Ya sabíamos que el líder de Radiohead no es muy amigo de las redes sociales como Spotify, de donde retiró toda su producción tanto con Radiohead como en solitario y lo calificó como el »último gas de un cadáver» en un alegato por la música física. Sin duda, una curiosa metáfora del streaming, algo que se ha convertido el día a día tanto de artistas como de los que escuchamos música y que, sin duda, será una guerra entre plataformas.
Ahora el músico arremete contra YouTube en la víspera de lanzamiento de su nuevo disco en solitario y del próximo de Radiohead (ambos por supuesto fuera de toda industria online). En una entrevista para el diario italiano La Repubblica, habló acerca de la red social para la subida de vídeos más conocida en todo el mundo y de la polémica de AdBlocker, algo que según la compañía es »injusto» porque la publicidad es el ingreso principal de la plataforma. »La publicidad genera enormes cantidades de dinero, mientras que los artistas no reciben remuneración alguna o cantidades irrisorias», así hablaba Yorke acerca de las políticas de estas empresas con respecto a los artistas. Sin embargo, Yorke no es capaz de afirmar una solución a la situación actual de la música, »solo sé que están obteniendo enormes beneficios a costa de la creación ajena».
Quizás la solución esté en plantear sistemas premium, ya que los beneficios de YouTube no son tan altos como el frontman de Radiohead insinúa. El formato vinilo del que tanto habla genera más beneficios en Reino Unido que la plataforma de Google. Mucho menos será este beneficio para los artistas.
Precisamente de este expolio cultural vino la comparación la Alemania nazi, »la política de estos proveedores se basa en: perdona, ¿es esto tuyo? Ahora es nuestro. No, no, estoy bromeando, siempre ha sido tuyo. Así lo definen. Es como lo que hacían los nazis durante la segunda guerra mundial. De hecho todo lo que hicieron ellos y los británicos: robar obras artísticas de otros países. ¿Qué diferencia hay?». De este modo ninguna y tal como lo señala Yorke esta guerra quizás no sea solo entre plataformas, sino que los artistas también formen parte de esta cruzada por una cultura justa y una música remunerada.