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¿Qué fue de… Ride?

Más allá de miradas al pasado, lejos de convencionalismos formales y cerca de la experimentación colmada de fusiones de géneros musicales, se encontraba una banda cuya breve existencia ha dejado un poso creativo tan enorme que probablemente no se entienda la música actual ni mucho de lo que presuponemos como tal sin ellos. De nuevo, unos chicos de Oxford entendieron la música de una manera diferente. Lástima que sus nada académicas enseñanzas quedaran sumergidas en el limbo del olvido.

 

Mark Gardener es un asustadizo y fino bebé que brama por primera vez un 6 de diciembre de 1969, el día que oficialmente muere la inocencia y la música en un único acto agónico de cataclismo social. Océano Atlántico mediante, los Rolling Stones actúan en Altamont ante 400.000 enfervorecidas personas. Meredith Hunter, una lozana hippie de 19 años, trata de asesinar a balazos a sus satánicas majestades, en concreto a Mick Jagger. Los custodios de la banda son ni más ni menos que Los Ángeles del Infierno y actúan rápida y violentamente. Se recrean en su cometido y la chiquilla muere. El acto arrasa con la inocente cara de los 60, entrando en una época más oscura y violenta. La desilusión lleva a mucha gente a señalar la fecha como la muerte de la música. Quizás no se equivocan.

 

La tormentosa y nevada noche en Oxford que sirve de preludio al advenimiento de Gardener difiere de la que ha visto nacer a Steven Queralt un año antes. Por su parte, Andy Bell ya tiene dos años y es un niño inquieto y sano. Los tres crecen en la campiña de Oxford. El hogar de clase media de Queralt es feliz pese a las carencias económicas. Su padre es un honrado electricista y su madre se emplea a media jornada en diversos trabajos de escasa remuneración. Su hermano, actor, alucina con la facilidad del chico con los teclados Roland o Casio que se dejan caer por su casa, su guitarra o con la batería.

 

Gardener eleva la música al centro de su vida. Recuerda el primer disco que escucha a la tierna edad de 7 años. Surf Up de los Beach Boys marca la vida del chico que adora ese periodo musical de creatividad combativa y libertad. Aquellas sesiones graban en su alma a Eddie Cochran, Stray Cats, Blondie o Rod Stewart. Grandes músicos que se intercalan entre las canciones comerciales más actuales de su madre. El hecho le ofrece una panorámica exquisita de las tendencias pop de las dos últimas décadas en UK.

 

El chico se muda a una barriada de la ciudad construida para alojar los refugiados provenientes de Londres durante los bombardeos de la capital durante la II Guerra Mundial. Gardener se pasa al ska cuando descubre a The Beat, Specials, Dexys Midnight Runners y Madness con apenas 12 años. En 1988 comienza a estudiar arte y a asistir a directos. The Cult, The Damned o Big Country dan paso a la primera actuación de Gardener ante un público. En una función escolar interpreta temas de Grease junto a Queralt, dos años mayor que él pero íntimo de su hermano, y Andy Bell, compañero suyo de clase. Coinciden en gustos musicales como Smiths, Velvet, Bowie y Afrika Bombatta. En la escuela de arte de Oxfordshire conocen a Loz Colbert, batería. Esa es la semilla de Ride.

 

 

Queralt y Bell tocan juntos en una oscura banda de Reggae denominada Big Spiderback durante un tiempo. Queralt compagina su pasión por la música y sus estudios con un trabajo part-time en una tienda de discos de la cadena Our price. A los 14 años Gardener cumple su sueño juvenil de actuar con su banda, llamada Ride. El nombre surge tras varios descartes y gusta su sonoridad y su perfil evocativo. Bell cree que la inspiración necesaria para crear Ride surgió de la presencia de la banda en un directo de los Smiths.

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El enclave de su debut es el New Theather de la localidad universitaria. Tras este hito la banda produce una demo grabada de manera bastante rudimentaria en la habitación de Steven Queralt. Incluye Chelsea Girls y Drive Blind. El jefe de Queralt en la tienda hace acopio de su buen ojo clínico y decide representar a los chicos. El mánager primigenio de Ride decide organizar noches de música en directo en los locales de la ciudad. Nace Local Support y Dave Newton aún no ve preparados para el reto a sus pupilos. Una noche, la no comparecencia de una banda genera un vacío en la noche que se rellena con Ride. Los imberbes muchachos cumplen a la perfección con su cometido y se convierten en el revulsivo de una noche insulsa. Newton tarda en detectar el filón dos acordes.

 

Una de sus demos casi dadas por perdidas cae en manos de Jim Reid, líder de los prestigiosos The Jesus and Mary Chain. Jim la obtiene del dj Gary Crowley. El impacto causado tras sus escuchas conduce a un repentino interés en Ride por parte de Alan McGee, mánager de los Mary Chain. El nuevo representante de la banda de Oxford les utiliza como teloneros de Soup Dragons durante 1989. Tras lo cual les ofrece firmar con su sello Creation Records.

