Cuando muere un artista al que admiramos, deja un vacío imposible de rellenar, y solo queda recordarle y homenajearle escuchando su obra una y otra vez. En el caso de Dolores O’Riordan, jamás podremos olvidar su potente voz y su carisma encima de un escenario.
Cuando murió el pasado mes de junio en un hotel de Londres a los 46 años, no supimos exactamente la razón de su muerte, pero sí que no había nada que sospechase una muerte violenta o incluso un suicidio. Ahora, ocho meses después, la investigación realizada por las autoridades londinenses han demostrado que el fallecimiento de la cantante de The Cranberries se debió a un trágico accidente.
Según el informe, O’Riordan se ahogó en la bañera de su habitación después de haber ingerido una cantidad demasiado alta de alcohol mientras se daba un baño. Aunque se encontraron medicamentos en la habitación, su cuerpo no tenía dosis más allá de lo terapéutico que hagan pensar en una posible intencionalidad, aunque podemos sospechar que la mezcla con esa ingente cantidad de alcohol no fue precisamente adecuada.
Realmente, conociendo los detalles de la muerte, nos sentimos enormemente tristes de la sucesión de acontecimientos y malas decisiones que llevaron al fallecimiento del cantante.
En unos meses, su banda homenajeará su legado lanzando de nuevo su álbum debut por su 25º aniversario. Nosotros seguimos recordando a Dolores O’Riordan por su inmensa voz.