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Una historia de violencia (1997), de John Wagner y Vince Locke

UNA HISTORIA DE VIOLENCIA

 

 

Cómic

Editorial: Panini Noir

¿Conocemos a nuestros vecinos? ¿Podemos fiarnos del camarero que nos sirve el café? ¿Existen las segundas oportunidades? ¿Qué estaríamos dispuestos a hacer para defender a nuestros seres queridos? Son sólo algunas de las cuestiones que nos plantea Una historia de violencia de John Wagner y Vince Locke, novela gráfica en la que se basó la película homónima de David Cronenberg.

 Descubrir la reedición de Panini en su línea dedicada a la serie negra fue una auténtica sorpresa. No sabía que la película estaba basada en un cómic por lo que me dispuse a devorar las casi 300 páginas del volumen con unas expectativas que se cumplieron de sobra. La historia guarda suficientes similitudes en ambos formatos como para mantener la esencia pero suficientes diferencias para poder disfrutar de los dos por separado.

 

Durante la primera parte, en la novela en el primer capítulo, la narración es casi paralela. En un pequeño pueblo de Norteamérica vive Tom McKenna un padre de familia perfectamente normal de clase media y anónimo. Sin embargo una noche evita que dos psicópatas  atraquen su cafetería con lo que salta a los medios nacionales como un héroe local. La repercusión mediática atrae la atención de unos mafiosos italianos de Nueva York que buscan desde hace mucho tiempo a un tal Joey para ajustar viejas cuentas del pasado. A partir de ese momento película y cómic difieren. Aparte de que en la primera el trasfondo se centraba en la mafia irlandesa y el cambio de apellido (en la obra de Cronenberg la familia protagonista era Stall), en la novela gráfica se profundiza en el pasado de Tom McKenna de forma que conocemos perfectamente las razones por las que es buscado por los criminales. Cronenberg prefirió dejar ese tema sin aclarar dejando que nos imagináramos los terribles delitos de Tom. Cuando se acerca el final ambas visiones desencadenan en una explosión de violencia que no nos deja ninguna duda acerca de donde viene el título de la obra.

 

El guión de John Wagner juega con la dualidad y la paradoja del concepto de violencia. Por un lado, la sociedad rechaza los actos violentos como solución a los problemas pero, a la vez, guarda una admiración velada por los tipos duros que saben utilizarla para defenderse. ¿Quién no ha imaginado nunca ser un personaje de Clint Eastwood o repartir patadas como Bruce Lee? La tensión de la trama va in crescendo compaginado los flashbacks en las viñetas hasta el final redondo antes mencionado.

 

Pero lo que hace de este cómic una auténtica maravilla es el dibujo de Vince Locke. Autor curtido desde 1987 en títulos como Deadworld, Sandma y Batman y parcialmente famoso gracias a las ilustraciones ultraviolentas de las portadas de los discos del grupo de death metal Cannibal Corpse, sus líneas prácticamente impactan en las viñetas. Con trazos casi apresurados, pero cuidados, repletos de sombras y esquemático que en ocasiones parece casi inacabado, dan el toque preciso para representar la sangre de una forma cruda y real pero sin ofender a la vista, sin llegar a revolver el estómago.

 

Una historia de violencia ofrece precisamente lo que su título promete: un relato de sangre, de crímenes, de actos imperdonables que pueden olvidarse aderezado con segundas oportunidades que pueden resumirse en el interior de uno de sus bocadillos: “¿Quién eres Tom?

 

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS 9/10

 

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