El viernes fue el primer día que pudimos ver Maktub en los cines de toda España. Aunque ha tenido bastante presencia en los medios y todo el mundo ha visto, en cuanto al menos, el tráiler en la tele, hay alguna cosa que no todos saben, y que es más que importante.
La película está concebida como un cuento navideño. Así, narra la historia de cómo un hombre en plena crisis personal y matrimonial conoce casualmente a Antonio, un niño que padece cáncer, y cómo el uno se vuelve imprescindible para el otro y el otro para el uno. Una pequeña casualidad hace que cambien sus vidas, para mejor, que acaben formando una nueva gran familia en la que se integran dos mundos que parecían tan distintos, y que acaben celebrando la navidad juntos.
Hasta aquí es todo genial, pero hay mucho más. La película, dirigida por Paco Arango, que se estrena en el cine después de haber trabajado mucho tiempo en música y en tele, está estrechamente vinculada a la Fundación Aladina, de la que Arango es el presidente, y que se dedica a invertir fondos para ayudar a los niños que tienen cáncer a que su estancia en los hospitales sea más llevadera, a mantener una sonrisa viva siempre en ellos, a alimentarles la esperanza y, cómo no, a impulsar la investigación y la mejora de infraestructuras para estos niños. Así, Maktub será una película con un marcado carácter solidario, ya que el primer medio millón de euros de recaudación se dedicará a la construcción de una nueva unidad de transplantes de médula ósea en el Hospital Niño Jesús de Madrid.
Pero, además de ayudar a los demás, Arango se ha propuesto crear una película de la que salgas con ganas de vivir, con ganas de valorar todo lo que tienes alrededor, con ganas de sonreír y de apreciar cada pequeña cosa, cada pequeño momento. El argumento puede tirar para atrás de primeras a muchas personas sensibles con estos temas, pero Arango se encarga de aclararnos, según dijo en una entrevista a la Academia del Cine, que «mi película no es de cáncer, es de amor«. De amor, pues, es de lo que va esta película: de amor, de fe en el destino (‘Maktub’ significa en árabe «estaba escrito», y esa idea es el germen de la película), de la existencia de personas predestinadas a cambiar toda nuestra escala de valores, etc. Es una película optimista y vital.
Para rematarlo, el elenco es realmente de lujo: está encabezado por Aitana Sánchez-Gijón y Diego Peretti (para los despistados: ese actor que nos enamoró a muchos con las argentinas No sos vos, soy yo y ¿Quién dice que es fácil?), junto con Andoni Hernández San José, encargado de dar vida a Antonio, el niño con cáncer protagonista de la película y que está basado en un niño real que Paco Arango conoció en su trabajo con la fundación y que reconoce que le cambió radicalmente la vida por su optimismo, alegría y vitalidad pese a lo terrible de su enfermedad. A todos ellos se suman actores de primera línea que hacen que la calidad esté garantizada: Goya Toledo, Rosa María Sardá, Amparo Baró, Mariví Bilbao y otros muchos que convierten esta película en un auténtico ejemplo de saber hacer.
Resumiendo, parece que no hay excusas para no ir a verla: enseña, ayudas a los demás comprando tu entrada y además ofrece calidad. No es muy habitual encontrar todo esto en las pelícuas de Navidad, ¿no? Pues piénsalo a la hora de elegir a cuál vas de todas las que haya en los cines ahora mismo.
Os dejamos con el tráiler. Por cierto, se me olvidaba preguntarlo: ¿creéis en el destino?
