Hablar de bandas con mala suerte es hablar de Badfinger. Su talento fue inversamente proporcional al desprecio de las discográficas y al infortunio de un grupo de músicos que pagaron su desconocimiento de una industria musical depredadora y malvada con la vida. Sí, con la vida.
Muchos, sobre todo las generaciones más jóvenes, habrán escuchado su inmortal Baby Blue al final de Breaking Bad sin saber que pertenecía a Straight Up, el tercer disco de estos galeses que entraron en Apple, el sello de los Beatles, de la mano de Paul Mcartney. Unos años antes de la publicación de ese disco, Badfinger era una banda buscando su lugar en el mundo del pop y los Beatles una banda a punto de romperse. Fueron ellos los que vieron en la banda unos posibles herederos gracias a un sonido que si bien era deudor en las melodías vocales de los de Liverpool, presentaba una actualización de su sonido sabiendo entrar en los 70 de la manera que seguramente habrían seguido John y Paul si hubieran seguido juntos. Y sí, Badfinger tenía las canciones, pero no la suerte. Y además estaba Stan Polley. Uno de los principales culpables de que Peter Ham, el cantante y guitarrista principal y Tom Evans bajista y compositor acabaran suicidándose. Uno con 27 años y el otro con 36.
La banda empezó su trayectoria bajo el nombre de The Iveys con el que ficharon para Apple editando un primer single que se comió los mocos, Maybe Tomorrow, pero Paul Mcartney creía en el talento de la banda y les cedió Come and Get It, su primer éxito, que apareció en la película Magic Christian con Ringo Star y Peter Sellers. En ese momento The Iveys pasó a ser Badfinger, abrazando la beatlemanía como modus vivendi (Badfinger viene de Bad finger Boogie, el título de trabajo de With a Little Help From My Friends). Pero la canción no habría sido lo que es sin el talento compositivo de ese joven Pete Ham que le dio su toque personal y que compuso con apenas 20 años prácticamente todas las canciones del primer disco de la banda Magic Christian Music. Pero fue Come and Get lt la que les abrió las puertas al estrellato: un millón de copias vendidas, número 4 en las listas británicas y 7 en el Billboard.
Badfinger era la banda de moda, George Harrison y John Lennon se desvivían por contar con ellos, de hecho Pete Ham colaboró con Harrison en el mítico concierto de Bangladesh. Se habían convertido en una máquina de hacer dinero. Y es ahí donde entra en escena Stan Polley.
No Dice es su segundo disco, con la entrada de Joey Molland, un guitarrista más potente que pese a que no participó en la grabación del disco, dotó a la banda de más potencia en directo. Aquí podemos encontrar auténticos himnos del power pop como No Matter What, I Can’t Take It o Without You, que fue inmortalizada por dos veces por Harry Nilsson y Mariah Carey y que pasó mucho más desapercibida cuando Badfinger la lanzó. El trabajo sigue bajo el sello de los Beatles y la banda sigue al dictado de su manager Bill Collins, pero es durante ese año que se fían de la aparente profesionalidad de Polley, que parece tener muchos más contactos y saber mejor como mover a una banda que empieza a ser exitosa al más alto nivel. Es en esa época en la Pete y Tom colaboran en el All Things Must Pass de George Harrison o en el Imagine de Lennon. La banda ya empieza a forjar su propia identidad y son venerados por el mundo de la prensa y por sus colegas músicos. Es por eso que se dejan aconsejar por Polley y por Collins y cambian de mánager. No sabían que se estaban metiendo de cabeza en la guarida del lobo. Polley era un mafioso.
