Segundo día de música en el Ojeando Festival 2011. Sábado y eso se notó en el pueblo de Ojén: calles llenas de gente, muchas vueltas para aparcar y bandas tocando por todas partes. Mestizzas, Borgenine, Stone Pillow o Briatore fueron algunos de los que se encargaron de ponerle la banda sonora a las primeras horas de la noche. Una noche que, a pesar de las aglomeraciones, se presentaba relajada en el Escenario Patio. El concierto de El País Musicano se retrasó una media hora, por lo que el público no parecía tener prisa por hacerse un hueco en las primeras filas. Cuando los malagueños salieron por fin al escenario, supieron recompensar muy bien la espera sufrida por sus fans y agradecieron además todo el apoyo recibido y, por supuesto, la oportunidad de compartir el escenario con grandes nombres como Sexy Sadie, con quienes El País Musicano ya tuvo ocasión de tocar hace unos años.
Mientras esperábamos a Pony Bravo, surgieron las primeras sentadas para no perder el sitio. Poco después los sevillanos subían al escenario y desplegaban todo su arte: Noche de setas, Ninja de fuego, El rayo, La Rave de Dios… Las canciones, con el sello inconfundible de Pony Bravo, se sucedían y no tardó en salir a relucir el lado «reivindicativo» de la banda, que dedicó Super broker a Teddy Bautista. A los primerizos, si algo les sorprende de este grupo es su propuesta musical desenfadada y la habilidad que tienen sus miembros para intercambiarse los instrumentos. El final llegó con China da miedo y los aplausos del personal.
Llegó el turno del señor Nacho Vegas y, con él, los empujones para poder verlo mejor. El asturiano llenó el Escenario Patio aunque se hizo esperar: fuimos testigos de las pruebas de sonido del técnico, que quiso asegurarse de que todo sonaba adecuadamente (eléctrica, acústica, mandolina y banjo incluidos), y de su puesta en escena, basada en velas y luces bajas. La espera se nos olvidó cuando apareció de traje, se colgó la guitarra, se sirvió una cerveza y empezó a sonar Cuando te canses de mi. Con Días extraños y su barabambambam llegaron los primeros coros de un público que se emocionaba con Hablando de Marlén o Me he perdido.
En el ecuador de su actuación presentó a su banda, no sólo con nombres y apellidos, también con el nombre del partido político de cada uno. Arrancaba así la segunda parte del concierto. Todavía nos quedaba Nacho Vegas. Le pidieron temas como Ocho y medio o El jardín, pero Vegas los contentó a todos con Cosas que no hay que contar, Reloj sin manecillas, Perplejidad, Canción de Palacio y Nuevos planes, idénticas estrategias. Con La gran broma final y Perdimos el control el cantante puso punto y final a su paso por Ojén, a pesar de las voces que gritaban por «otra, otra».
3:30 de la madrugada. A estas alturas el cansancio empieza a hacer mella, pero por Sexy Sadie se aguanta todo. Teníamos muchas expectativas puestas en este concierto. Tras separarse hace cinco años, a comienzos de este 2011 los mallorquines decidieron volver a reunirse para hacer una gira muy especial. No hay duda de que lo de anoche fue especial. La banda liderada por Jaime García repasó algunos de los mejores temas de su extensa carrera: American girl, Someone like you, Scratch in my skin, Nonsense, Turn me on… ¡Hasta hubo un pequeño homenaje a los Pixies! Los fans estaban tan animados que alguno se subió a la valla y hasta la saltó para estar más cerca del grupo. Por su parte, los Sexy Sadie lo dieron todo, pudimos dar fe de ello por la cantidad de botellas de agua que Jaime se bebió y también por la cuerda que le rompió a una guitarra. Por supuesto hubo bises. ¿Qué tema no había sonado aún? In the water, con el que estalló la euforia entre los presentes. Algún afortunado volvió a casa con una toalla usada por el grupo. Nosotros nos llevamos el setlist.
Y se nos acabó el Ojeando Festival 2011. ¿Anécdotas y curiosidades de este año? La primera, que alguien le pidiera a Miss Caffeína que cantara Copenhague de Vetusta Morla. Después, la púa de Supersubmarina que casi hace perder un ojo a una servidora porque Pope la lanzó con muchas ganas. Ver a Christina Rosenvinge en un lateral del escenario durante la actuación de Nacho Vegas. Que Vegas fuese el único al que se le acopló el sonido dos veces a pesar de las pruebas de su técnico. El calor que pasó Jaime, de Sexy Sadie, por culpa del foco que tenía justo encima. La buena cobertura que ha hecho la organización, que ha tenido al fotógrafo Javier Rosa recorriéndose el escenario de punta a punta. Señores, hasta el año que viene.