Si hoy pensamos que es difícil para las mujeres acceder a espacios de visibilidad y poder, ¿cómo habrá sido para Aretha Franklin abrirse camino en la música sesenta años atrás? Y no sólo hablamos de posicionarse en esta industria, sino además de hacerlo siendo reconocida como icono feminista y de la lucha por los derechos raciales.
La máxima exponente del soul y el gospel, usó los escenarios como territorio de reivindicación. Creció influenciada por grandes artistas del jazz y el gospel que fueron cercanos a su familia. Desde muy pequeña su padre, que fue predicador religioso, notó su talento y quiso que tomara clases de piano, pero ella decidió ser autodidacta y aprender música por su cuenta. Y así, de manera precoz, a los 14 años tuvo un hijo y grabó su primer disco.
En el ‘61, Aretha firma con Columbia Records. Durante el período que estuvo con este sello su estilo se vio redirigido hacia el jazz, quedando de manifiesto la versatilidad y el talento de una artista que en verdad se sentía identificada con el Soul. Por esta razón, unos años después cambia de discográfica y en 1967 graba una canción que sería un hito en su carrera y en la historia de la música.
Respect (Respeto) es el nombre del sencillo que se convirtió en un grito universal a favor de la liberación de la mujer y los derechos civiles de los afroamericanos. Esta canción fue compuesta por Otis Redding en 1965 y en su versión original era un reclamo algo machista de un hombre que lleva el dinero a su casa y le exige respeto a la mujer. Interpretada por Aretha, siendo mujer y negra, la canción tomó un sentido totalmente opuesto y transgresor. En plena revolución sexual fue un himno feminista y no solo le dio voz a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, también se apropiaron de ella quiénes luchaban en contra del racismo. Fue todo un símbolo de liberación.
Donde triunfa una, triunfan todas
A partir de ese momento Aretha ganó un montón de cosas y junto a ella ganaron todas las mujeres. Fue bautizada como Lady Soul y galardonada con dos premios Grammy, siendo en esa época la segunda mujer en recibir este premio. Fue la primera mujer negra en aparecer en la portada de la revista Time. En 1987 se convirtió en la primera mujer que es incluida dentro del Rock and Roll Hall of Fame, una institución creada por hombres de la industria con el espíritu mantener en un lugar de reconocimiento el nombre de artistas influyentes, que en ese momento significaba “varones” influyentes, de la historia del rock. En el año 2005, la revista Rolling Stone la nombró una de las 100 mejores artistas de todos los tiempos, convirtiéndose en la primera artista de género femenino en formar parte de este ranking.
La carrera musical de la Reina del Soul es enormemente prolífera, lleva ganados diecisiete Grammy, rompió récords de ventas en diferentes ocasiones y grabó canciones con exitosos músicos como Ray Charles, Eric Clapton, James Brown, Frank Sinatra, Whitney Houston, George Michael, entre otros y otras.
Su trayectoria además se destaca por los reconocimientos recibidos por el importante aporte de su música en la lucha por los derechos de las personas, uno de los más significativos es la medalla de la libertad entregada por el gobierno de los Estados Unidos en el 2005.
Aretha Franklin es la prueba de cómo en la historia de la música las mujeres lograron enormes movimientos reivindicativos, en muchas ocasiones, incluso, sin siquiera ser conscientes o buscarlo, ya que el solo hecho de ser mujer y tomarse la libertad de triunfar en un mundo de varones, transforma el arte en un hecho político revolucionario.