El siguiente trabajo es Straight Up, producido por George Harrison y Todd Rundgren, un disco que contiene ese Baby Blue, Sometimes o I’d Die Babe, temas de una composición exquisita sabiendo alternar melodía, pianos, guitarras y voces de una manera que sólo los Beatles fueron capaces de hacer. Polley empieza a traer dinero a espuertas, pero no sabían que la mayor parte de la pasta se la estaba quedando él dejando migajas para el resto de los componentes. Pese a eso, tuvieron el éxito suficiente para poder disfrutar de la buena vida de vez en cuando, como cuando Polley les dió un cheque con el que Ham se compró un Jaguar. Pero eran eso, migajas. En ese periodo, durante la grabación de Straight Up en el castillo de Clearwell en Gales, reciben la visita de Harry Nilsson que les muestra su versión de Without You, que un poco después sería un auténtico éxito. La banda debería estar forrada sólo con los royalties del tema. Pero lo cierto era que mientras la banda no veía un duro. Pero tampoco les importaba porque Badfinger no dejaban de ser cuatro chicos ingenuos que vivían por y para la música. Mientras Stan Polley se embolsaba los beneficios de la banda, tanto por las ventas de los discos como de los royalties por Without You.
Durante esa etapa, la banda seguía viviendo en modestos apartamentos junto con sus parejas y ni tan siquiera contaban con televisión en sus casas. Una situación que a cualquiera menos motivado por grabar discos y hacer conciertos y un poco más preocupado por los frutos y los réditos de su trabajo, como mínimo hubiera escamado. ¿Era posible que Harry Nilsson pasara a ser una rockstar forrada de pasta tocando una versión de un tema suyo, mientras ellos apenas podían comprarse cuerdas para las guitarras o ropa para actuar en directo y que eso les pareciera normal? Pues sí, Pete Ham y Evans eran dos tipos preocupados sólo por la música y que habían dejado en manos de la peor persona posible sus finanzas. Polley se estaba pegando la gran vida mientras ellos llevaban el tren de vida de cualquier trabajador de clase obrera de Swansea.
Polley, viendo que Apple está pasando por problemas financieros, ve la jugada de su vida. Da el salto a Warner firmando un contrato millonario que podría cambiar las vidas de los cuatro músicos. No sin antes firmar un cuarto disco con Apple, Ass, por el que apenas vieron un duro debido a la bancarrota en la que entró la discográfica. Un acto de mala suerte, pero que obedecía a lo bien tratados que se habían tratado siempre por la discográfica de los Beatles y bajo la protección de los Fab Four. Hasta ahora, Polley habia creado una empresa tapadera, Badfinger Productions con lo que gestionaba los ingresos de la banda, quedándoselos él bajo las peregrinas excusas de que había que poner un adelanto para promoción, que tenía que pagar una gira por adelantado o adelantar unos royalties, explicaciones que parecían convencer a un inocente Ham.
Polley presionó a la banda para sacar un disco con Warner lo más rápido posible, para percibir así el adelanto de Warner para la grabación, pasta que se quedaría él. El problema fue que Badfinger, que así se llamo el quinto trabajo, fue un disco apresurado que coincidió en las tiendas con Ass en un muy breve espacio de tiempo, lo que confundió a los fans y dejó a la banda un tanto confusa y olvidada. Parecía que la banda entraba en su periodo de decadencia. Las ventas empezaban a caer y los conciertos eran menos y en salas más pequeñas. Algo empezaba a oler mal y Ham empezaba a sospechar y anunció que dejaba la banda. Warner le suplicó que no lo hiciera, Ham era el talento de Badfinger. Él, hombre de honor, no quiso vender a sus compañeros y siguió por un disco más. El último: Wish You Were Here.
Wish You Were Here fue uno de los mejores trabajos de la banda, sino el mejor. Motivados por el descenso de las ventas y el mal recibimiento del último trabajo, Ham se volcó en el trabajo como si no hubiera un mañana. Lo cierto es que no lo había. Warner descubrió los chanchullos y las estafas de Polley y decidió demandarlo. Todo a raíz de descubrir que el anticipo para la grabación de este disco había sido gastado en otras cosas y Polley no hacía más que dar extrañas excusas y justificaciones mientras preparaba su huída a su país. La decisión de Warner no pudo ser peor, paralizar la distribución del disco al poco de salir al mercado. Lo que acabó de hundir a la banda y sobre todo a Ham, que no entendía que demonios estaba pasando y más después de haberse volcado con la grabación y la composición de algunas de sus mejores obras. La banda no veía ingresos de sus obras, su último y mejor trabajo estaba paralizado, no podían seguir grabando para Warner por la demanda con su manager y, para colmo, Ham se había hipotecado comprándose una modesta casa para vivir con su pareja embarazada y con su hijo. El agobio de no poder hacer frente a las deudas y descubrir que todo su talento era insuficiente en un mundo de tiburones acabó con Ham colgándose en el garaje de su casa dejando una nota de suicidio triste y dolorosa como pocas: “Anne, te quiero. Blair, te quiero. Ya no puedo querer a todo el mundo y confiar en cualquiera. Esto es lo mejor. Pete.
