El arranque del SXSW de este año está viéndose algo empañado por la polémica. Para empezar, Michael Sanders, guitarrista de la banda local Löwin que tenía previstos tres conciertos en el festival, recibió un disparo en el hombro cuando volvía a su casa tras presenciar la actuación de A Giant Dog por parte de tres asaltantes que le robaron el móvil y la cartera cerca de su casa. Afortunadamente, Sanders se está recuperando sin problema, aunque afirmó tener la impresión de que sus asaltantes tenía perfectamente planeado atracar a personas que asisten a conciertos del festival, por lo que la preocupación por la seguridad se está tomando muy en serio por parte de los organizadores.
Pero no ha sido el único inconveniente que la organización se ha encontrado por ahora. Después de la polémica por la cláusula del contrato que firmaban las bandas en la que ponía que el festival podía denunciar a las bandas participantes a las autoridades de inmigración y que se han visto obligados a eliminar para el año próximo, una banda italiana que se dirigía a actuar en el festival ha sido deportada de vuelta a su país de origen. No ha tenido nada que ver con la cláusula en cuestión, pero evidentemente está dando mucho que hablar de nuevo.
Soviet Soviet, que así se llama la banda, llegó el pasado miércoles a Seattle pero los oficiales de inmigración del aeropuerto no les dejaron entrar al país tras interrogarles durante cuatro horas, tras lo que pasaron la noche en el calabozo antes de ser enviados de vuelta a Italia al día siguiente. Y eso que tenían varias actuaciones confirmadas en Austin y en la radio KEXP de Seattle. El problema, que aunque no iban a cobrar por ellas, las autoridades no les creyeron y les pidieron un visado de trabajo que no tenían. Nada importó que el sello del grupo lo intentase explicar, y la banda tuvo que volverse.
Hechos como estos emborronan definitivamente uno de los mejores festivales mundiales. Esperemos que no haya más problemas.
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