InicioPlaylist – ArchivoListas Crazyminds - Violinadas

Listas Crazyminds – Violinadas

El violín es un instrumento mucho más versátil de lo que nos imaginamos. Con su sonido mágico y atemporal, proporciona a las canciones dulzura, lirismo y mucha épica, pero también desgarro e intensidad. Todo un abanico de sentimientos tan amplio como pueden ser nuestros estados emocionales. Miles de grupos, cantantes y productores han sucumbido a sus encantos convirtiendo sus canciones en inolvidables gracias a su presencia. Aun con la peligrosidad que implica abusar de él y provocar diabetes, cuando se usa con gusto y delicadeza es un placer sentir el sonido de este bellísimo instrumento colarse de repente en nuestros oídos. Es por ello que, en Crazyminds, hemos querido rendirle homenaje con esta variada lista que os presentamos a continuación.

Como no podía ser menos, muchos grupos cuentan con violinistas en su formación, o bien los acompañan allá donde van iluminando sus conciertos. Resulta imprescindible en grupos de inspiración folk como Fanfarlo, de los que su Replicate es un claro – y arriesgado – exponente, o Dry The River en canciones como New Ceremony. Así como resulta original y sorprendente al ser parte fundamental de una formación pop como Ra Ra Riot. Grupo que contaba en sus inicios con un violín y un violoncello, con los que facturaron delicias como este Winter’05 en el que la voz es sencillamente acompañada por ambos instrumentos. El pop y la música clásica dándose la mano de manera natural y sin artificios. Un lujo.

Hablando de grupos con violinistas sobre el escenario, no podemos olvidarnos de Arcade Fire. Crown of Love es sólo un ejemplo de cómo usan este instrumento, síntesis de emotividad y garra dadas de la mano, cada una a su tiempo pero igualmente efectivas. Como tampoco podemos dejar de lado a Sigur Rós, su épica y sus recreaciones. Quien escribe estas líneas no puede negar que fueron las delicadas orquestaciones de Staralfur las culpables de que entrara de cabeza en el particular universo de los islandeses. Pero no todo es épica, y un ejemplo de ello es el pop de Belle & Sebastian, que siempre guardan un hueco para este instrumento en sus conciertos y sus canciones, de las que Like Dylan In The Movies es un encantador ejemplo. O bien la dulzura y la alegría con que Los Campesinos! adornaron su You, Me, Dancing! , aunque ya olviden este instrumento en sus conciertos y realmente lo echemos de menos cuando tocan esta canción.

Escarbando entre la discografía de algunas formaciones míticas, encontramos alguna que otra joya escondida en la que este instrumento es esencial. Como Treasure de The Cure o Bring It On de Nick Cave and The Bad Seeds, cada una llevada a su terreno pero haciendo de ellas piezas muy especiales e inesperadas en su repertorio.

Las grandes orquestaciones son un clásico en las producciones. Aportan momentos de épica e intensidad. ¿Qué productor puede resistirse a ello? Podríamos poner multitud de ejemplos. Qué sería de Bachelorette de Bjork sin ellas, o quién no puede evitar asociar el cacareado Bitter Sweet Symphony de The Verve a su pegadiza y repetitiva base orquestal. Aunque a veces simplemente se unen a la fiesta y le dan el toque de épica final como cuando aparecen en el momento clave en temazos como Common People de Pulp.

Porque definitivamente sí, hay canciones que sin sus violincitos alrededor no son nada. O bueno, sí, conservan su encanto, pero no son lo mismo. Son el complemento dulce de Friends of Mine de Adam Green o City Sickness de Tindersticks. O parte fundamental e intensa de The Opposite Side of The Sea de Oren Lavie y de Dirty Night Clowns de Chris Garneau. Porque finalmente hacen de todas estas canciones algo irresistible.

Pero señores, si han llegado hasta aquí dejen paso finalmente a los maestros. A aquellos que cogen un violín en sus manos y hacen auténticas maravillas con él. Nuestros particulares hombres orquesta, armados con sus looping pedals y su talento infinito. Que alternan voz e instrumento(s) para dejarnos embobados en directo, cada uno en su estilo. Porque ellos son los que al final inspiraron toda esta recopilación de canciones. Patrick Wolf, Andrew Bird y Owen Pallett. Podríamos haber escogido cualquier canción, porque The Libertine, A Nervous Tic Motion Of The Head y Lewis’ Dream son meros ejemplos de lo que pueden llegar a hacer, que no es poco. Y finalmente Yann Tiersen. Pero el Yann Tiersen de más allá de Amelie, el multiinstrumentista, el pequeño genio del pop revestido de clásica y de la experimentación. El que coge su violín en medio de su intenso directo e interpreta así, desnudo y solitario, este Sur le fil que nos deja a todos con la respiración entrecortada.  Porque al final nos demuestra lo mucho que se puede llegar a transmitir con sólo cuatro cuerdas y un arco.

Salir de la versión móvil