Como cada año, llega el momento de echar la mirada atrás y recordar todos los discos con los que hemos disfrutado a lo largo de los últimos meses e intentar elegir aquellos que nos han parecido mejores. Tras semanas de votaciones, listados, cálculos y deliberaciones por parte de todos los colaboradores de CrazyMinds, aquí os dejamos nuestros 50 discos internacionales favoritos del año.
50. Zola Jesus – Okovi
(…) Zola Jesus vuelve de nuevo con su anterior casa discográfica Sacred Bones, con la que empezó y que había aparcado con Taiga, trabajando con MUTE. De regreso a su origen, no sólo con su anterior sello sino con su estilo lúgubre y sombrío muy parecido a sus anteriores trabajos de 2010 Stridulum y Valusia. Danilova hace una profunda reflexión sobre el derecho a la vida, la fragilidad de las “cadenas” (título del disco) que te unen a la vida.
49. Circa Waves – Little Creatures
(…) no encontramos los mismos matices que en Young Chasers, ni siquiera las canciones parecen transmitir lo mismo; en definitiva, que no han tirado de las demos del primer disco para componer el segundo y seguir sonando igual (hola, Two Door Cinema Club). Kieran Shudall y los suyos ya no van por ahí con riffs surferos, bombo-caja, y ganas de tirar confeti cuando suene T-shirt Weather. Han madurado, y con ellos su música, algo más oscura, más potente, con más cuerpo, pero que ayuda a esa corriente de poderío que transmiten.
48. Aldous Harding – Party
El segundo disco de la neozelandesa (4AD) sorprendió ampliamente en el momento de su lanzamiento y no ha hecho más que crecer desde entonces. Su folk minimalista pero exageradamente expresivo y rudo ofrece una paleta de estados de ánimo exageradamente grande para lo que podría esperarse de unos medios tan reducidos. Creciendo con las escuchas, este Party confirma a una de las grandes triunfadoras inesperadas de este año.
47. Laura Marling – Semper Femina
(…) Semper Femina o es perfecto, ni mucho menos, pero sabe usar sus virtudes para ocultar los pocos defectos que tiene. Tiene temas muy buenos, que quizás eclipsen algunos otros que, sin llegar a ser mediocres, no dan la talla suficiente. De todos modos, como resultado tenemos un álbum completo, definido, cuidado y que progresa, tanto en un sentido musical como lírico, y que puede ser la definición clara de fluidez; incluso en algunos cortes podemos disfrutar de todo el rango vocal de Laura Marling.
46. Kelela – Take Me Apart
Tras varios años de espera llegaba este 2017 el debut de Kelela, una de las voces más respetadas y seductoras del R&B y la música negra actuales. Su producción extremadamente contemporánea y la lista de hits que componen este Let Me Know, no hacen más que confirmar a la artista norteamericana, que definitivamente da el salto entre las mejores de la palestra.
45. Julien Baker – Turn On The Lights
Otra de las grandes confirmaciones femeninas de este curso: la cantante originaria de Memphis delibera un segundo disco de folk rock hermoso y simple. Aunando todos los puntos fuertes que le dieran a conocer en 2015, Baker completa uno de los álbumes más simples y al mismo tiempo aclamados del año gracias a su bella y afectada voz y a sus letras en ocasiones desgarradoras.
44. Japanese Breakfast – Soft Sounds From Another Planet
(…) Soft Sounds From Another Planet muestra una segunda cara del dolor para Zauner. Ahora que el shock inicial ha pasado, la cantante trata de aceptar y redefinir aquellos eventos que marcaron su vida, permitiendo que su sonido avance a medida que lo hacen estos. El sonido de Japanese Breakfast nacía así de una herida y ahora busca encontrar su lugar, dejando un sabor de boca agridulce, un poso existencial en nuestra mente y la curiosidad por saber hacia dónde seguirá creciendo.
43. Alt J – Relaxer
(…) Alt J quieren ir al grano con tan sólo 8 cortes en los que recogen ideas del country, el rock con arreglos clásicos, y lo pasan todo por una batidora con un filtro vintage y los sintetizadores de tu Game Boy Color. Lo bueno: este disco es infinitamente más conciso que su predecesor.
