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León Benavente y el premio El Ojo Crítico de Música Moderna de RNE

El pasado viernes se dieron a conocer los premios El Ojo Crítico de Música Moderna de RNE, en los que el jurado de esta categoría galardonó a la banda León Benavente. El jurado, compuesto por Antonio Luque (Sr. Chinarro), Fino Onoyarte, Luis J. Menéndez, Fernando Navarro, Julio Ruiz, Tomás Fernando Flores, Juan Carlos Morales, Laura Barrachina y Berta Tapia Zamora, destacó la condición de grupo revelación, surgido del panorama independiente, y la calidad de sus conciertos. Este premio es la guinda del pastel de la temporada para el grupo, y un reconocimiento que se extiende más allá de las cualidades intrínsecas de la banda, sino que es también un trofeo justo y necesario al talento y al tesón de unos artistas con un largo recorrido a sus espaldas; recorrido que, con verbo certero, glosó Nacho Vegas (con quien colaboran asiduamente) en la nota de presentación de la gira (que podéis leer aquí). Este recorrido, la experiencia y la madurez de León Benavente dentro del marco de la música independiente española convierte en engañosa la etiqueta de “grupo revelación”, que es adecuada si atendemos a la irrupción, como conjunto, en una escena ávida de un revulsivo, pero que no queremos que se banalice como la obra de un día.
Sí, defendemos a León Benavente como grupo necesario en nuestro país. Este proyecto que hermana a Abraham Boba (voz y teclados), Luis Rodríguez (guitarra), César Verdú (batería y percusión, miembro de Schwarz) y Eduardo Baos (bajo y sintetizadores, miembro de Tachenko) hunde sus raíces en el compromiso, cualidad que, aunque presente en la escena actual, no se prodiga tanto como la situación actual requiere. La belleza de la lírica es el destilado de la observación y la descripción de una sociedad vapuleada, ninguneada y a merced de las fuerzas titánicas y tiránicas del dinero y el poder. Una poética urbana, cercana y crítica, que no evita mirar a los rincones más oscuros, de donde extrae unas metáforas como puños, punzantes y preñadas de la belleza de la derrota y la alienación; una poética precisa, concisa y alimentada por un directo incendiario, que brota de las entrañas y conecta con el público gracias a la potencia de la sinceridad y la atracción de la tragicomedia Directos que desembocan en una comunión rock como hace tiempo no se daba sobre nuestros escenarios.
Desde que se pusiesen en marcha a mediados del 2013, León Benavente ha imprimido talento, sensibilidad, tesón, garra y miles de kilómetros a sus espaldas en una gira que finalizará el próximo 6 de diciembre en la sala Joy Eslava de Madrid. Sirva esta breve nota para urgir a los lectores, sobre todo aquellos que aún no los hayan visto, que hagan el favor de no perderse el bolo. Cita obligada. Punto.
Nosotros esperamos que este fin de la gira sea el inicio de una nueva etapa, y que el próximo 2015 nos depare una nueva referencia discográfica de León Benavente. Un nuevo disco tan necesario como su poesía, como su música, como ellos. Felicidades, León Benavente.
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