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IRON & WINE – KISS EACH OTHER CLEAN

IRON & WINE - KISS EACH OTHER CLEANHace unos años, toda una generación de songwriters puso en entredicho a aquellos que pensaban que el folk estaba pasado de moda. Hoy son muchos los artistas de esa hornada que han terminado desertando de las filas del indie-folk, que ellos mismo ayudaron a edificar. Uno de los que aún no había recorrido ese camino era Sam Beam (alias Iron & Wine). Al menos hasta Kiss each other clean, un disco en el que deja a un lado su faceta intimista y abraza territorios más orientados al pop.
Y aunque alguno se pueda rasgar las vestiduras, acusando al pobre Sam de pasarse al lado oscuro, escuchando el disco se dará cuenta de lo que puede llegar a dar de sí el pop si se cocina a fuego lento, con el mimo que pone Iron & Wine en cada una de sus composiciones.
Si en el pasado el compositor parecía querer decirnos más con menos, manteniendo su papel de cantautor a la guitarra, pero sin renunciar a utilizar el resto de instrumentos como ingredientes de un gran laboratorio sonoro; hoy las canciones se edifican sobre sutiles beats electrónicos (Monkeys Uptown) y ritmos que invitan al movimiento y a la improvisación (Rabbit Will Run).
Pop de altos vueltos con un sonido cercano a lo analógico, elaborado y, al mismo tiempo, sin perder un gramo de autenticidad. Sam Beam y su tropa reivindican el viejo sonido de la radio, ese que escuchaban nuestros padres allá por mediados de los setenta. Nos invitan a poner su disco en el transmisor del coche y dejarnos llevar.
Quizás el corte que abre el álbum (Walking Far From Home) pueda sorprender a Iron & Wine recorriendo rutas poco transitadas. Quizás un exceso de producción, quizás un intento por asentar las canciones en una estructura más convencional. Pero ya en el segundo tema volvemos a sentirnos como en casa, navegando en aguas más cercanas a The Shepherd’s Dog, el anterior trabajo de la banda.
Aunque a las primeras de cambio algo nos obligue a subir el volumen. Un saxofón que se intuye de fondo, una orquestación más pomposa que termina de explotar en temas como Big Burned Band y Your Fake Name Is Good Enough For Me, que abrazan el funk-rock sin complejos. Iron & Wine contruyendo composiciones más elaboradas, con una estructura más marcada y que efectivamente se alejan del indie-folk que les dio a conocer.
La voz de Sam coge fuerza, gana en matices, manteniendo el idilio con una instrumentación de la que seguimos enamorados desde su anterior álbum. Claro que en The Shepherd’s Dog Iron & Wine contaba entre sus filas con la gente de Calexico, firmes defensores de la experimentación fronteriza (no puedo dejar de recomendar In The Reins, el disco-colaboración entre ambos).
En esta ocasión, Sam Beam ha decidido caminar a solas, crear su propia paleta de sonidos, cultivar un terreno autóctono. Aunque a ratos recupere lo que mejor sabe hacer, esa vieja receta de la balada pastoral (Godless Brother In Love). Precisamente ahora que el folk parece algo normalizado entre la nación indie, nadie podrá acusarle de no dar un paso hacia delante y buscar nuevos horizontes. Sin tener por ello que renunciar a un estilo inconfundible, que le ha servido para ganarse una merecida reputación como cantante y compositor.
Definitivamente, una de las novedades de este nuevo año que se nos viene encima.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9/10

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