Érase una vez… en un reino no muy lejano… en una mañana cualquiera, una dulce y tierna chica de labios rojos se disponía a realizar un pequeño viaje a casa de su abuelita, por un bohemio y pastoril bosque lleno de hadas y magnolios en flor.
Pero todo bosque, como sabréis queridos lectores, está lleno de intrincados e inescrutables caminos.
La chica de labios rojos escogió su camino. Y en el camino, como sabréis queridos lectores, hay piedras, piedras y lobos.
La chica (que usaba casualmente un tono russian red en sus labios) mientras canturreaba y exponía su gentil caminar a la ley de la gravedad, encontró un lobo en el bosque.
Él, galante, se acercó. Se miraron. Y ella dijo: «I love your glasses« . Lo dijo así, de forma natural y espontánea.
Él, aturdido (ya que creía que llevar gafas siendo un lobo y en el bosque era de postureo) tornó su cara en felicidad y maravillado le contestó, «Enseñame a amar«.
La chica de los labios rojos se quedó muda. No le salían las palabras. Atónita. No sabía qué decir, por lo que decidió cantarle una canción. La música siempre presente en nuestras vidas, como sabréis queridos lectores.
Ella le dijo: «Te voy cantar la canción del verano, la canción de nuestra de vida, como un rayo que atraviesa las heridas«.
Lobo y chica de labios rojos (no confundir con Caperucita) se fundieron en un fraternal beso, rodeados por una iridiscencia de arco iris colores de fondo.
Pero no todo en la vida es cuento, como sabréis queridos lectores, por lo que él pidió su mano y le dijo:
– Ven, te voy a enseñar mi «Baile de Magos». Es aquí cerca, no temas, ¿ves Mi Fábrica de Baile?
-Sí, la veo.
– Pues es justo al lado.
Llegaron al lugar señalado y él, henchido de orgullo y valor, le dijo: «Soy un trovador tecno, canta mi canción».
Y aquí, a partir del minuto 4, Joe Crepúsculo y Russian Red cantan una hermosa tonada de tecno-bacalao: