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Una Semana en el Motor de Un Autobús (La Historia del disco que casi acaba con Los Planetas) (2011) Por Nando Cruz

Editorial: Lengua de Trapo (Colección Cara B)

Aún recuerdo la primera vez que escuché Segundo Premio, primer single de Una semana en el Motor de un Autobús, allá por 1998, de Los Planetas. Nudo ácido en la garganta y la piel de gallina. Efectivamente, este tema me había llegado al fondo a la primera, y es que hay que reconocer que, aparte de la potencia inicial (magnífica batería de Eric), el modo en el que sigue, lo que dice y cómo acaba es algo que cala hondo. Seguro que todos nosotros conocemos una persona a quien darle ese segundo premio, ese “o estamos juntos” (el primero) “o te fastidio todo lo que pueda” (el susodicho segundo). Fue entonces cuando Los Planetas cambiaron sustancialmente para mí y para muchísima gente; el mini LP Medusa y los álbumes Pop y Super 8 estaban bien, pero los consideraba como otros componentes decentes de la escena “indie” española. Cuando llegó esta canción, ascendieron mucho más alto. Y no sólo eso, sino que la audición del disco entero, sublime desde un principio, los consagró dentro de mi jerarquía musical.

Todo este cambio, la gestación del disco, los pormenores y obstáculos que tuvieron que salvar para hacerlo realidad están magníficamente explicados en este libro. Según Nando Cruz, habitual colaborador de Rockdelux, entre otros medios, no fue una tarea fácil, como se nos muestra desde el principio, ya que pocas obras maestras se hacen en un tris.

Aparte de narrar cronológicamente y bajo los distintos puntos de vista la gestación y realización del disco, no ofrece ninguna información ya sabida desde el principio, como por ejemplo, lo recién relatado del sentido del título Segundo Premio.

Para dar una idea aproximada de cómo fue escrito este libro, o al menos la sensación que da: Nando Cruz recopiló información con cada uno de los involucrados en el disco a lo largo del tiempo, desde sus más tiernos principios hasta su publicación. Con un objetivismo que le hace poderosamente invisible, va desgranando poco a poco los factores que contribuyeron al nacimiento del álbum, dando la información de modo cronológico y siguiendo a cada uno en su trayectoria. Habló con todos ellos pero no da las palabras exactas, produciendo un resultado de apariencia novelesca, pero de una base totalmente real, originando así un interés adictivo.

Algo que llama la atención es la muestra de los límites entre lo personal y lo profesional, perfectamente delimitados por el autor sin ocultar temas evidentes ni ir demasiado lejos en detalles sobre las relaciones personales. Se habla de la desaparición de la primera bajista May, pero se especifica poco su vida personal, al igual que el tema de las drogas. Imposible no hablar de ello, por todos conocido y crucial para el resultado final de este disco, sobre todo la relación de Florent con determinada sustancias. Lo bueno es que los márgenes para tratar el tema, habitualmente pegajosos, vuelven a ser los correctos; sinceridad en cuanto a adicciones y otros consumos de estupefacientes de modo realista, no hay cabida ni para la ligereza con la que a menudo se concibe la existencia de estas sustancias, ni para el dramatismo morboso que otros suelen dar al tema.

Otro contenido destacado es el modo en el que están narrada la relación de Jota con las canciones. Sus pretensiones con la mayor parte de ellas están a la vista desde el principio, así como el modo en el que actúa con el resto de la gente invlucrada dada su evidente condición de líder. Muy curioso ver cómo afectan los acontecimientos al manáger, a la discográfica, a algunos de sus miembros, así como la repercusión que eso tuvo en el resultado final del disco.

 

Por último, destacar tanto el prólogo de Julieta Venegas (sí, fue mucho más “indie” en sus principios que ahora – ¡ese Tiempo Suficiente! – y a pesar de que se la considera muy “mainstream”, no fue tan comercial como nos la han vendido aquí, tiempo al tiempo), como el visceral epílogo de Julián Rodríguez. Tal vez las fotos incluidas sobren un poco por ser demasiado caseras, y se echen en falta algunas en las que aparezcan otras personas como May, Aramburu o los mismos Planetas actuando en la presentación del disco, pero gracias a otros detalles como algunas reflexiones traducidas en frases sublimes que asoman en momentos cumbre y hacen al lector que pause su lectura, casi toda narrativa, para darse cuenta de lo cierto de las conclusiones morales a las que llega, equilibran la calidad general del libro.

Aparte de que hablamos de un disco que claramente marcó la carrera e identidad de Los Planetas, que si nos gusta, nos va a interesar necesariamente, es un libro en el que se reflexiona profundamente sobre la creatividad, sus procesos y consecuencias. Tal y como afirma el autor en una frase memorable “…condición que debe asumir cualquier persona cuando se dedica al arte: con suerte sabrá qué ha obtenido creando una obra, pero, por mucho que lo intente, jamás podrá calcular con exactitud a cuánto ha tenido que renunciar para darle la forma deseada.”

Espero que el propio Cruz no haya tenido que renunciar a mucho, ya que él mismo  también ha creado este libro, una obra magnífica.

 

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9/10

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