42. Grizzly Bear – Painted Ruins
(…) Con un toque impresionista tal como ellos saben, sus letras perfilan temas políticos centrándose en una ruina pasada y un intento de reorganizarse. Es por ello, que Droste lleva razón en la necesidad de tumbarse en la cama, auriculares puestos, y relajarse intentado percibir todo lo que se esconde entre los múltiples paños de este telar plagado de capas y ambientaciones.
41. Roger Waters – Is This The Life We Really Want?
(…) s This The Life We Really Want? Mantiene una línea por lo general medio-lenta en la que predomina la historia frente a la musicalidad, que funciona como un colchón en gran parte del disco. Cabe destacar el último tema de las doce pistas, Part Of Me Died, el cierre decadente que todos esperábamos de este melancólico británico. Según ha declarado el propio Waters, sus compañeros nunca le entendieron, pero el público sí y por eso un día llegó donde llegó con ovejas balando, sintetizadores disonantes y estribillos para la historia. La leyenda de la música psicodélico-progresivo ha vuelto con paso firme tal como era de esperar.
40. Future Islands – The Far Field
(…) ¿para qué cambiar algo que no sólo es de una gran calidad sino que es una rareza en el panorama actual? ¿Queremos ver a estos chicos lanzando un álbum de noise o trip hop a estas alturas por pura complacencia con la crítica sólo para ver que son humanos? Sea como fuere, Samuel sigue haciendo su trabajo como el día que todo el mundo puso los ojos en él y en sus bailes, a su ritmo, asentando su legado ajeno al ruido y los rumores propios de este mundo tan convulso de tendencias con fecha de caducidad. Ojalá por muchos años.
39. Ed Sheraan – Divide
Tres años después desde que lanzara aquel X que le encumbró al panorama mainstream y le desvinculó en cierta medida de la vena de cantautor acústico con la que sorprendió al público en su debut, Ed Sheeran vuelve con un ambicioso nuevo álbum titulado ÷ (“Divide”). El primer adelanto, Shape Of You, parecía indicar que el británico apostaría por las tendencias de pop tropical actuales, pero no podíamos estar más equivocados. Lo que encontramos en este trabajo es un viaje a sus orígenes, de ahí se explican las letras íntimas retrospectivas que vienen acompañadas por una instrumentación muy orgánica de carácter popular. Sheeran se permite coquetear con las flautas y las gaitas mientras mantiene su esencia de juegos de guitarra acústica y versos medio rapeados que no se despegarán de ti en ningún momento.
38. Nothing But Thieves – Broken Machine
El segundo largo del quinteto británico (RCA) es un convincente e intenso ejercicio de rock frenético, inquieto y en ocasiones casi bailable. Una más que complaciente continuación de su debut, con un sello, que sabe muy bien cómo tratar y orientar a sus bandas cuando de guitarras se trata.
37. Fever Ray – Plunge
(…) Plunge además es una de las mejores sensaciones musicales de este año, mostrando una madurez sonora y lírica, llevando al oyente por rincones personales y enfrentándolo a incomodas demostraciones de erotismo casi grotesco, siempre delimitado por la posición contestataria de FR, reafirmando que se puede combinar el sonido fiestero con la introspección y el contenido profundo sin que uno opaque al otro.
36. Depeche Mode – Spirit
(…) El álbum suena potente, con energía y determinación. Además, tenemos una prueba más de que toda la electrónica comercial no sólo es EDM. Ese toque industrial de los sintetizadores mezclados con la progresión de los acordes y el ritmo contundente de cada tema, deja ya claro que no es un disco sutil; y si a eso le añadimos las letras, este efecto se magnifica; son tan directas que tratar de encajar algún tipo de símbolo o metáfora que rompería toda la inmersión.
