InicioNoticias – Archivo¿Y tú, a qué te dedicas? Soy músico además profesor, diseñador o...

¿Y tú, a qué te dedicas? Soy músico además profesor, diseñador o restaurador

La carrera musical es, en teoría, eterna pero hay quién por múltiples motivos decide bajarse del carro de la fama y encauzar su camino hacia otras profesiones. Conocemos casos inversos pero hay quién encuentra su hueco en el mercado laboral tras haber tenido una trayectoria en el mundo discográfico.

Realmente es algo muy habitual en el sector del cine: Francis Ford Coppola tiene su propia producción de vino y Ryan Gosling tiene una banda sin olvidar que Woody Allen es un preciado músico además de un gran director de cine. Pues en la música también pasa, incluso de tal forma que más de uno no quiere volver a tocar en su vida.

¿Os imagináis que entráis a una clase cualquiera de la universidad y os encontráis que os está dando clase, por ejemplo, Michael Stipe?

Esto ya es una realidad. El que fuera líder de REM ha decidido dar un sorprendente giro a su vida y se ha decantado por la docencia, en concreto a la parte universitaria ya que ha sido fichado por la NYU de Estados Unidos para impartir clases de arte en un ciclo especial que tiene esta institución. Nuestra pregunta es: ¿Habrá aumentado el número de matrículas tras el titular?

No es el único profesor que tenemos en el mundo de la música. Greg Graffin, de Bad Religion, compagina la composición y las giras con su trabajo como profesor de ciencias en la UCLA (California). Otro caso peculiar es el de Brian May, que es doctor en astrofísica además de haber pertenecido a la legendaria banda Queen, y de hecho ha realizado charlas junto al reputado físico Stephen Hawking y participa en congresos como ponente en esta materia.

Otro sector que suele llamar la atención es la moda. Siempre ha estado muy ligado a la música ya sea por ser un indicador de tendencias o una pasarela, pero son dos áreas muy complementarias. O eso pensó Gwen Stefani, líder de No Doubt, que posee varias líneas (estrafalarias) de ropa llamadas  L.A.M.B., Harajuku Lovers y Harajuku Mini  y parece que disfruta más de esta faceta artística que de la composición musical.

Oasis fue un icono de la moda allá en los años 90 y Liam Gallagher, que vio que este sector era un filón no dudó en crear su propia marca de moda: Pretty Green. Él mismo confesó que moda y música se complementan. Sus camisas excéntricas de flores  no le avalan, pero hemos de reconocerlo: Sus chaquetas son siempre muy,muy molonas.

No es el único que está metido entre fogones: Moby tiene su propio rincón en el Lower Eastside de Nueva York: TeaNY Cafe es un remanso de paz en la ciudad del caos donde se puede degustar todo tipo de tés y alimentos orgánicos ya que el artista norteamericano es vegano y está en contra de cualquier proceso industrial frente a la alimentación. Además, no sólo se dedica a la restauración sino que también editó hace unos años un libro sobre arquitectura y música llamado Destroyed y publicado por Ivory Press. Para él, la música queda a un segundo plano frente a otras disciplinas, aunque no deja de producir.

Pero si hay un caso que merece una mención es el de Alex James, bajista de Blur hasta que se demuestre lo contrario. Aunque participa en las escasas apariciones de la banda en directo, Alex cambió la mala vida que se dedicó a vivir en los años 90 donde los excesos le dejaban fuera de combate por la vida tranquila al frente de una producción de quesos.

El motivo del cambio de vida radical se debió inicialmente al amor y después a que cansado de llevar una vida errante, encontró en la industria de la producción de quesos su verdadera pasión, tanto, que no sólo ha creado sus propios productos sino que ha decidido hacer una combinación entre música y gastronomía y montará el primer Food Festival en Inglaterra llamado Harvest. No descarta seguir con Blur, pero tiene una profesión principal que no la dejaría por nada.

En el indie nacional también tenemos un caso muy sabroso: Eric, batería de Los Planetas, tiene su propio rincón en Granada llamado El bar de Eric donde uno puede tomarse algo mientras que la historia de la música le mira en forma de objetos de colección.

Otro caso bien distinto fue el del Sixto Rodríguez: Se quiso dedicar inicialmente a la música pero su falta de éxito le devolvieron a la realidad y estuvo trabajando muchos años en la construcción y llevando siempre una vida muy modesta en un barrio desfavorecido de Detroit. Hace unos años vino el boom cuando su hija descubrió que era muy famoso en lugares como Sudáfrica o Australia, pero aún así su vida no ha cambiado, aunque por la edad que tiene (72 años) ya no trabaja, sino que se dedica a estar donde nació y convivir con los suyos.

Aunque cada artista tiene sus razones, no cabe duda que son casos curiosos: Bien sea por mala suerte, vocación o fama, cada uno tiene que explotar sus habilidades, ¡Les deseamos mucha suerte!

 

spot_img