A pesar de la recientemente anunciada limitación del aforo de la madrileña (y mítica) sala La Riviera, sus conciertos de otoño siguen en pie (los de esta semana serán aplazados, de momento), algunos de ellos más alejados de sus propuestas habituales.
El afamado compositor Yann Tiersen pisará la capital el 18 de octubre, acompañado de Black English, en un evento indispensable para todos aquellos que alguna vez se hayan sentido hipnotizados por bandas sonoras como las de Amelie (2001) o Goodbye Lenin! (2003), por citar un par de ejemplos de su magnificente estilo.
Escuchando algunos de sus álbumes como L’Absente, Dust Lane o este último trabajo, Infinity, cualquiera se da cuenta de que Tiersen no es un músico al uso, la figura del clásico compositor de piano se desvanece en su figura experimental, siempre en la vanguardia que se difumina entre música clásica, rock, pop e incluso coqueteos con la electrónica.
Es este trabajo tan evocador como Infinity, grabado en Islandia y en idiomas tan variados como el bretón, el feroés e islandés, el que ha acercado al francés a la orilla de Madrid Río.
La cuenta atrás comienza para recibir a la experiencia memorable que seguramente nos regale el polifacético compositor, más allá de Comptine d’autre été, pues su capacidad de sorprender va mucho más allá. Es, probablemente, infinita.
