Hace unos meses traíamos una triste noticia: Gibson, la mítica firma de guitarras, se encontraba al borde de la bancarrota. Esto venía achacado a la disminución de las ventas, la cual había llevado a la empresa a hipotecar propiedades y vender stock para intentar mantenerse a flote, tal y como comentamos en su momento.
Ahora, sin embargo, los peores pronósticos se han hecho realidad: Gibson declara la bancarrota. Este martes se declaraba en este estado y presentaba un plan para intentar reflotar la empresa en un intento de seguir entre nosotros.
Desde Público informan que esta reforma será invisible para el público, ya que podrán seguir adquiriendo sin mayor problema instrumentos facturados por este gigante. Para seguir adelante, Gibson cerrará la división dedicada a la fabricación de aparatos de audio de gran consumo (algo que adquirieron a Philips en 2014) para centrarse de nuevo en los instrumentos. En un plano más técnico, desde Expansión comentan que los propietarios capitalizarán la deuda y asumirán parte de las acciones de la empresa. También recogen en el portal que representantes de Gibson han declarado en los juzgados que llevan su caso que la compra de la división de Philips fue un gran error que les ha llevado hasta este punto.
Cabe preguntarse si Gibson volverá a la vida después de aplicar este plan o si las guitarras de esta casa acabarán convirtiéndose en reliquias que no se podrán poner a la venta. Habrá que estar atentos.