35. Arca – Arca
Alejandro Ghersi ha roto definitivamente las barreras que separaban su industrial y cartilaginosa producción, de las músicas tradicionales de su país y del propio pop comercial. En su homónimo tercer largo el venezolano da un revés a su sonido, cantando y otorgando un tono baladesco e íntimo a su música, que parece de lo más transgresor que podemos escuchar actualmente.
34. Mac DeMarco – This Old Dog
(…) Aunque seguramente se lo desvirtúe frente a sus demás largos, este álbum no tiene nada que envidiarles, pues si es por la sección compositiva, tampoco en los primeros había especial virtuosismo. Así el cuarto largo de estudio del “goofy” favorito del panorama alternativo es igual de funcional que los previos para escucharlo en momentos de aletargamiento, pereza, o simple paz.
33. Sampha – Process
(…) El debut de Sampha es un éxito asegurado. Su funcionalidad es evidente tanto para público como para prensa, pues suena accesible, moderno, agradable y cercano. Este año el británico se dará un merecido baño de masas (no sabemos si deseado) gracias a Process, un disco que aunque no arriesga mucho, muestra con creces el talento de su autor.
32. Kasabian – For Crying Out Loud
(…) A lo mejor es un poco prematuro hablar de esto a estas alturas, pero probablemente este sexto disco es el más redondo de toda la carrera de Kasabian, y lo dice un fan acérrimo del West Ryder Pauper Lunatic Asylum, pero mientras que en otros discos de los de Leicester hay canciones que automáticamente saltas, en este parece que todas (tú también, The Party Never Ends) nos quieren decir algo.
31. The Horrors – V
(…) Un disco sólido y variado, con algunos patinazos y grandes canciones que quedarán para el recuerdo. ¿Y en el futuro? Con los chicos de Faris Badwan nunca se sabe y eso es lo mejor. En este mundo de estribillos fáciles y canciones previsibles se agradece un grupo que intente romper con todo en cada disco. Que no dejen de sorprendernos nunca, por favor.
30. Ryan Adams – Prisoner
(…) En conclusión se puede decir que estamos ante un disco redondo, de esos que te apetecen plantarte en soledad y reflexionar. Técnicamente es menos elaborado que sus primeros álbumes, son pistas más cortas pero esa desnudez le hace único, traslúcido, sentido. Derrocha un peculiar entusiasmo, esa viveza que llega a desprender un niño cuando sabe que algo excitante se viene encima.
29. Thundercat – Drunk
Conocido (y destacado) por sus colaboraciones con artistas como FLying Lotus, Kamashi Washington o Kendrick Lamar, Thundercat ha dado otro paso adelante con su nuevo trabajo. El paranoide tercer largo de Stephen Bruner es un expositor de funk, soul, jazz, R&B y hip hop oscuros y sucios, con grandísimos momentos y varios hits indiscutibles.
28. Alvvays – Antisocialites
(…) El pop es alegría, diversión, frescura, entre otras cosas; y en ese género aparecieron de la nada los canadienses Alvvays en 2014, con un pop que representaba todos esos adjetivos, además de combinarlos con psicodelia, shoegaze y ambientes del dream pop. Una joyita de álbum que este año tiene reválida, se llama Antisocialites y, sin cambiar demasiado, consigue transmitir una evolución hacia un sonido más experimental gracias a los detalles electrónicos que cubren el LP de fondo a sus melodías adictivas y pegadizas.
27. Protomartyr – Relatives In Descent
Protomartyr han logrado que el post-punk vuelva a sonar actual en este 2017. De este éxito que apenas dos o tres bandas coetáneas pueden certificar, se sobreentiende que Relatives In Descent puede -y debe- ser un disco de referencia para el género en nuestra época. Debe serlo por el nivel de cada una de las canciones, el acierto lírico y la capacidad constante del cuarteto para transcribir con fidelidad su visión del mundo en el que vivimos: It doesn’t get much better than this.
26. Noel Gallagher’s High Flying Birds – Who Built The Moon?
El último trabajo del ex Oasis con sus otros colegas es posiblemente el mejor que haya firmado hasta la fecha. Con una nueva perspectiva, el mayor de los hermanos Gallagher repasa de forma exótica e interesante gran parte del indie rock actual, saliendo especialmente airoso.
