácticamente imposible de cantar si no eres Alex Turner) o Potion Aproaching en el tintero, Arctic Monkeys estaban deseando empezar a trabajar en su cuarto trabajo y dejar atrás Humbug, del que han llegado a abjurar en alguna entrevista. A pesar de todo, Humbug fue número uno en el Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Francia y en la lista indie de Estados Unidos (en Billboard alcanzó el 15). En España llegó al número 5 y actuaron como parte del MTV Winter 2009 en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

El auténtico cambio de Arctic Monkeys llegó con su cuarto trabajo, pero antes se publicó un pequeño CD con canciones de Alex Turner para la banda sonora de Submarine, la opera prima de Richard Ayoade (Moss de The IT Crowd) como director, que adaptaba una novela ‘coming-of-age’ de Joe Dunthorne. En esta banda sonora de 6 temas, Turner da una pequeña pista sobre cómo va a ser parte del sonido de Arctic Monkeys a partir de entonces (2011). La película, que ya se considera «de culto»,  se estrenó en España casi dos años después de su estreno en otros países, pero la BSO llegó antes, tímidamente y sin llamar la atención. Un gran disco que incluía Piledriver Waltz, una canción que sería luego regrabada por la banda al completo.

Ciertamente Suck It And See, cuarto álbum de Arctic Monkeys, supuso el inicio de la tercera y última etapa hasta la fecha de la banda. Cambiaron de estética y estilo musical de una forma tan radical que dejaron a mucha gente con la boca abierta. Para empezar, sacaron una canción muy potente como es Brick By Brick para luego aclarar que era un tema de presentación, una declaración de intenciones, que el auténtico primer single era en realidad Don’t Sit Down Cause I’ve Moved Your Chair, la querencia por los títulos largos y extraños no les había abandonado al menos. En Brick by Brick, Alex Turner comparte micrófono con Matt Helders, quien canta al tiempo que aporrea su machacada batería.

La reacción general fue de sorpresa, como si hubiera pillado al público en otro ritmo. Suck It and See tenía un sonido tan distinto que las opiniones fueron bastante contradictorias, nadie sabía qué pensar. La relación con Josh Homme y la música americana se dejaba ver y anunciaba intenciones de quedarse. Musicalmente son más ruidosos, las guitarras se potencian mucho más que antes, pero la auténtica sorpresa estaba aún por llegar. De momento, sacan un segundo sencillo titulado The Hellcat Spangled Shalalala en el que las guitarras cristalinas del principio serían dignas del propio Johnny Marr y que acompañan la suave voz de Turner. Las ventas de este sencillo se vieron seriamente afectadas por los disturbios que en 2011 se dieron en el Reino Unido, igual que sucedió con muchos edificios en partes de Londres y Manchester, el edificio donde se almacenaba el catálogo musical de PIAS Recordings (a la que pertenece Domino) fue incendiado perdiéndose joyas musicales de valor incalculable.

El tercer sencillo de Suck It and See fue el tema del mismo título, pero sucede con este sencillo algo muy curioso y es que tiene una cara B tan potente que Arctic Monkeys pensaron que merecía tener su propio videoclip y por ello este sencillo podría considerarse casi doble. El video para Suck it and See es muy bueno, está protagonizado por un Matt Helders muy macarra que podría integrarse perfectamente en el grupo de la serie Hijos de la Anarquía. Evil Twin es la continuación de ese videoclip, una canción que tiene tal potencia que más de uno aún se pregunta por qué no se incluyó este tema en el disco.


Casi a modo de trilogía, el videoclip del single siguiente, el tercero y último de Suck It and See, continúa la historia de Matt Helders y la chica (que hoy en día es su prometida en la vida real). En Black Treacle (2012) las cosas se tuercen aún más, pero la canción es luminosa. El single contenía una cara B titulada You and I cuyas letras se atribuyen a Richard Hawley, integrante de Pulp, quien al igual que los miembros de Arctic Monkeys había nacido en Sheffield. Y también esta canción tuvo su vídeo, grabado en Sheffield. Por cierto, donde leáis The Death Ramps, son los monos escondidos tras un seudónimo. Esta canción es tan buena que supera a la canción que titula el single.


En febrero de 2013 Arctic Monkeys publican en internet un tema que sirve de puente entre Suck It and See y su último trabajo, AM, publicado hace escasamente dos semanas. R U Mine? ya no disimula las influencias de Josh Homme y Queens of The Stone Age. El cantante de QOTSA sería el productor de AM, y en ocasiones parece que actúa de padrino y protector de la banda británica en Estados Unidos.  Los monos telonean a The Black Keys en su gira americana, actúan en festivales como Coachella o Lollapalooza e incluso lucen una imagen entre Grease y Johnny Cash en su juventud.  R U Mine? es una declaración de intenciones: una banda británica que va a comerse el mercado americano y, por tanto, el mundial. La siguiente vez que tocaron en el festival de Glastonbury (2013) lo hicieron como los cabezas de cartel más importantes de la edición. Y lo hacen con esta canción que en sus propias palabras une todos los estilos e influencias que han tenido hasta la fecha.

R U Mine? fue lanzada como vinilo especial para el Record Store Day en el Reino Unido, pero luego se incluyó en AM aunque cambiándola ligeramente el ritmo. AM acaba de salir y aún estamos escuchándolo. Como ya se ha señalado, está producido por Josh Homme, quien también participa activamente en las canciones One For The Road y Knee Socks. De los doce temas que componen el álbum, se han sacado tres singles. El primero de ellos fue Do I Wanna Know, que salió mucho antes que AM. Arctic Monkeys se descubren a otro ritmo, ya no son las baterías desenfrenadas con las que se dieron a conocer, en realidad es como si Helders le hubiera cedido protagonismo a la guitarra rítmica de Cook. Vamos más despacio, pero vamos bien.

Cuando salieron las primeras imágenes y promos de este vídeo, el público (nosotros incluidos) en general pensó que se trataba de una broma, que el auténtico videoclip aún no estaba grabado. Sin embargo, al ver la versión larga, el comentario más popular fue que era imaginativo. Un estilo a lo que hicieron Editors con Eat Raw Meat = Blood Drool o Radiohead con Paranoid Android. Imágenes a partir de una línea que se van convirtiendo en otras imágenes a medida que avanza la canción.

Why’d You Only Call Me When You’re High? es el segundo sencillo de AM (hay quien cuenta que es el tercero y que R U Mine? es el primero). El videoclip que lo acompaña muestra a los cuatro monos tomándose algo en un bar, Alex quiere llamar a una chica pero ésta no le coge el teléfono, sale del bar y parece que alguien le ha echado algo en la bebida porque el hombre de camino a casa de la chica va alucinando por momentos.

Al poco de salir esta canción, Queens Of The Stone Age hicieron una versión en acústico en el programa de la locutora Jo Whiley en BBC Radio One. La versión es cuando menos curiosa, podéis verla y escucharla aquí.

AM supuso para Arctic Monkeys batir un récord: es la primera banda británica en conseguir ser nº1 en Inglaterra con sus cinco primeros álbumes. Y esperemos que lo que tenga que venir consiga el mismo éxito porque los Arctic Monkeys han nacido para ser grandes.

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