Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, y debido a los cambios en la industria musical, muchos conciertos se retransmiten a todo el mundo a través de los cines y en directo. La inversión es mínima, las ganancias cuantiosas y el abanico de gente que acepta ir es mayor, tanto por precio como por comodidad.
Esta vez, Red Hot Chili Peppers dieron un concierto en directo desde Colonia que fue retransmitido a más de 39 países el mismo día en el que salía a la venta su nuevo álbum, I’m With You.
El éxito, como era de esperar, fue grande. Las cifras publicadas arrojan una media de ocupación en las salas de cine de más del 70%. Teniendo en cuenta que era un martes caluroso de agosto, y que muchas películas de presupuestos millonarios no superan el 30% en mejores fechas, el negocio está a la vista.
Lo que ofreció la banda de California fue un concierto básico de presentación en el E-Werk de la ciudad alemana. Básico porque se trataba de una presentación de su nuevo trabajo. Reprodujeron todo el álbum menos Even You Brutus?, pero como regalo dejaron Me & My Friends, de 1987 y Give It Away, que puso punto y final.
Lo que se extrae de todo ello es que la adaptación de Josh Klinghoffer al grupo es total. Probablemente nunca la necesitó. El examen era difícil con miles y miles de personas que en directo esperaban ver cómo era el nuevo guitarrista. Ahora sabemos que aporta un toque renovado y fresco, que sus sonidos no tienen nada que ver con John Frusciante, su antecesor, y que en directo siguen sonando igual de bien que antaño. Chad Smith sigue golpeando la batería como si fuera su último concierto, Flea sigue moviéndose nervioso a pesar de pasar los años, y Anthony Kiedis mantiene esa pose de líder que lo hace único y, lo que es mejor, su voz mejora con el paso de los días.
La estructura del evento se dividía en media hora previa al concierto con imágenes de la ciudad de Colonia a modo de presentación y una entrevista al grupo, donde hablaron de su pasado, presente y futuro, de Josh, de I’m With You, del concierto, de la juventud y de música.
Tras eso, el concierto. Fueron soltando por orden escrupuloso las canciones de su último trabajo. El público alemán respondió a un concierto perfecto, pese al poco rodaje y los cambios. Y es que la apuesta era arriesgada porque saber que no vas a escuchar Under The Bridge o Scar Tissue, sino canciones desconocidas hasta entonces y que el público aun así enloquezca y que las críticas sean muy favorables, indican que no se trata de un grupo normal.
Será el talento, o la experiencia, o ambas cosas. Todo puede ser.
