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‘Talihina Sky: The Story of Kings of Leon’. Un retrato interesante y divertido del clan Followill

Llovía y llovía en la ciudad de Barcelona el pasado viernes por la noche. Era uno de esos días en los que apetece quedarse en casa, tapado con una manta, viendo una buena peli o leyendo un buen libro. Pero a nosotros nos seducía más el plan que nos ofrecía el In-Edit Befeater. Así que decidimos ‘mojarnos’ por los Kings of Leon. Y no nos arrepentimos, al contrario. Talihina Sky es de esos documentales que se hacen difíciles de ‘explicar’. Y es que hay tantos momentos memorables y tantas escenas a destacar que es mejor verlas y sobre todo, disfrutarlas motu propio. Así que hacedlo, si tenéis ocasión.

Antes de la proyección del viernes, el propio director de la cinta y amigo personal de la banda de Talihina (Oklahoma), que son a su vez los mismos productores ejecutivos de la cinta (todo queda en casa), Stephen C. Mitchell, estuvo en la sala para explicar que había sido un placer encargarse de contar la historia de esta familia tan peculiar y fue el encargado, también, de dar las gracias al público por su asistencia, no sin antes manifestar su pesar porque los Kings of Leon en persona no estuviesen esa noche para compartir proyección y experiencias con todos los allí presentes, por encontrarse de gira por África. ¡Hubiera sido fantástico, sí!

Talihina Sky es mucho más que un documental sobre una banda de rock al uso. Retrata fielmente la historia de una familia. Una curiosa y nada convencional familia del sur de los Estados Unidos. Una granja, un pueblo modesto y la familia (el vecindario) de un predicador, son el escenario y el reparto de excepción, donde crecieron los Followill para convertirse, años más tarde, en una gran banda de rock. Rock: ‘la música del diablo’ precisamente, que les inculcaba su madre y que les prohibía escuchar de niños. ¡Lo que son las cosas y lo que gira la vida!.

Talihina Sky toma como punto de partida, precisamente, la reunión familiar anual de los Followill. El retorno a la ciudad de Talihina casi como héroes de los Kings of Leon. Una localidad que les va algo pequeña ya, que les es cada día un poco más extraña a los miembros de la banda, a pesar de haber crecido allí.

La cinta muestra imágenes de la infancia y la adolescencia de los Followill ahora Kings of Leon, en las que podemos ver a un fervoroso Caleb, quien aspiraba a ser predicador de la iglesia pentecostal, como su padre, cantando con Jones en un vídeo, casi casero, y que de bien seguro os va a hacer MUCHA gracia. Pues la imagen ‘modosita’ que muestran en esa actuación, en la que cantan góspel, está a años luz de su imagen actual. Imágenes domésticas, no profesionales, de antaño, que se trenzan con testimonios interesantes de todos los miembros de la familia. Que cuentan cómo eran y cómo son ahora, los miembros de la banda de Talihina. Podréis ver emocionarse a su  madre, ‘hipereligiosa’. Tampoco tienen desperdicio los testimonios del famoso ‘predicador’, padre de los Kings of Leon y patriarca de la familia. Y para nada os defraudarán, es más, puede que os fascinen, los abuelos, tíos y primos del clan Followill. Un clan digno de ser retratado en un documental como este, que combina el drama familiar con el humor y la ironía, el éxito, con el alcoholismo y las drogas, el fanatismo religioso, con la buena música ‘rock’ (música prohibida).

Todo excepcionalmente relatado y montado por el director de la cinta, Stephen C. Mitchell que sabe ordenar perfectamente bien las escenas en la humilde granja, donde veréis: serpientes, rifles, escenas en el río, juegos con herraduras, puro ‘far west’, con la vida actual y de éxito de la banda sureña: escenas de conciertos, grabaciones tensas, peleas entre los miembros de esta banda/familia antes y después de salir al escenario, la vida de hotel en hotel. Peleas entre las que destaca una concretamente, que llamará vuestra atención y en la que Caleb es el protagonista que recibe una buena reprimenda, un buen ‘sermón’ y nunca mejor dicho, por parte de uno de sus hermanos. Así, escenas de intimidad, sin maquillaje, sin ocultar el lado oscuro, sacando los trapos sucios de una familia a la luz, hasta hilar un argumento coherente gracias a los testimonios de familiares, vecinos y los propios miembros de los Kings of Leon en persona que cuentan su historia.  Dando protagonismo, y mucho, y no es para menos, al carismático y entrañable tío Cleo, a quien va dedicado éste documental. Y si lo veis, sabréis porqué es tan merecidísimo el tributo y homenaje a esta persona tan allegada a la banda. Pues en el tiempo que dura el metraje ya se hace querer.

En definitiva, Talihina Sky: The Story of Kings of Leon es un film de contrastes. Un viaje a las raíces de los Followill ahora convertidos en banda de éxito.  La historia no sólo de un grupo, sino de una familia. Una cinta que contiene mucho más que música. Y es que la música, que la hay, pertenece a una banda, que a la vez es un clan, no lo olvidemos. Esta cinta nos ayuda a entender un poco más el ADN de los Kings of Leon, el porqué son como son. Uno de los documentales de este In-Edit Beefeater con el que hemos salidos más satisfechos. Entretenido, interesante, emotivo y divertido  y que optaba al premio del público que finalmente no ha podido conseguir. Lo podía haber obtenido, méritos no le faltaban, aunque la competencia sí era bastante dura.
Y el último de los documentales a los que pudimos asistir, en un In-Edit Beefeater que ha batido el records de asistencia y no es para menos, pues la oferta era de lo más atractiva. A nosotros, desde luego, se nos han quedado muchos en el tintero. Lo lamentamos. El año que viene nos prepararemos a consciencia para la maratón de documentales, ¡palabra!

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