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Segunda jornada en Low Cost Festival: Música para todos los públicos

VETUSTA MORLA

El segundo día del Low Cost Festival amaneció con unos nubarrones bastante sospechosos que nos hicieron estar preguntándonos todo el día qué pasaría si llovía y la cosa se ponía chunga. ¿Habría plan B, o directamente iríamos a la cancelación? Al final, el tiempo se apiadó de nosotros y decidió dejar para otro momento las tormentas que podían haber mandado a paseo una jornada que teníamos marcada en rojo en el calendario del festival por dos conciertos en concreto: el de Vetusta Morla y el de Crystal Castles. Estas dos elecciones dejaban claro que nos encontrábamos ante el día con el cartel de mayores contrastes, pero que daba una oportunidad a todo tipo de público.

Aunque nuestra primera parada estipulada era la del concierto de los tricantinos, tuvimos tiempo para asistir al tramo final del show de Ok Go. La que escribe y firma esta crónica no es que sea muy fan de esta banda. Reconozco que lo único que me llama la atención de los norteamericanos es Here It Goes Again y su famoso clip de las cintas de correr, así como el vídeo lleno de perros de White Knuckles. Pero, movida por la curiosidad, decidí que era el día perfecto para concederles una oportunidad. Qué quieren que les diga: me aburrieron sobremanera. Insisto en que sólo llegué a la última parte del show, así que no puedo dar una visión del concierto al completo. Pero esos 3 ó 4 temas que escuché fueron más que suficientes para poner punto y final a la experiencia. Tierra de por medio con el escenario Budweiser, nos dirigimos hacia el LCF donde tan buenos ratos pasamos el día anterior con los conciertos de Lori Meyers, Fangoria y Supersubmarina. No nos equivocamos al elegir este espacio: Delafé y las Flores Azules tenían movilizados a un gran número de asistentes bailando sin parar. Y es que, a pesar de lo diferente de su propuesta musical, Óscar y Helena saben meterse al público en el bolsillo a base de estribillos pegadizos, vitalidad y simpatía a raudales.

A las 23:15 volvimos el Budweiser para presenciar uno de los conciertos más esperados de la noche, el de Vetusta Morla. En cuestión de minutos, el campo de fútbol se llenó de gente que irrumpió en gritos y aplausos cuando los madrileños saltaron al escenario y arrancaron con Los Días Raros, el primer single de su nuevo álbum, Mapas. Los madrileños arrasaron, sin medias tintas. Y eso a pesar de los problemas de sonido. En varias ocasiones, la voz de Pucho quedó oculta entre las guitarras y la percusión, y no entendimos ni una sola de las palabras que dedicó a los presentes (y eso que estábamos en el centro del campo). La cosa es que, en ese escenario, la situación se volvió a repetir en otros conciertos, así que nos queda saber de quién fue la “culpa”. Sea como fuere, Vetusta Morla dieron un espectáculo enorme. Da igual las críticas que esté recibiendo el nuevo álbum de la banda: a la gente le gusta, y se está aprendiendo las canciones al dedillo. Pero también es obligatorio señalar que lo más coreado fueron temas como Valiente o La cuadratura del círculo, ambas pertenecientes a Un día en el mundo.

Con el buen sabor de boca que nos habían dejado los de Tres Cantos, nos debatimos entre Catpeople y Mika. Como fuimos incapaces de decidirnos, les concedimos unos minutos a ambos. Tantos los unos como los otros dieron muy buenos conciertos, si bien es cierto que el pop de Mika atrajo a más personal, cosa que nos dio algo de lástima, puesto que el directo de Catpeople es grandioso. El caso es que a punto estuvimos de quedarnos sin el concierto de la estrella del pop, puesto que los aviones le jugaron una mala pasada y se dice que el cantante llegó tan sólo unos minutos antes de que comenzara su actuación. Ni prueba de sonido ni nada: Mika se puso los problemas por montera y salió a capear el temporal con la bandera de España y con un repertorio de sus canciones más conocidas y su tan característico falsete. ¿Algún problema? Nada de nada. El cantante demostró que si ha conseguido el título de estrella del pop internacional es porque realmente lo vale. Cantó, bailó, se movió de un lado para otro, toreó a los miembros de su banda con la bandera y no dejó de hablar con los asistentes en español. Así, más de uno decidió sacrificar los primeros temas de la actuación de Crystal Castles por ver hasta el final el concierto de Mika. Y es que quizá uno de los problemas del festival han sido los solapamientos de algunas actuaciones.

El caso es que, cuando el dúo de electrónica conformado por Ethan Kath y Alice Glass empezó su actuación, no es que el escenario LCF estuviera hasta los topes, pero nada más finalizar el espectáculo de Mika el aumento de público fue considerable y se mantuvo hasta el final. Crystal Castles ofrecieron un concierto impresionante, si bien no tan demoledor como en otras ocasiones. Dieron una imagen algo más comedida de lo habitual, si bien Alice bailó sin tregua, se subió por todas partes, cantó y se desgañitó como sólo ella sabe hacer. Ethan realizó un trabajo brillante con sus teclados y sintetizadores, haciéndonos creer en ocasiones que lo que sonaba no podía ser música en directo, porque sonaba casi tan perfecto como en los discos. Fue una hora y media de concierto en la que el público no dejó de saltar y bailar, y que llegó al límite de sus fuerzas cuando sonó I’m not in love, el tema que ha puesto a Crystal Castles en boca de todo el mundo. No es de extrañar que, después de tan extenuante espectáculo, más de uno decidiera poner fin a su día en el Low Cost. Nosotros, con todo el dolor de nuestro corazón, fuimos de este grupo que decidió sacrificar la actuación de Cut Copy para reponer fuerzas para el fin de fiesta del día siguiente. Después de los comentarios que leímos, aún nos arrepentimos de habernos perdido a los australianos.

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