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¿Qué fue de…Morning Runner?

El éxito es sólo el comienzo. Más allá se abren posibilidades y abismos. La industria musical gobierna con mano dura la escena musical y decide a quién pertenece el Olimpo. En ocasiones nos encontramos con bandas que dejan un recuerdo indeleble gracias a un gran trabajo o un tema inolvidable, una preciosa portada o quizás un anuncio que nos anime a comprar algún producto innecesario. Un buen día desaparecen de la faz del planeta sin más señas que el amargo sabor del olvido y una nota en su Myspace. Por eso es necesario resucitar sus logros y sus derrotas para conocer lo que nos venden los sellos no siempre corresponde con lo mejor que nos puedan ofrecer. Morning Runner es un buen ejemplo de banda desaparecida tras besar el éxito cuyo influjo se difuminó rápidamente sin dejar rastro. Nada como repasar los sueños rotos de cuatro tipos británicos para comenzar esta recopilación de anhelos quebrados y frustraciones en que se convertirá esta sección.

Reading es una coqueta ciudad de Inglaterra donde crecen cuatro chicos con una pasión musical común. Los cuatro no se conocen durante sus primeros años de vida. Su adolescencia no destaca por nada especial. Correrías nocturnas, instrumentos que comienzan a sonar como ellos desean y lo demás se corresponde con cualquiera de nuestras experiencias personales: amor, desamor, inquietudes adolescentes… Los caminos de la vida les lleva a recorrer garitos de la ciudad con sus bandas correspondientes con mayor o menor acogida popular.

Corre el año 2003 cuando un promotor de clubes local con buen tino invita al vocalista y guitarrista Matthew Greener, el bajista Tom Derett y el percusionista Ali Clewer a abandonar sus respectivas formaciones para tocar juntos. El trío acepta con cierta estupefacción por lo inesperado de los acontecimientos. Ese mismo año debutan ante el público. De entre los asistentes surge de la nada un pianista de gran talento y mayor innovación. Chris Fields Wheatcroft se ofrece para tocar junto a la banda. El recién encarnado líder del grupo, Matthew Greener, se muestra reticente a contar con un piano. No obstante, Fields se sube al escenario y revoluciona por completo la música de los chicos de Reading. Derret reconoce que en un principio, eranm tres tíos tocando lo más fuerte que podían pero entonces llegó Fields y les presentó el concepto de melodía.

Deciden llamarse Matthew Greener’s Band. El nombre dura afortunadamente poco tiempo convirtiéndose en Morning Runner. El origen de la denominación responde a una curiosa reflexión filosófica. Corredor Matutino viene a ser su traducción, pero posee una explicación existencialista muy personal. Greener comienza a admirar a aquellos seres que buscan mejorar física o espiritualmente día a día a sabiendas de que algún día morirán y les rinde homenaje con su música.

Morning Runner

Bajo su nueva identificación se recorren sin cesar locales y salas de conciertos. Su carta de presentación es el tema The Great Escape. Una canción que conecta rápidamente con su audiencia y se une a la energía de sus conciertos como arma promocional. El nombre de Morning Runner comienza a correr como la pólvora de boca en boca. Su estilo refinado y agresivo al mismo tiempo contrasta con la escena, aunque muchos buscan comparaciones con Coldplay. Hemos de reconocer que el parecido existe aunque la estridencia al piano de los Corredores Matutinos y la personalísima voz les diferencia de Chris Martin y compañía.

El sello Parlophone se fija en ellos y les ofrece un prometedor contrato. La disquera les impulsa hacia nuevos horizontes. Telonean a lo más granado de la escena brit. Bloc Party, The Pogues, The Magic Numbers suponen la primera toma de contacto con un público masivo. La cima de su reconocimiento llega con su elección como teloneros de Coldplay dentro de la gira Twisted Logic.

Se sumergen en la grabación de su primer disco durante 2005. A primeros de ese año, lanzan el EP Drawing Shapes cuya buena acogida se proyecta en su Wilderness Is Paradise Now, su entonces esperado primer disco.

El LP se presenta con el single Gone Up in Flames en agosto. El éxito es rotundo. El álbum se lanza semanas después y alcanza las primeras posiciones de las listas de éxito del Reino Unido. La gira correspondiente no se hace esperar y pasean su nuevo trabajo por salas y festivales durante todo el año 2006. El clip de Burning Benches acompaña el recorrido de la banda mediante un gran y premonitorio impacto visual. El ahogamiento colectivo que se observa en las imágenes es una bonita metáfora de lo que les sucederá en los próximos meses a aquellos chicos que salieron de Reading con la intención de revolucionar la escena musical de su país.

A pesar de contar con la bendición del público llenando locales y con un aceptable número de ventas para tratarse de una formación novel, Parlophone toma una decisión cuanto menos controvertida. El sello les comunica al regreso de su gira que no cuentan con ellos. Estupefactos buscan encontrar alguna respuesta a una noticia de tal magnitud. La discográfica les comenta que su sonido no es suficientemente Pop para los gustos comerciales del público, por lo que no tenía sentido proseguir su relación contractual.

Ante la opinión pública se maquilla la cuestión argumentando un bajo nivel de ventas. Una discreta nota en el myspace de la banda sirve para comunicar a sus seguidores la noticia. «Por las presiones sufridas desde nuestra discográfica y en parte por las relativas bajas ventas de nuestro primer álbum hemos decidido poner fin a Morning Runner tras unos días intensos de reflexión. Sólo nos queda agradecer el apoyo de todos nuestros seguidores». Matthew Greener anuncia días después que tienen previsto publicar varios demos con el material grabado perteneciente al que hubiera sido su segundo álbum. Incomprensiblemente este material jamás verá la luz.

Sin discográfica y sin ningún tipo de perspectivas de futuro, su música sobrevive en otros medios. Un spot de Adidas y el videojuego FIFA 07 utilizan su Gone Up in Flames dando a conocer a otro tipo de público más generalista la obra del extinto grupo británico. La competencia también reconoce a posteriori la enorme pérdida que suponía la desaparición del grupo. Hubiéramos tenido problemas si Morning Runner no se hubieran separado.

Greener aprovecha los últimos estertores de la formación para hacer una gira acústica en solitario. A día de hoy, el propio Greener y su excompañero Crewer forman Perfect Life, una banda de sonido similar a su antigua banda aunque sin disco en el mercado sobreviviendo a base de nostalgia, algunas canciones grabadas y escasos bares donde tocar.

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