Aún recuerdo, allá por el 2006, cuando sólo tenía 13 años y aún no conocía nada más del mundo musical y cinematográfico que aquellas obras más comerciales de las que todo el mundo hablaba en la radio o en la TV. Y fue en aquel preciso instante, viendo El diablo viste de Prada, cuando Andy (Anne Hathaway) les da a sus amigos unos regalos mientras están en el bar, cuando conocí a los Belle and Sebastian. De entre todas las piezas que suenan a lo largo de la película de David Frankel, me fijé concretamente en una: I Don’t Love Anyone. La busqué en el eMule (sí, era su época), la escuché más de una vez y, como me gustó mucho, busqué información del grupo. Y, aquí, fue cuando descubrí que existía la música independiente y todo cambió, descubrí un nuevo mundo.
Resulta que esta canción formaba parte de Tigermilk, el debut discográfico de la banda escocesa. Hacía pocas semanas que Stuart Murdoch y Stuart David habían formado el grupo y, después de componer unas cuantas demos, grabaron su primer disco en tres días. Aunque hubieran empezado hace muy poco, este primer álbum, a mi gusto, es de los mejores que han hecho Belle and Sebastian. Además de la canción ya mencionada que aparecía en El diablo viste de Prada (y, también, hace poco apareció en los títulos de crédito de un capítulo de Girls), Tigermilk empezaba con una pieza exquisita llamada The State I Am In. Sin duda, la joya más valiosa que, de momento, han fabricado los escoceses. Otras canciones a destacar de este disco serían She’s Losing It y Expectations. Admirable el impresionante debut que se marcaron la banda liderada por Murdoch en tan poco tiempo.
Pero el fascinante primer año de vida de Belle and Sebastian no se acaba aquí. Solo unos meses después de sacar su debut, aún en el 2006, publicaron su segundo disco: If You’re Feeling Sinister. Este sí que, sin duda, se trata de su mejor trabajo; es más, seguramente es de las obras mejor valoradas del panorama indie y de los años 90 (puntualizar aquí que Belle and Sebastian siempre han triunfado más con la crítica que con las ventas). De este trabajo, las canciones que más me gustaron fueron Like Dylan in the Movies, Get Me Away from Here, I’m Dying y Judy and the Dream of Horses.
Seguí investigando ya que aún me faltaban por descubrir bastantes álbumes antes de llegar al último que habían publicado hasta la fecha. Dos años más tarde de su debut, en 1998, publicaron The Boy with the Arab Strap. Aunque fue un álbum notable, en la misma línea que los anteriores trabajos, no acababa de llegar a su nivel de excelencia. La mejor canción del disco tiene el mismo nombre que este, The Boy with the Arab Strap, y otra que me gustaba mucho era The Rollercoaster Ride.
Los dos siguientes trabajos que seguían me decepcionaron un poco. Estaban bien, pero después de escuchar y acostumbrarme a los primeros discos de los escoceses, estos dos me parecieron flojos. El primero de ellos se llamaba Fold Your Hands Child, You Walk Like a Peasant, y de este LP me quedo con I Fought in a War (pieza que se usó en el documental The Power of Nightmares de la BBC). El otro disco recibía el nombre de Storytelling, y se trataba de la banda sonora de la película con el mismo título. De los álbumes que han compuesto, a mi gusto, este es el más flojo.
Con los siguientes discos volvieron a subir el nivel. El primero que marcó el inicio de la remontada, en el 2004, fue Dear Catastrophe Waitress. Aunque no es de los tres mejores discos de los escoceses, siempre ha sido y será uno de los que más me marcaron. Funcionó como una medicina de tranquilidad y buen humor para mis sentidos. Fue nominado al Mercury Music Prize aunque no consiguió ganar el reputado premio. De este disco me quedo I’m a Cuckoo, Step Into my Office, Baby y, mi preferida, Piazza, New York Catcher (canción que apareció posteriormente en la película Juno).
El disco que sacaron dos años más tarde, The Life Pursuit, era el último que habían publicado en el momento que descubrí Belle and Sebastian. Aunque el trabajo, en conjunto, posiblemente lo colocaría dentro del top 3 de la banda, había pocas canciones que destacasen unas por encima de otras. Si tuviera que destacar una sería, seguramente, Funny Little Frog.
En aquel momento esto es todo lo que habían publicado, así que estuve un tiempo repasando y escuchando todos estos discos, para irme familiarizando con este grupo que me había abierto las puertas a un nuevo mundo y que siempre me hacían vivir historias nuevas, como si me encontrara en medio de una película. Tuve que esperar cuatro años, hasta el 2010, para que sacaran un nuevo disco: Belle and Sebastian Write About Love. Otra joya llena de humanidad y naturalidad a manos de la banda liderada por Stuart Murdoch. Aún recuerdo escuchar el disco y quedarme encantado, estirado en el sofá, escuchando el disco e imaginarme las historias detrás de las canciones. Los temas que más me gustaron fueron Come On Sister, Write About Love y I Didn’t See it Coming.
Y, a partir de aquel momento, no han vuelto a publicar ningún LP. Pero, por suerte, parece que este largo tiempo de espera sin publicar ningún álbum de estudio con temas inéditos está a punto de acabarse. El otro día, Belle and Sebastian confirmaron que el 19 de enero de 2015 publicarían su noveno LP, bautizado con el nombre de Girls in Peacetime Want to Dance. Parece que el álbum ya está grabado y fue producido en Atlanta por Ben H. Allen (quien ha trabajado antes con Cee Lo Green, Bombay Bicycle Club o Animal Collective). Así que, para los fans de Belle and Sebastian, ya falta poco para escuchar nuevos temas de los escoceses. Esperemos que mantenga aquella alma que me cautivó un día y que me abrió nuevas puertas, que sigan con su música llena de emociones, sentimientos y, sobretodo, historias, historias, historias… Porque, escuchando al grupo de Stuart Murdoch es muy fácil soñar.