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Éxito del S.O.S4.8 por Lorca

LORI MEYERS

Siempre hay algún momento de la vida en el que los ordenados tienen desordenada su habitación, los silenciosos hacen ruido al llegar a casa a las tantas de la madrugada y los puntuales llegan tarde a algún sitio. Eso mismo me pasó a mí el jueves 30 de junio. Llevaba un par de semanas repasando el cartel del concierto benéfico SOS4.8 por Lorca y, desde que el martes se dio a conocer el horario del evento, iba visualizando mentalmente lo que nos depararía aquella atractiva noche de música non-stop y, para confirmar la regla que dice que siempre llego puntual a todos lados, se cumplió la excepción y llegué seis minutos tarde al Auditorio Víctor Villegas de Murcia. Esos inesperados seis minutos hicieron que no pudiera disfrutar de la banda murciana The Leadings. Llegué justo a tiempo para ver cómo el público le ofrecía un caluroso aplauso.

A partir de ahí, una vez sentado en mi butaca, pude disfrutar de la larga lista de artistas que se dieron cita para recaudar fondos a favor de los damnificados por el terremoto que sufrió el pasado 11 de mayo la localidad murciana de Lorca.

Los siguientes (los primeros para mí) fueron los cartageneros Los Últimos Bañistas, cuya única canción me supo a poco, esperaba escuchar más canciones de su primer larga duración que ha salido a la luz recientemente.

El primer artista no local en hacer su aparición en el escenario fue el mallorquín Lluis Albert Segura, más conocido como L.A.,  que hizo estremecer a todo el público con la potencia de su voz que eclipsaba el sonido de su propia guitarra.

El siguiente turno fue para los locales Second, que supieron agradar a sus seguidores y a los que no lo son tanto. La primera sorpresa de la noche vino de su mano cuando se les sumó en el escenario Jam Albarracín, integrante de Farmacia de Guardia, una de las bandas más rompedoras del panorama musical murciano de los años ochenta.

Antonio Luque, o lo que es lo mismo, Sr. Chinarro, les sucedió en el escenario con su “premonitoria” Babieca («La noche pasada soñé que Murcia iba a desaparecer…») y acabó haciendo un magnífico dúo con La Bien Querida, que seguidamente actuaría en solitario y a la que el público murciano le hacía honor a su nombre cada vez que abría la boca.

El siguiente turno fue para los también murcianos Klaus & Kinski, que sonaron tan bien como siempre a pesar de ser el primer concierto que realizan desde la ortodoncia de Marina.

Enric Montefusco, al que estamos acostumbrados a ver rodeado por el resto de componentes de su grupo Standstill, sonó muy bien en solitario y se echó al público al bolsillo a pesar de unos pequeños problemas iniciales con la guitarra. “A partir de aquí va a ir a mejor”, pronosticó y acertó.

Arizona Baby nos transportaron a una tierra de vaqueros y sheriffs sentados en el porche de su oficina o, por lo menos a mí me lo pareció. No los había visto nunca en directo y consiguieron atraer mi atención.

Annie B Sweet, nos regaló su dulce voz, una voz que a mi entender da para mucho más que para la actuación que pudimos ver en este concierto solidario. Me gustó mucho pero esperaba un poquito más.

Y llegó  el final, que tuvo mucho de apoteosis, con Kiko VenenoLori Meyers. El Maestro hizo gala de su gracia y su savoir-faire y, los granadinos, que en el pasado mes de mayo firmaron una de las mejores actuaciones del Festival SOS4.8, volvieron a triunfar e hicieron al público ponerse de pie. Vamos, todo un final feliz.

Entre actuación y actuación, se engarzaron los poemas de los Poetas en un Minuto de Silencio, (todos los poetas que han pasado por las cuatro ediciones del festival murciano) que no dijeron esta boca es mía pero nos ofrecieron unos bellos versos sobreimpresos en la pantalla. Me llegaron especialmente adentro los maravillosos versos de Javier Corcobado y Patti Smith.

Una gran noche en la que se tuvo muy presente a los damnificados por el terremoto de Lorca.

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