PD: Stan Polley es un cabrón desalmado. Me lo llevaré conmigo”
Posteriormente mas desplantes y maniobras oscuras de Polley, el cabrón desalmado salieron a la luz. Evans, desolado por la pérdida de su mejor amigo, descubrió que los royalties de la versión de Nilsson entraban directamente en la cuenta de Polley en un banco de Estados Unidos o que Warner había pagado a Molland para que abandonara la banda, que se deshizo tras la muerte del talentoso Ham.
Evans estaba perdido con su vida, pero decidió seguir adelante junto con Molland para intentar ganar dinero y darle dignidad al nombre de Badfinger. Gracias a la presión de un grupo de fans Evans se dio cuenta de que podía seguir adelante y que había gente que los necesitaba en la carretera. Fruto de eso fue Airwaves, el primer disco de Badfinger sin Ham y que puso un single en el Top 100 la muy solvente Love is Gonna Come At Last. Pero la mala suerte, las malas decisiones y el dinero volvió a jugar una mala pasada. Evans y Molland tras Airwaves, sacaron otro disco más, Say No More, que fue el punto final discográfico de la banda al ser un sonado fracaso comercial y el detonante de las discusiones entre dos músicos talentosos pero que sin Ham a su lado no tenían un catalizador que dejara las rencillas habituales en cualquier banda, aparcadas. La banda se separó de mala manera y pudimos ver como Molland y Evans giraban como Badfinger, cada uno por su cuenta teniendo dos Badfingers al gusto del consumidor. A eso vino a sumarse la decisión que hizo la banda en los 70, en la que habían pactado que todo el dinero de los royalties se repartiría a partes iguales entre todos los miembros de la banda. En ese momento, ya liberados de las malas decisiones de Warner y de Polley, Evans, empezaba a ver ingresos como compositor de Without You, pero en base a esa claúsula, tanto Molland como el antiguo mánager, Bill Collins, empezaron a pedir su parte del reparto. Además hubo una pelea judicial entre Evans y Molland por ver quién se quedaba con el nombre y los derechos de Badfinger, siendo Molland el vencedor, algo que acabó hundiendo a un ya taciturno Evans.
Poco a poco su cabeza hizo click y Evans empezó a obsesionarse insanamente con Ham, de quien hablaba como si estuviera en un lugar mejor, lejos de la mierda del mundo que había acabado con las esperanzas musicales de Evans y de Badfinger. Una noche un Evans enloquecido llamó a Molland y le lanzó todos los reproches que pudo y acabó la conversación amenazando con irse al mismo lugar que su amigo, Ham. Esa mañana el hijo pequeño de Evans se dirigió a su madre diciéndole que había un señor colgado en el árbol del jardín que se parecía mucho a papá. Evans se había ahorcado, como hizo Ham años antes. Evans, además tenía deudas contraídas con un promotor de conciertos por 5 millones de dólares. Iba a arruinarse y a perderlo todo. Igual que Ham.
Polley vivió hasta los 86 años sorteando la cárcel y Molland continua viviendo del legado de Badfinger haciendo algunas actuaciones nostálgicas. Por su parte la banda vio parte de su éxito revivir con la edulcorada versión de Without You por parte de Mariah Carey, aunque la prensa la vendía como una versión de Harry Nilsson obviando a Badfinger en un gran número de casos. Y recientemente la aparición de Baby Blue en Breaking Bad volvió a devolverles parte de la fama que se merecen, aunque jamás pasarán de ser un excelente grupo de culto.