25. King Krule – The Ooz
(…) Esta vez lo hace demostrando una enorme capacidad para narrar y ambientar, contextualizar y reflotar sentimientos e imágenes propias con gran fidelidad, además de hacerlo sobre melodías bastante redondas en la mayor parte de las ocasiones. Siguiendo esta línea creciente no veo razón alguna para que Archy Marshall no se convierta de aquí a unos años en una de las voces representativas de su generación, equilibrando además la adulación de sus oyentes con las de la prensa especializada.
24. Imagine Dragons – Evolve
Las cosas claras: Smoke and Mirrors era un trabajo del todo descafeinado. Atendiendo a la rabia del debut y de temas tan pegadizos e icónicos como Radioactive, On Top of the World o It’s Time, el segundo álbum de Imagine Dragons dejaba algo que desear. Para remediarlo, los de Las Vegas han querido recuperar ese rock electrónico más explosivo de sus inicios y bañarlo de madurez y, en ocasiones, oscuridad. Mezclan sintetizadores con ritmos trepidantes mientras la voz rotunda de Dan Reynolds no deja espacio para la paz. Es fácil afirmar que, en este trabajo, Imagine Dragons vuelven a encauzar su carrera en el sonido que mejor les sienta.
23. Gorillaz – Humanz
(…) con temas realmente destacables como Saturnz Barz, la ya nombrada We got the power, o The aprenticce, que realmente merecen la pena echarles un vistazo. Humanz es un soplo de aire fresco que, a pesar de no ser lo mejor que tiene el grupo, no deja indiferente a nadie.
22. Arcade Fire – Everything Now
(…) Desde luego el último adjetivo que define a Everything Now es “serio” pues la sátira, el humor y la parodia abundan en cualquier alusión referida a Arcade Fire y su último trabajo. Es un paso más en lo que comenzó con su predecesor, a algunos les agradará y a muchos otros les parecerá una controversia en sí misma y un paso en falso de la banda. De todas formas, hay una certeza clara: música, grupos y artistas evolucionan y seguramente esto no sea más que una etapa concreta en la discografía del sexteto, tal como pasó con U2 y muchos otros.
21. Phoenix – Ti Amo
En su sexto disco de estudio, la banda francesa que se formara un nombre con su indie pop sintetizado y agradable, se pasa al italodisco con canciones especialmente sensuales, bailables y divertidas. Su luminoso sonido sigue más que presente, en esta ocasión dotado de unas líneas de bajo más frenéticas y dinámicas que les acercan a la pista de baile.
20. Royal Blood – How Did We Get So Dark?
(…) Es un disco para disfrutar tanto si eres amante de bandas como The White Stripes, con quien se les ha comparado muchas veces; Muse, debido a los bajos de Chris Wolstenholme; o incluso si eres amante del hard rock de Los Ángeles. Es, además, una incertidumbre en sí ya que no asegura la dirección de un futuro trabajo de la banda.
19. Haim – Something To Tell You
(…) Este disco es, por tanto, un buen trabajo digno de haberse hecho esperar con unas influencias claras y muy disfrutables y con unas letras que identificarán a más de uno, apoyadas por una gran instrumentación y rítmica merecedora del tiempo presente y que denota actualidad en el estilo.
18. The Killers – Wonderful Wonderful
(…) Nadie puede negar que en cada uno de los temas que componen el quinto trabajo de la banda se escucha a The Killers, y hacía demasiado que eso no ocurría. Las baladas suenan como tal, melancólicas, llorando pérdidas o resurgiendo de cenizas en contraste con las pistas enérgicas, brillante ejecución. Es un gran retorno que, como pega, debió lanzarse hace varios años.
17. Cigarettes After Sex – Cigarettes After Sex
La banda de Greg González lanzaba finalmente su esperado debut este año, un disco homónimo que completa y repasa las ideas presentadas en sus eps formativos. Su dream pop íntimo y melancólico es una de las escuchas obligadas de este 2017, pues a pesar de no poner nada nuevo sobre la mesa, resulta ser un LP muy completo y bien formado que poco debe envidiar a sus coetáneos genéricos.
