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SMITH WESTERNS – SOFT WILL

SMITH WESTERNS - SOFT WILL

Hay una frase curiosa en la biografía de Smith Westerns en AllMusic: “Ninguno de los miembros del grupo era lo suficientemente mayor para comprar una cerveza cuando lanzaron su primer álbum”. Se refiere a 2009, cuando sacaron su debut Smith Westerns, pero la frase muestra la juventud que respira y transpira el grupo. Con su tercer disco Soft Will, el grupo de Chicago corrobora el viraje de su pop lo-fi hacia el sonido glam de los 70 y algunos grupos de los 90 (las referencias a Oasis son abundantes) en un LP fresco y muy melódico donde aparecen muy presentes los amores, inseguridades y anhelos característicos de la juventud.

El comienzo no puede ser más alentador. Arranca 3am Spiritual, resplandeciente y alegre, con una guitarra que acompaña a la voz de Cullen Omori en una canción que gustará a los fans de The Shins. Las buenas sensaciones se confirman en Idol, sin duda una de sus mejores bazas. Tell Me The Answer When I’m Not Sure piden Smith Westerns en un estribillo brillante, pero a la vez melancólico, algo que tan bien hacen otros contemporáneos como Wild Nothing o Jeremy Jay. El triplete inicial lo completa Glossed y su arpegio de guitarra que parece sacado de aquellos R.E.M. de Out of Time.  Vitamina pop pura.

Un instrumental al estilo Pink Floyd deja al oyente en fuera de juego antes de que los teclados y la pequeña dosis de épica de Fool Proof retomen el pulso. A estas alturas del LP la acumulación de melodías pegadizas es un argumento incontestable. Soft Will sigue la estela del más que recomendable Dye It Blonde pero resulta más ligero que su predecesor al prescindir de los pasajes más barrocos (repite el productor Chris Coady, colaborador de Beach House y TV On the Radio entre otros). Eso sí, un impulso nostálgico planea por todo el álbum tras la apariencia luminosa de sus canciones, como en el medio tiempo White Oath (El estribillo I’m trying to catch my breath es tan heredero de los hermanos Gallagher…). El problema es que en bastantes ocasiones las letras son de una sencillez tan aplastante que bordean el sonrojo, como en el resbalón de Best Friend.

Al final la estupenda Varsity recuerda lo que todos los jóvenes pensamos alguna vez: “I know it’s hard to be alone”. Hay muchas razones en estos escasos 40 minutos para creer en Smith Westerns como una promesa ya real del indie-pop estadounidense. Pero también son legítimas algunas dudas que plantean que este dulce LP pueda diluirse como un azucarillo conforme pase el tiempo. A la espera del veredicto, conviene disfrutar (y mucho) de este inspirado grupo que se recrea en la juventud, con sus errores y aciertos, haciendo de ello una envidiable y sana virtud.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7,5/10

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