¿A quién no le gusta ir al cine y que, de repente, la banda sonora sea de Arcade Fire, Bob Dylan o Vampire Weekend? Las bandas sonoras cobran un gran valor dentro de una película y muchas veces pueden llegar a determinar el éxito de la misma, y últimamente parece que el teatro está introduciendo la música independiente como hilo musical.
Hoy hemos descubierto que mientras que la banda folk Fleet Foxes, que se está tomando un descanso como banda tras la gira, Robin Pecknold (vocalista) participa en la composición de una partitura para la obra Wyoming, que se estrenará en Nueva York a finales de este mes. Mientras que ultima lo que sería su tercer álbum, se mantiene entretenido.
Pero no es la única incursión que hemos visto en los últimos tiempos: Jamie XX, miembro de The XX y conocido por tener capacidad para tocar prácticamente cualquier disciplina, compuso una pieza para la compañía de danza contemporánea de Manchester. Trees Of Codes no está en cartelera hasta julio, pero merecerá la pena esperar.
El bajista de la banda White Lies también colaboró en la composición de una revisión del clásico de Tennessee Willams La Gata sobre el tejado de Zinc. Claramente, la peor parte era adaptar a una pieza tan colosal un estilo musical mucho más oscuro que la propia obra. Pero resultó ser un éxito.
Goldfrapp tuvo la osadía de poner música a la tragedia griega Medea. Aunque la parte masculina del grupo tenía experiencia en este campo, era un reto muy complicado. Aunque ya ha finalizado la representación, salieron muy contentos con la experiencia.
También tenemos nuestro caso español, como es habitual: Alberto Jiménez (Miss Caffeina) compuso la canción principal de la exitosa obra La Llamada y Julio de la Rosa también dedica parte de su obra en la composición de canciones para piezas de teatro.
Nunca se sabe dónde se va a necesitar la música. Y este es sólo un sector: Cantantes como Björk han puesto música a performances de arte mientras que Owen Pallett ha realizado música para videojuegos.
No cabe duda que la música es la madre de las disciplinas, ¡Que se cierre el telón!