16. St. Vincent – MASSEDUCTION
(…) Lo liviano no es sinónimo y lo fácil de escuchar tampoco, Masseduction es, sin duda, un gran proyecto que hay que sentarse a escuchar y que no pretende convencer a quien la música contemporánea le es un hobby pasajero
15. The War On Drugs – A Deeper Understanding
(…) El final de You Don´t Have To Go es el mejor cierre posible a uno de los álbumes más esperados del año que, si bien no muestra gran evolución, sí que goza de una producción excepcional y grandes canciones que aúpan otro peldaño a The War On Drugs.
14. Liam Gallagher – As You Were
(…) Nos alegra volver a tener a uno de los mayores iconos de la música británica de los 90 más en activo. Y sinceramente, si es capaz de seguir en esta línea, y viendo las vertientes que Noel está cogiendo con los High Flying Birds, no creo que nos haga falta soñar (de momento) con una reunión de Oasis. Liam está vivo señores, y viene dispuesto a volver a dejar su huella.
13. Queens Of The Stone Age – Villains
(…) Era una apuesta arriesgada y diferente pero que no ha salido por la culata y los mantiene en la cima un tiempo más. Muchos se sentirán decepcionados pero la posibilidad de bailar temas, de ven en cuando, de este grupo es cuanto menos algo inesperado, la pena es que la idea haya salido del despacho de producción. Aun así, nadie puede negar que Queen Of The Stone Age ha vuelto y siguen sonando como nunca.
12. Spoon – Hot Thoughts
(…) Hot Thoughts se convierte así en otro disco top más de Spoon, en el que por fin se nota el paso del tiempo (no es fácil escuchar más de cien canciones de una banda y seguir considerándolas todas igual de buenas), y en la mayoría de los momentos para bien. Los de Texas, que no van a recibir tanta admiración por este álbum en concreto, no tendrán problema igualmente para presentar en directo un impecable repertorio que parece no tener fin.
11. Perfume Genius – No Shape
(…) El compositor habla de un mundo semi onírico con tintes rococós al que trascender mientras que el letrista pretende encandilar al oyente con su amor, así como mostrarle sus pensamientos y, por qué no, sus pesadillas. Si esto confluye en una misma persona que además intenta dar un aire barroco a su obra jugando con reverberaciones y repeticiones rítmicas el resultado es, cuanto menos, prometedor.
10. Fleet Foxes – Crack-Up
(…) En conclusión, Fleet Foxes han vuelto con las pilas cargadas de experimentación y detalles instrumentales de otras épocas, que sitúan a la banda en una posición intermedia en la escena. Capaces de atraer a cualquier público gracias a una variedad repleta de registros y a una capacidad única de crear ambientes emocionantes y épicos a base de coros y melodías agradables. Se les echaba de menos, así que esperemos que dure más esta etapa que la anterior.
9. Slowdive – Slowdive
(…) Sumergirse en las olas que nos mecen en este Slowdive, dejarnos llevar por el viaje (ni psicodélico ni externo sino interno y emocional) y disfrutar de todo lo que nos lleva desde Slomo hasta Falling Ashes, parándonos en el pequeño viaje que es cada una de las canciones. Viajes que nos llevan hasta el postrock de Go Get It, al shoegaze puro de Everyone Knows o al dream pop de Star Roving.
8. LCD Soundsystem – American Dream
(…) Cabe destacar por último que sin duda mantiene la línea de cualquier trabajo firmado por LCD Soundsystem y que su duración no es para nada reprochable pues da más de una hora de contrastes, buenas melodías, pasión interpretativa y altibajos musicales en definitiva.
