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La historia de Sixto Rodríguez: «Gracias por mantenerme vivo»

Quien la conozca, no creo que ponga en duda que la historia de Sixto Rodriguez es una de las más interesantes que se hayan podido oír. Su álbum Cold Fact tuvo una increíble repercusión en Sudáfrica. Lugar donde Rodríguez se convirtió en una leyenda y su música en el himno de la libertad y la rebelión contra la opresión existente durante el apartheid.

Un álbum que pudo vender medio millón de copias, un artista idolatrado por miles y miles de personas, pero del que nadie llegó a saber nada nunca. Había rumores que decían que se había quemado vivo durante una actuación en directo, otros decían que se había volado los sesos al terminar la última canción de un concierto… pero lo único cierto es que nadie sabía nada realmente.

Es curioso cómo influimos unos en las vidas de los otros sin ser plenamente conscientes de ello. Rodriguez llegó a ser como un profeta en Sudáfrica. Aquí es donde se produjo una colisión, ya que por un lado se inició una búsqueda por una parte un periodista decidió que quería llegar al fondo del asunto y averiguar cómo murió Rodriguez a la par que, por otra parte, un fan hizo una página web para que cualquiera que pudiera saber algo sobre Sixto lo compartiera. Los caminos de ambos se cruzaron… y ahí fue cuando realmente la búsqueda comenzó a avanzar.

El periodista investigó y habló con personas que habían trabajado con Rodriguez, así fue como se enteró de que el cantante no solo no se había suicidado sino que además seguía vivo. Escribió un artículo contando lo que entonces pensó que era una historia cerrada, pero el artículo traspasó las fronteras de África y llegó a manos de una de las hijas de Rodriguez, la cual se puso en contacto con él y unió a los dos investigadores para poder contactar con su padre.

Así fue como Sixto Rodriguez se enteró de la importancia que había tenido su música en Sudáfrica, era un mesías, más famoso que Elvis o los Rolling Stones, Cold Fact era un clásico que podía encontrarse en la casa de prácticamente cualquier familia. Y su creador llevaba toda su vida pensando que su música no había trascendido.

Pronto organizaron un viaje para que Sixto fuera a Sudáfrica y conociera a los que llevaban años buscándole y tocara en directo. Cuando llegó la noticia no solo de que Rodríguez estaba vivo sino de que además iba a dar un concierto mucha gente pensó que era mentira, una estrategia comercial. La pregunta que todo el mundo se hacía entonces era cómo, cómo es posible.

Un icono, el poeta por excelencia con la sinceridad como bandera cuya música, por ser pura controversia había cambiado la vida y el ánimo de toda una sociedad, impulsándoles a la reivindicación de todo lo que les pertenecía por derecho. Un artista único que nunca llego a ser consciente de todo lo que su música había creado, totalmente ignorante del provecho que la discográfica había sacado de sus discos.

Nunca llegó a recibir ni un céntimo de todas sus ventas. Y nunca lo quiso. A pesar de haber descubierto esta otra vida, no abandonó la vida humilde y tranquila que había llevado desde su fracaso en el mundo musical. Su éxito como cantante era casi como otra identidad, una vida complementaria, secreta.

El día 3 de junio de 1998 hizo el primer concierto en directo, la gente expectante todavía no acababa de creerse que iban a verle a él, era casi como si se tratara de un fantasma, cuando llegó el momento se subió al escenario, se plantó delante del público y les dijo, al son de los acordes de la primera canción, “gracias por mantenerme vivo”.

Si quieres descubrir más de este apasionante relato musical, ver imágenes, vídeos, opiniones… las puedes encontrar en el documental titulado Searching for a Sugar Man, el cual relata toda esta bonita historia protagonizada por Sixto Rodríguez desde el inicio de la búsqueda de este artista hasta su reencuentro con su ferviente (y desconocido por él) público el 3 de junio de 1998.

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