Amanece el segundo día del Granapop. Aunque es un decir… Aquí una servidora estaba acostándose a las 8 de la mañana. Lo bueno es que la pulserita ha sobrevivido a la primera jornada. ¡Bien! Hoy tenemos especial interés en Izal y Dinero. Tras pasar el día en reposo, a las 20.30 estaban abriendo fuego Shining Crane, una pareja con una curiosa propuesta con toques electrónicos y muy bailable. Les siguió, en formato trío para la ocasión, el pop melódico y multi-instrumentista (xilófono, triángulo…) de los granadinos Pájaro Jack. Con ellos nos relajamos antes de empezar el ascenso Ruidoblanco-Izal-Dinero.
Sin darme cuenta pasé de estar en un lateral a plantarme tan cerca del escenario que podía hacerle una radiografía a Salva de Ruidoblanco con el flash de mi cámara. ¿Qué voy a decir de los de Barcelona? Hace un par de semanas coincidimos en otro festival y resulta que ahora volvemos a vernos aquí. Cualquiera diría que los persigo. De hecho, mientras comían algo en la zona VIP hasta me reconocieron y saludaron desde el otro lado de la barra. Ruidoblanco entró a formar parte del cartel a última hora debido a problemas personales de Sr. Chinarro.
Y tan geniales como son como personas, también lo son musicalmente con sus canciones a dos voces en sus momentos más dulces y sacando las garras al final cuando toca meter ruido a base de guitarreos sucios. De lo mejor, el mix final con guiños a Love of Lesbian y Lori Meyers, entre otros. Además se llevaron un premio: Cristian, batería, fue el segundo premiado como Mejor Barba del festival, después de Davile Matellán.
Llegó Izal y yo seguía plantada en la primera fila del escenario, justo frente al micrófono. ¡Como para moverse del sitio cuando las fans ya estaban tomando posiciones! Ellos fueron la revelación de la noche con su Magia y efectos especiales. Mientras se preparaban, Mikel me pilló echándole un vistazo al setlist. La cosa prometía, pero no sabíamos que tanto. Estos chicos pusieron a saltar a Planta Baja sin nada que envidiar a lo que habían hecho Varry Brava el día anterior. Transmiten buen rollo y saben conectar con el público, animándolo a cantar y saltar. Gracias también a Emmanuel, su bajista, que le puso más ganas de nadie.
¿Grandes momentos de Izal? La mujer de verde fue el tema más emotivo y Magia y efectos especiales el más tarareado, sobre todo por su coro de fans. El tema explotó cuando la letra llegó a la frase que el bajista llevaba en su camiseta: «Todos a la mierda, sobre todo tú» –bien preparados que iban, por cierto, con su merchandising–. En fin, que acabaron literalmente por los suelos y yo espero repetir con ellos cuando pasen por Málaga en noviembre.
Dinero y ya no se cabía en las primeras filas. Al principio no entendía muy bien por qué tanta expectación: había escuchado el disco y estaban bien, pero una vez que arrancó el concierto… ¡madre mía! ¿Cómo pasar del pop al punk rock en un salto? Eso son los directos de Dinero, como una banda completamente nueva, una descarga eléctrica. Y yo, tan cerca que si me quitan la PA y me dejan con los monitores creo que no me entero. Quise tomar perspectiva y me fui hacia el final de la sala: todo lleno. Y Sean… ¿haciendo una foto del público con el móvil? Impresionantes estos chicos.
Recta final. Entramos en el tramo de bajada de la montaña rusa. Si la noche anterior el reto fue para Fon Román, quien tuvo que mantener el tipo después de Varry Brava, esta noche de sábado la papeleta fue para Kenedy después de Dinero. Salieron en acústico y con una guitarra prestada por Ruidoblanco. Esta es la tercera vez que veo a los sevillanos en directo (tras el Purapasta y su pequeño concierto en Málaga) y tengo que decir que fue el mejor de los tres y uno de los momentos musicales más bonitos del Granapop. Resulta que el mánager de los Kenedy cumplía años y sus chicos tuvieron el detalle de cantarle su canción favorita sin micro y mirándole directamente a los ojos. Precioso. Y creo que no fui la única que se quedó con ganas de más.
Pero no lloréis todavía que vienen los djs de Indiecaciones e Indiepollas. Además hubo tarta, unas palabras de los organizadores, aplausos y abucheos –a petición– para su presentador… Así cerramos el Planta Baja y nos fuimos hacia el Polaroid Club hasta el cierre. Había que celebrar el fin de fiesta. Por allí nos cruzamos con Pope de Supersubmarina y con alguno de los Plastic Frostik Machine. Es lo que tiene estar en Granada. El final era ya inevitable. Gracias a la organización y a todos los artistas por convertir el Granapop en una experiencia llena de buen rollo y muy solidaria, no lo olvidemos, porque se recaudaron 1200 euros para el Banco de Alimentos de Granada. ¿Cuándo repetimos?