7. The XX – I See You
(…) I See You es mucho más de lo que se puede ver a simple vista en él. Es un disco en el que The XX se han resarcido de sus miedos, y lo han hecho canalizándolos a través de canciones que sirven para disfrutar y desquitarse uno mismo. Como banda que ya tenía sobre ellos el peso de la fama y el hype por encima de sus posibilidades, esta vez sí que recibirán atención con mayor merecimiento. Tienen además las herramientas para ser una de las bandas más importantes del panorama indie de nuestra generación. Sólo necesitan mantenerse desinhibidos, alegres, y frescos, algo más que necesario en los tiempos que corren (no creo que podamos exigirles un disco de carga política).
6. Wolf Alice – Visions of A Life
(…) Wolf Alice, acaban de llegar, pero denotan una creatividad que los propulsa como candidatos a capitanear esta nueva ola alternativa que se basa en hacer lo que te dé la gana en estudio, sin pensar en el que dirán.
5. Lorde – Melodrama
(…) No debemos olvidar que la neozelandesa tiene una condición neurológica conocida como Chromesthesia, esto es que cuando ella escucha ciertas notas o sonidos le aparecen los colores correspondientes. De ahí que todo es y sea siempre tan intenso, porque algo indudable es la fuerza que transmite hasta cuando habla del momento en el que estamos solos, en el que todos somos iguales, con las mismas dudas e inseguridades. Lorde tiene muy claro que ella es una estrella fija en el firmamento, de ahí que al escuchar Melodrama, cuatro años parezcan un suspiro.
4. Father John Misty – Pure Comedy
(…) Pure Comedy se aúpa así al podio de los mejores discos de lo que va de año. Uno de esos extraños largos que en la cuantía de sus pretensiones se pierden y se encuentran constantemente a través de momentos de tremenda belleza, actualidad, urgencia y necesidad. Se siente como un álbum que debía llegar en este 2017, y también como la consumación (por el momento) a la carrera de Josh Tillman, uno de los autores folk más capacitados de nuestra generación.
3. Kenrick Lamar – DAMN.
(…) Sin comerlo ni beberlo Kendrick Lamar completa un álbum que se pretende no político (aunque lo es), no reivindicativo (aunque lo es), y muy personal (que sí que lo es). Y lo hace de forma bastante menos abrumadora que en sus dos largos previos, pero no por ello perdiendo profundidad. Con cada lanzamiento del rapero de Compton queda más claro el que estamos ante una de las figuras más relevantes para nuestra cultura (la de occidente, ya no digamos de la afroamericana, sobre la que tenemos nula potestad), al menos en la generación que nos atañe. Así se siente aún más como un privilegio el poder convivir con el momento más prolífico de un músico como Duckworth, que ya es historia de la música negra y no merece de comparaciones. También resulta bochornoso hablar de forma tan complaciente de alguien a quien se pretende analizar, y no enaltecer; pero los registros del norteamericano hablan por sí solos.
2. Beck – Colors
(…) Nos dejó melancólicos con Morning Phase y decidió experimentar con indie rock, funky y pop para este nuevo trabajo. Y quizá Colors es el mejor nombre que le podía poner, una armonía de mil colores, ninguno parecido al otro, todos distintos al igual que él y su música. De los pocos artistas que ha conseguido que ninguno de sus discos se parezca a otro, en nada más y nada menos que 25 años de carrera musical. Todo un logro en la industria de la música actual. Beck ha sido capaz de renacer una vez más y sin estrellarse, impecable y no es la primera vez que lo hace. Que un artista sea capaz de que su propio estilo sea él y no un estilo concreto de música es algo muy grande.
1. The National – Sleep Well Beast
(…) ¿Habrán conseguido los de Cincinnati poner a dormir a sus bestias?, me pregunto. Y si lo han hecho, ¿qué les queda ahora? Dieciocho años de trayectoria les han dado un nombre en el panorama indie, un sonido único e irrepetible y un puñado de álbumes memorables. Sleep Well Beast, en este sentido, se consagra como un cúmulo de experiencias maduradas, pero también como la necesidad de dar un giro –por pequeño que sea- en el sonido de la banda. Un sonido que, si tratan con el mimo que siempre han hecho, es imposible que defraude en el futuro.