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‘The Drums need fun fun fun…’ en Barcelona

THE DRUMS

FECHA: 16 noviembre 2011

LUGAR: Razzmatazz 1

FOTOS: Jordi Teixidó

Noviembre. Otoño. Es un gran mes para ‘cazar setas’. Y como setas brotan, precisamente, conciertos en nuestro calendario. Es un no parar. Y a nosotros nos gusta. Pero es que a veces, hay tanta oferta en un mismo día, incluso, que da vértigo fallar. Ayer en la ciudad de Barcelona, como si de un festival se tratase, se daban cita tres grupos en distintas salas a la misma hora. Con lo cual, o tienes el don de la teletransportación y la ubicuidad o debes escoger, con el riesgo que comporta eso.

Fanfarlo, The Subways o The Drums. ¡Esa era la cuestión! No era fácil esta vez. Nada fácil. Apetecían los tres. Pero finalmente nos decidimos por los últimos. El azar o el hecho de haberlos visto por última vez en su actuación en Razzmatazz 2 el pasado 14 de noviembre (hace un año) y verles sudar la camiseta, literalmente, en el escenario y hacérnoslo pasar de muerte, es lo que nos hizo decantar la balanza. Queríamos repetir experiencia. Ver a Jonathan Pierce darlo todo como lo hizo aquella vez. Ese sábado en el que también Barcelona se convertía en un ‘festival’ con Vampire Weekend tocando en la sala grande del mismo Razzmatazz. Juntos, pero no revueltos. Y donde ahora era el turno de ver a los de Brooklyn. Pero la cosa no salió según las previsiones. Y aunque parecía que apostábamos a caballo ganador, nos quedamos con un amargo sabor de boca. Los Drums que nos encontramos en la sala grande de Razz, que igual les sigue yendo un poco holgada, no fueron los de ese sábado 14 de noviembre, de hace un año. Igual es que activaron el ‘modo: entre semana’ y en fin de semana están más ‘enchufados’. ¿Quién sabe?. Pero ayer se notaban algo apáticos, cansados, aburridos, incluso ‘fríos’. Vimos la faceta más sosa de J.Pierce (aunque el grupo se sostiene gracias al él, sus poses y su voz) y compañía. Nos da pena y algo de rabia encontrarles así de ‘reguleros’. Porque sonar, sonaron bien. Una cosa no quita la otra. Sobre eso no hay mucha queja. Pero no ofrecieron show. No el que nos hubiera gustado repetir. Queríamos espectáculo y sabemos que lo saben dar. Nos apetecían los bailes desproporcionados, excesivos y algo exagerados de Pierce, que se mostró comedido. Demasiado. Nada que ver con el derroche de energía de hace un año, que dejó alucinados a todos los allí presentes.  

Algo ha pasado con The Drums o quizá fue algo puntual, un tropezón de una noche. Pierce y compañía: ‘vinieron, cumplieron’ pero no vencieron en la grande de un Razzmatazz medio lleno. En casi una hora de concierto estuvieron al 50% de sus energías o incluso, algunos, a menos, como el juguetón y danzarín Jacob Graham (guitarra) que se mostró MUY serio. Como alejado de lo que allí estaba ocurriendo.

En cuanto al repertorio del descafeinado show, que repetimos, no sonó NADA mal, se abrió con What you were, seguido por un gran Best friend, Mee and the moon, If he likes it let him do it…y así se iban entrelazando temas clásicos, pues el disco de debut de la banda ya es un clásico por sí mismo, con nuevos temas de su Portamento. Sonaron: Money, hilado con un I need fun in my life, Book revelation…hasta terminar con The future e irse sin hacer mucho ruido, ni hacer sonar, igual están cansados de él, su divertido: Let’s Go Surfing! (algo que ya hicieron en Madrid este pasado mes de septiembre) que el público, algo incrédulo por esa ausencia en el setlist, pidió sin éxito al final del directo.

Un directo, en definitiva, y mal que nos pese, que nos dejó fríos y algo decepcionados. Un show que nos obliga a poner en cuarentena eso de, The Drums: ‘forever and ever. Amen’.

No obstante, esperemos que este resbalón haya sido algo puntual, fruto de la desconcentración o la falta de inspiración de ese día y que vuelvan tan enérgicos como sabemos que saben serlo, pues lo demostraron hace un año.

Esta vez, nos toca hacerlo, les damos un tirón de orejas, nuestro toque de atención, aunque repetimos, que nos da un poco de rabia hacerlo porque seguimos creyendo que son una gran banda. Suenan bien. Es por ello también, que no perdemos la esperanza de que se repita lo que vimos hace un año.

Veremos, pues, qué nos encontramos la próxima vez que nos topemos con ellos sobre un escenario.

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