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VIGO TRANSFORMA (SÁBADO): The Gift, dEUS y Colectivo Oruga protagonizan un magnífico cierre de fiesta en Vigo

COLECTIVO ORUGA

El último día del Vigo Transforma 2011: Con la noticia confirmada de la no presencia de Toro y Moi (se les echó de menos, por su música vamos) por motivos ajenos a la organización, se presentaba una jornada cargada de conciertos. Ya desde las 12 de la mañana se podía disfrutar gratuitamente, en el escenario de Radio3/Mondosonoro, de una buena cantidad de grupos. A lo que se le sumaba un pase de moda de las últimas creaciones de los diseñadores gallegos. Y, por supuesto, la jornada final del festival en el escenario Xacobeo-Galicia, con grupos como Hola a Todo al Mundo, Russian Red, Yann Tiersen, The Pains of Being Pure at Heart, The Gift, dEUS y Colectivo Oruga. Vayamos por partes. La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte. Bien. Esa parte entonces. De la primera parte. No sé si ha quedado claro. Aparte del vermut y café, del mediodía y tarde, del sol y sombra, habría que destacar a grupos como Marcus Doo & The Secret Family (son una esquisitez), Odio París, La Familia o Disco Las Palmeras! se merecerían pasar al escenario grande, a pesar de las dificultades técnicas a veces. Segunda parte. La jornada final. El postre. Los grupos se entremezclaban entre un folk alegre, la americana, la distorsión noventera pero melódica, el color y la voz, el guitarreo y el electro final. No aclaramos nada así. Veamos. Para mí no hubo un orden que favoreciese un buen resultado final, a pesar del buen hacer de los grupos. The Gift fue el punto culminante del día. Los portugueses explotaron por los aires el escenario, su nuevo trabajo Explode, los confetis finales, e hicieron que dEUS no estuviese bien colocado. Otra cosa que dificultó que la gente aguantase hasta el final fueron los descansos entre concierto y concierto y el no contar con dos escenarios. dEUS se tomó más tiempo que el que le tocaba y dejo a Colectivo Oruga algo más de media hora frenética. Pero empecemos por el principio. Hola a Todo el Mundo, o HATEM para los amigos, hicieron lo que saben hacer: folk-pop festivo, americana a veces, psicodelia y vitalidad. Russian Red hizo lo que sabe. Deslizar sílabas deliciosas salidas de los labios rojos de Lourdes y acompañarlos con grandes músicos, como la mitad de Havalina. Para mí, más que correcta. Aunque siempre genere controversia con sus comentarios sobre lo bonito de tocar en la playa. Era un muelle, pero vamos, tampoco pasa nada, se veían miles de playas desde el escenario. Russian Red es un fenómeno parecido a Vetusta Morla, pero que ahora, por varios motivos mediáticos o no, se le está denostando y creo que no merecidamente. Sonó muy bien. Y transmite algo especial. Algo. Especial. Yann Tiersen obviamente sabíamos que cogería con sus manos el cuello de Amelie y lo haría gritar. Es decir, que no sonaría nada de la banda sonora por la cual es conocido, principalmente. Pero englobó su propuesta en unas atmósferas hipnóticas, a base de teclados, samplers, guitarras y violines, que convenció. The Pains of Being Pure at Heart, con Kip Berman como frontman cantando en primer plano y con más fases melódicas que guitarras y distorsión. Les faltó algo. Más ruido. Más actitud. Pero cumplieron, justo cuando se hizo totalmente de noche. Eso sí, The Gift les pasó por encima. El grupazo, con 6 componentes, fue uno de los momentos del festival. Brillantes. Es increible la voz de Sonia Tavares. Igual que sus vestidos. Y el absoluto manejo de los tiempos en el escenario. Esto es un espectáculo y así os lo vamos a dar, sin más. Canciones para el hijo de Nuno, compositor, teclados y la segunda cabeza visible del grupo. The Gift están infravalorados. Alguien debería hacer algo al respecto. Tal vez tú. Hazles caso. Después del confeti final, vino dEUS, que se dieron un paseo por las canciones que aún no han editado y por sus hits como Instant Street, Sud and Soda… Estuvieron más que correctos en la técnica, en la actitud y en el resultado, pero muchos de los presentes se acabaron por ir. Duraron demasiado y no era el momento de ellos. A pesar de los violines electricos y lo bien que sonaron. Demasiadas canciones no natas. Por problemas de tener que cerrar a una hora determinada, a las 4 de la mañana, por la contaminación acústica que sufrirían los vecinos del muelle de Vigo, sólo quedó algo más de media hora para que Colectivo Oruga derrochase un frenético paso por las canciones de su primer álbum, Too many knobs y por las composiciones multimedia que realizan en los directos. Se merecían cerrar el festival. Y aquí se cerró el festival, con éxito de público, que según la organización superó al de la primera edición. Solamente queda esperar y desear que mantengan su apuesta para el año que viene, con o sin el apoyo Xacobeo. Mucha suerte a la organización del Vigo Transforma.

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