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Nudozurdo, el pop ya no es lo que era

NUDOZURDO

Fecha: 9 de Junio de 2011

Lugar: Sala Rock Kitchen (Madrid)

A primera vista puede resultar sencillo hablar de una propuesta musical como la de Nudozurdo. El grupo madrileño ha conseguido mezclar su pop sentimental con la dosis justa de descarga guitarrera y atisbos noise, uniéndose de paso a toda una nueva generación de bandas indie-pop que pueblan los escenarios y festivales españoles. Sin embargo, lejos de seguir la corriente, el cuarteto ha conseguido colocarse en los márgenes del camino evitando tópicos y caminos ya transitados, aunque sin menospreciar por ello el valor de una buena melodía.

Anoche, en la madrileña sala Rock Kitchen, fue esta versión más melódica la que terminó venciendo por goleada. Y ello a pesar de que los encargados de abrir la velada fueron los toledanos La Débil, que con su música marcial a base de tormentas de ruido y ritmos hipnóticos, consiguieron elevar desde el primer minutos los decibelios de la sala. Una propuesta arriesgada que parecía convencer a los que iban llenando poco a poco el patio de butacas.

Para cuando Nudozurdo hacía acto de presencia sobre el escenario, la sala colgaba el cartel de completo y comenzaba el plato fuerte de la noche. Canciones como Prueba/Error o Prometo hacerte daño, de Tara Motor Hembra, despertaron los primeros aplausos del público. Con un set centrado en este nuevo trabajo, Sintética, el anterior trabajo de la banda, se presentaba como perfecto escudero de los nuevos temas de la banda. Sin embargo, a pesar de las dosis de experimentalidad y bulla guitarrera que desprende el nuevo álbum de los madrileños, el pop directo de Sintética fue el que terminó triunfando en esta particular batalla. Principalmente por un público que se sabía hasta la última línea de las letras. Temas como Ganar o Perder, Kamikaze, Ha sido Divertido o, lo más coreada de la noche, El hijo de dios, lograron caldear el ambiente de la sala.

Mención aparte para Leopoldo Mateos, capitán del barco de Nudozurdo y alma mater de la banda. El cantante, con su voz a lo Nacha Pop y su imagen de estrella frágil, sorprendió a más de uno con sus solos de guitarra y su desparpajo cuando la canción comenzaba a salirse de la partitura. No obstante, durante gran parte del concierto se mantuvo dentro del guión establecido, intentando convencer al público de la solidez de Nudozurdo sobre las tablas. Con este redactor lo consiguieron, sin embargo, se echo de menos una mayor interacción con el público. Apenas un “gracias” fue lo único que se pudo escuchar de la voz de Leopoldo cuando el grupo se despedía.

Por suerte para los más fans, lo cosa no terminó aquí y la banda volvía a saltar sobre el escenario para interpretar Mil espejos y Negativo, las dos canciones que abren Sintética y que, visto lo visto, se han convertido en himnos para los seguidores de la formación. Con la garganta al rojo y vivo y la sensación de querer algo más, se marchó el público de la sala Rock Kitchen. Nudozurdo, mientras tanto, siguen a lo suyo, creciendo noche a noche, sin grandes alardes, pero con pies de plomo, esperando su oportunidad para dar el gran salto.

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