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Plan B – Ill Manors

PLAN BBen Drew es un tipo de palabra. Advirtió que volvería a su amado rap tras el exitazo de The Defamation Of Strickland Banks. Plan B ha cumplido su promesa con creces y nos ha obsequiado con una película que haga la corte a su nuevo material. Ill Manors es un relato callejero que narra los disturbios sucedidos en Londres hace apenas un año. Y su música se torna barriobajera, cercana a la calle y a ese latir único que tienen las barriadas multiculturales de la vieja Inglaterra. En fin, un disco de época.

No se me ha ido la olla. No se trata de esos discos que marcan una generación, ni mucho menos. Este álbum se adelanta a una tendencia en la música que se hará masiva dentro de un breve espacio de tiempo. Es un grito generacional cuya repercusión no será la que merece. Es simplemente un adelanto de lo que vendrá. Con la que está cayendo la música debe girarse hacia la calle, hacia lo que sufren esas personas anónimas que compran discos o los descargan. Una demanda que a buen seguro muchos aprovecharán. Una demanda de tendencias callejeras, críticas y necesarias que ya se intuían en el último trabajo de Plan B. Nada nuevo en su carrera. Su disfraz de Strickland Banks ya vislumbraba una ácida crítica social que en su Ill Manors – película y disco – ya son evidentes. Todo ello bajo la atmósfera urbana de la última música con voz para quejarse: el rap hace de este LP una joya retro y a la vez vanguardista, con una elegancia muy británica y un sinfín de influencias más que interesantes. rap clásico, trip-hop, rythm and blues, soul o incluso un poco de Bristol Sound asoman por sus canciones.

Ill Manors fluye en medio de tendencias callejeras que te sumergen en esos barrios que forman la columna vertebral de las ciudades, aunque nadie se dé ni cuenta. El single del álbum lleva
su nombre. Un buen ejemplo de lo que te espera. Rap melódico con tintes muy retros pero con una elegancia y fuerza interiores que la convierten en un tema muy expresivo que mueve a la acción. I am the narrator tiene un toque de rap ochentero que le concede un encanto especial. La colaboración de Plan B con el rapero Takura se salda con un rap rítmico con mucho que decir y con momentos muy cercanos al trip-hop más salvaje. Mi debilidad dentro de este disco es Playing with fire. Labrinth – siempre imprescindibles – aportan un plus de clase al álbum. Fondos soul, carantoña al Bristol Sound más añejo. Sin duda una gran elección para una tarde combativa. Por su parte, Deepest Shame es lo más parecido al rythm and blues del anterior disco de Plan B. Tiene un aire soul que en su fusión con rap suena endemoniadamente bien. Una especie de balada rap que funciona muy bien. Pity the plight tiene un inicio muy Aloe Blacc para acabar siendo uno de los temas que mejor definen el rap británico. Otros muy buenos ejemplos de este género podrían ser Lost my way y Falling Down. Ésta última puede considerarse otro de los imprescindibles del LP. Su atmósfera oscura te envuelve y te descubre la sonoridad que esconde el rap. Por último, no dejes de escuchar Live Once, un rythm and blues con un mensaje y una sonoridad únicas.

Ill Manors supone un adelanto en el posicionamiento de la música comercial en cuanto a problemas sociales reales. Se hace necesario que los artistas apuesten por temas vinculados a los problemas de la calle, justo ahora que todos estamos sufriendo una dura época de agotamiento sistémico, un punto de no retorno en el que la gente desea ser escuchada y hacerse oír. Y si se hace con estilo, a través de una propuesta musical que huele a calle y que suena realmente bien, mejor. A través de un disco que no te arrepentirás de tener en tu colección. Por fin, alguien nos habla de lo que pasa en esos barrios olvidados de las grandes ciudades. Alguien que nos habla, en definitiva, de cosas que estamos padeciendo todos.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10

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