 

Graban tres EP’s titulados Ride, Play y Fail. Todos ellos entran en el top 75 de singles británicos. Es más, Ride y Play se cuelan directamente entre los primeros 40 éxitos comerciales. Nada convencional en una maqueta al uso sin lanzamiento de disco a la vista que soporte una campaña promocional. Por si fuera poco, Ride se convierte en el primer top 75 del sello. Alegría por doquier en McGee y entre los chicos de Oxford.

 

Etiquetan a Ride dentro de la escena shoegazing. Una maravilla musical repleta de reverbs, ambientes espaciales y susurros. A pesar de sus paralelismos en un principio, el grupo decide desmarcarse del movimiento y seguir su propio camino. Su estilo de distorsión refinada y melódica cargada de referencias sixties y aprovechamiento de los nuevos medios como sintetizadores o mesas les confiere un estilo personal alejado del resto de bandas británicas. Una manera de entender la música que anticipa una década lo que está por venir. Gardener afirma: «Nos gustan las bandas ruidosas. Cuando estábamos en la escuela de arte queríamos ver a My Bloody Valentine, House of Love, Stone Roses o Sonic Youth. Todos tienen una gran influencia en nuestra música».

 

John Peel bendice a Ride en una de sus maravillosas sesiones para la BBC. Crece su popularidad y consiguen situar sus tres singles entre los más escuchados del Festive Fifty Dreams. Crece una pandemia llamada Ride. Dream Burn Down alcanza el #3, Like a daydream el 4 y Taste se conforma con el #25.

 

1990 cambia el panorama de la banda y de la música británica. Lanzan Nowhere y se convierte inmediatamente en un éxito sin precedentes. Llega directo desde la nada al #11 y los férreos críticos de las islas les catalogan como «la esperanza más brillante». Comienzan los grandes conciertos y la presión del público en pos de más material discográfico. Creation Records aprovecha el tirón para publicar un nuevo EP que contiene Today Forever, un punto de inflexión en la trayectoria profesional del grupo. El gobierno de la distorsión impone su dominio hegemónico sobre Ride y a su creciente manada de seguidores les entusiasma el giro radical hacia un sonido más sucio. Giran por primera vez fuera de UK por Australia, Japón y Francia. Las entradas niponas se venden en una asombrosa cuestión de minutos.

 

En febrero del 92 y en plena vorágine de locura colectiva con Ride colocan su temazo Leave Them All Behind en el top 10 británico. Un mes más tarde sale Going Blank Again, el segundo disco de una formación en plenitud creativa. No obstante, hay algo que subyace tras ese artificial éxito. Bell admite que «mientras sacamos el segundo disco nos encontrábamos exhaustos. Nos tomamos un tiempo después de girar y grabar».

 

Tras ese reposo reparador, los Ride regresan al trabajo con un tercer disco bajo el brazo en 1994. Se enfrentan a un cambio de paradigma fruto de la conquista del público llevada a cabo por el britpop. El shoegazing muere lánguidamente. A pesar de ello Carnival of Light se convierte en un caramelo apetitoso e innovador mecido por John Leckie y Nigel Godrich, productores de Radiohead en diferentes etapas. Ambos reputados productores le prestan How Does It Feel to Feel? a George Drakoulias, el talentoso productor de los mejores trabajos de Primal Scream o Black Crowes. El tema se convierte vertiginosamente en un incunable del pop. Los teclados de la canción recaen sobre Jon Lord, de Deep Purple. Los arcaicos críticos de la época lo tachan de aberración sin comprender el recorrido del single.

 

Los egos acaban devorando al talento y Ride se convierte en una mascarada de odio y envidias absurdas. Bell reconoce que «hubo buenos tiempos aunque la música había tomado un segundo plano. Cuando grabamos Carnival of Light logramos indulgencia». Tras meses de hastío y pasotismo existencial, la banda rebautiza internamente su nuevo trabajo como Carnival of Shite. Comienzan a aborrecer su propia obra.

 

Un año más tarde, las gélidas relaciones entre los miembros del grupo hacen casi insostenible su continuidad. Ride se resquebraja a pasos agigantados. Gardener abandona la banda a mediados del 95 dejándola herida de muerte mientras se graba su cuarto disco de estudio bajo el nombre de Tarántula. Los delirios creativos de Gardener y Bell conducen a un álbum en el que se dejan atrás los tintes shoegazing de los inicios para embarcarse en nuevas tendencias más próximas a la electrónica. Gardener lleva meses obsesionado con la nueva música dance noventera y pretende introducirla en Ride, algo que choca con la visión inamovible de Bell, que se presenta como el salvaguarda del sonido original de la formación de Oxford. Esa tensión entre ambos se traduce sobre el álbum de manera surrealista.

