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Debate: ¿Deberían los Rolling Stones retirarse de los escenarios después de una brillante carrera?

Después de la reciente actuación de los Rolling Stones en el festival Glastonbury, que puedes ver aqui, se han generado multitud de opiniones a favor y en contra de una banda legendaria que quizá no estaría pasando por sus mejores momentos de gloria, o quizá si. El caso es que es un tema que hemos querido comentar en Crazyminds, y varios de nuestros colaboradores han mantenido un intenso debate sobre el asunto. Aquí os dejamos lo que nos han contado:

 

Ángel Serna: «¿Por qué retirar algo que funciona y sigue emocionando a tanta gente? No hay motivos para jubilar a unos músicos que disfrutan arriba de un escenario. ¿Acaso se les ve aburridos o desanimados?, tocaron un total de veinte canciones en algo mas de dos horas. A pesar de los años, sus conciertos siguen estando a un nivel muy alto y además considero que cualquier persona amante de la música rock por obligación tiene que ver en directo a The Rolling Stones al menos una vez en la vida.»

 

David Arias: «Vaya por delante que por diversas circunstancias de mi vida uno de mis sueños pendientes es ver a sus Satánicas Majestades en directo. Pero, si analizamos en perspectiva, es una lástima ver a unos iconos del rock transformados en abuelos imbuidos en el marketing musical. Los Stones han pasado de ser un concepto a ser un producto y en eso hay una corrupción terrible en lo que se ofrece el público. Creo que si los viera ahora no tendría nada que ver con aquellos Rolling Stones que tocaron en Hyde Park en plena locura del ácido londinense y con el cadáver de Brian Jones caliente. Tampoco serían los mismos que en Monterrey provocaron un lío tremendo llevando a los Ángeles del Infierno como custodios. Ni siquiera serían los mismos que visitaron España por primera vez en aquel mítico Calderón ahogado por la lluvia. Esos son los Stones que quisiera ver, con su rebeldía, su ingesta masiva de drogas y con temas frescos que se convertían en himnos a la segunda escucha. Como no existe la esencia de todo aquello, creo que por respeto al mito deberían dejar de pasearse por los escenarios. De lo contrario se rompe la magia de lo que han sido y se convierten en unos Stones nuevos que buscan activar la máquina de hacer dólares mientras se divierten. Y ojo que no critico a las bandas que quieran seguir en la brecha a su edad en lugar de disfrutar del dorado retiro, pero los Stones son un icono y como tal no debe devaluarse. Las cosas tienen su momento y el suyo no está en Glastonbury 2013 por muy épico que haya resultado».

 

Álex Vidal: «Efectivamente, Mick Jagger ya no se mueve tanto (remarquemos ese tanto) como veinte años atrás, y ver a Keith Richards deambulando cual pensionista por el escenario puede dar pena… pero los riffs de Richards y Woods siguen siendo tan electrizantes como antaño. Recordemos que el poder está en la música, y si les faltó convicción (¿alguien contó las veces que Jagger y Richards siquiera se miraron?, ¿una, ninguna?), la intensidad la suplieron con el oficio de cincuenta años y una carrera con altibajos que ya quisieran para sí muchos otros hypes del momento, más gélidos y más estáticos que Keith Richards tras caer del cocotero aquel».

«Insisto: el poder está en la música. Para muestra, el I Can’t Get No (Satisfaction), himno de himnos: poned un momento el vídeo y decidme que no se os van los pies, que no cabeceáis al ritmo que marcan las guitarras de Richards y Woods, que no os asoma una lágrima de emoción. ¿Cuántos grupos pueden decir eso? ¿Y cuántos, a los setenta años? ¡Ah, la juventud, una cualidad sobrevalorada cuando hablamos de arte y, en concreto, de rock!»

 

David Arias: «Creo que Álex apunta al artificio escénico y el talento indiscutible que tienen estos hexagenarios. Nunca lo he puesto en duda, pero dentro de toda concepción artística o movimiento musical tiene que haber un concepto sobre el que se pivote y al que se debe ser fiel dentro de una necesaria evolución. Ese algo es lo que sustenta la belleza de la propuesta, de lo contrario leyendas como los Rolling se convierten en bandas de versiones de sí mismos. No creo que sea cuestión de juventud o estado de forma, la cuestión es ofrecer ese plus de increíble locura, de irreverencia que ofrecían antes. Ese espectáculo en el que ibas a ver algo que no se atrevían a hacer los demás ya no existe. En otros casos de bandas actuales o clásicas no es tan grave pero si se trata de los Stones es muy decepcionante».

 

Álex Vidal: «Pero, ¿hasta qué punto podemos afirmar que la irreverencia de entonces era real y no impostada? La auténtica irreverencia permanece en letras como la de Brown Sugar y en el corazón de la música. A menos que se vuelvan impedidos, el talento permanece y fluye, y llega a los oídos y emociona; creo que ese es el punto que hay que tener en cuenta, y que me permite reafirmarme en mi opinión. Podemos prescindir perfectamente de los contoneos de Jagger, por ejemplo, pero no de la lascivia que sigue encaramada a los versos cuando canta».

«Por otra parte, yo me declaro fan absoluto del talento creador de los Stones, y más en concreto de Keith Richards. Por todo lo que le debe la música actual a sus riffs nos merece el mayor de los respetos, y dedicarle toda la atención exigida cuando se acerca al filo del escenario».

 

David Arias: «Las canciones siempre prevalecerán al igual que las obras sobreviven a sus creadores. Una cosa es el material discográfico y otra bien diferente es experimentar un directo y en eso está claro que los Stones no son capaces de rellenar un lugar, como hacían antes, de magia negra y generar una catársis entre los rincones más oscuros del público y su actuación. Quizás tenga mucho que ver la involución cultural sufrida en occidente, pero es evidente que el mito decae, se estropea y se edulcora a cada nuevo concierto. Estamos hablando de una banda que transformaba a su antojo las percepciones de la sociedad con cada nueva actuación o con cada nuevo disco. Aquella ira contra todo se evaporó, es algo que no se puede obviar y con ella se convirtieron en empresarios del rock. Me considero un acólito de los Stones desde que tengo uso de razón pero mi conclusión no varía. Solo espero que algún día pueda adquirirme una máquina del tiempo de segunda mano y viajar a un verdadero concierto de los Rolling Stones puesto de ácido y con el temor de no salir vivo de allí».

 

Javi Franco: «¿Debemos conformarnos con unos Rolling convertidos en una gramola de grandes éxitos? Lo cierto es que esta gira está resultando especialmente rutinaria, sin chispa y tan sólo animada por los invitados que la banda ha ido recogiendo a lo largo de su viaje por Estados Unidos. Los conciertos huelen a compromiso, a celebración casi obligada de los cincuenta años de la banda. Ni siquiera las dos nuevas canciones pueden tapar el hecho de que los Stones se encuentran en el dique seco desde hace un lustro, más interesados en sus proyectos personales que en recuperar la vieja magia del rock. Puede que su concierto en Glastonbury o el que darán en Hyde Park sean algo histórico, bonito de ver, pero huele a nostalgia, a celebración de un pasado que, mal que nos pese, se convierte año tras año en una losa demasiada pesada para sus Satánicas Majestades. Si los Rolling son la última prueba de que el rock sigue teniendo cabida hoy en día en la música, quizás sería mejor plegar el campamento y reconocer la derrota».

 

Y tu, ¿qué opinión tienes?, ¿crees que sus mejores días han pasado y deberían dejar hueco a otras bandas? o, ¿quizá tienen mucha guerra que dar aún?. Si tú también quieres participar en este debate, manda un tweet mencionando a @crazymindsweb con el hashtag #debaterollingstones y mándanos tu opinión.

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