 

Ambos guitarristas deciden dividir sus composiones por caras. En la primera parte del disco se disponen los festivos temas de Gardener y en la B los Ride más consolidados de Bell, que prohibe intercalar temas de las dos autorías. Andy reconoce años después: «Imagina una discusión donde lograr la victoria implica decir que no quieres mezclar tus canciones en la misma cara que las suyas y que de hecho suceda. Se nos permitió por rodearnos de gente con comportamientos infantiles». Autodestrucción. Bell aporta Castle on the Hil,l un tema en el que se mofa del exilio autoimpuesto de Gardener en el momento de hacer la producción del disco. La distensión inhabilita a Ride para componer temas medianamente trascendentes.

 

La crítica se los come, a ambos. El bochornoso LP propicia que, pocos meses después, Bell acompañe en su decisión a Gardener y que finalmente en marzo de 1996 Ride anuncia su disolución definitiva. Una semana. El disco sale a la venta una semana. Un halo post apocalíptico se desprende de Tarántula. Nadie lo quiere promocionar ni comprar. Crítica y pública festejan con júbilo la desaparición de tal tomadura de pelo acústica. Allmusic la describe como una abominación de los setenta embadurnado con clichés propios de Lenny Kravitz. A algo tan letal es difícil sobrevivir. Los Ride se descalifican como músicos pero la vida continúa. Andy Bell y Gardener reconocen su parte de culpa de semejante fiasco.

 

Bell crea Hurricane no1, su nueva banda. Se muda a Estocolmo. Disuelve su nuevo proyecto poco después de su nacimiento. Unos tal Gallagher le llaman para unirse a Oasis como bajista. La relación con Liam es fructífera y cuenta con Andy para su siguiente proyecto, ya como Beady Eye. Bell vive en Londres y continúa al lado del ex-Oasis.

 

Por su parte, Gardener y Colbert se unen a Sam Williams en The Animalhouse, una nueva banda de corte más brit. El sello BMG anda detrás de ellos y les ayuda a cosechar un gran éxito en Japón donde la etiqueta Ride aún pesa mucho. La formación sobrevive renqueante hasta 2002. Colbert se ofrece como sustituto de otra de nuestras bandas predilectas en esta sección como es Supergrass. Sustituye durante un tiempo a Danny Goffe. Una vez cercenado el proyecto, se une a Jesus and Mary Chain gracias a su amistad con Mark Crazer y con el mítico integrante de la banda Can, Damo Suzuki. En la vida de Colbert es 2005.

 

Gardener y Bell actúan en una banda tributo a Dylan. Por su parte, Queralt decide retirarse de la música. Malgasta su voluminoso tiempo libre viviendo en Oxford, practicando fútbol sala y velando por una creciente familia. Años después prosigue su relajada vida en Hammersmith, Londres.

 

2001. El canal 4 británico rueda un material valioso sobre el cual trabajan para emitir un minucioso documental sobre Sonic Youth titulado Pioneers y en donde actúan durante 20 minutos de manera improvisada. La grabación termina incluyendo un canción y dos temas acústicos. Todo este contenido se publica en 2002 bajo el nombre de Coming Up for Air. El inusitado interés que despierta en la audiencia este EP provoca que la banda se replantee un hipotético regreso. Idea desechada tras consulta con sus respectivas almohadas y esposas. Ese mismo año editan una lujosa caja nostálgica con 3 CD`s: OX4, The best of Ride, los inéditos incluidos en Firing Blanks y Live Reading Festival ‘ 92.

 

Sus sesiones en la BBC visitan las estanterías de las tiendas de discos durante 2003 conocidas por Waves. Nuestro amigo Gardener continúa su carrera musical en solitario al tiempo que lanza discos pusilánimes del tipo Goldrush o su acústico grabado en The Knitting Factory, NYC. En una parada de su tour en Estocolmo aprovecha para volver a tocar con Andy Bell, rememorando los buenos tiempos de Ride. Una vez superado su ego y cerciorarse que el talento propio no le llega para ser estrella, pone su buen gusto musical a disposición de varios artistas de campanillas a partir de 2005, léase Rinocerose. A finales de ese año publica These Beautiful Ghosts en Estados Unidos. Acogida tenue aunque superior a sus anteriores incursiones musicales.

 

En 2007 niegan rotundamente un posible regreso. Gardener continúa con su trabajo de producción en bandas como los fabulosos Brianjonestown Massacre y su EP de 2009, Smoking Acid. Laurence Colbert imparte un curso sobre música contemporánea en la prestigiosa universidad de su natal Oxford en 2010. Queralt sigue viviendo de royalties sin ninguna pretensión de regresar a la música más que en alguna jam londinense. Su hijo de 16 años es quien disfruta las viejas glorias musicales y económicas de su padre.

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