En este momento en el que conceptos como la renovación del flamenco o la extracción de elementos del mismo están a la orden del día, no está de más buscar otros referentes. Referentes de la regurgitación cultural tras un empacho de elementos regionales, actualidad rabiosa y ritmos desacomplejados como son Pony Bravo.
Los sevillanos llevan años desarrollando esa especie de feísmo que se escapa por los bordes de la cultura más iconoclasta. Llevando a la máxima elegancia la simbiosis de unos elementos en principio tan dispares. Y es que Pony Bravo no buscan el flamenco, ni la electrónica, ni los ritmos latinos, pero sin embargo todo emana de ellos como pasaría, de hecho, en una auténtica Rave de Dios.
Tras tres álbumes de estudio y un cuarto en futuro incierto, la banda ha demostrado la solidez suficiente para una auténtica renovación de la cultura alternativa andaluza. Esa que desde los años setenta con los máximos exponentes del rock andaluz se hallaba un poco estancada.
El ritmo imparable que subraya a base de batería y bajo las ácidas píldoras de la voz de Daniel Alonso es aún más imponente en directo. Aquí los pies se mueven solos mientras la sátira se despliega a sus anchas y el grupo te lleva a su zona de confort. Esa en la que La Voz del Hacha, El Rayo, El Político Neoliberal o Noche de Setas son auténticas veneraciones al caos lisérgico que a veces se muestra más ordenado que la realidad.
El próximo día 15 de diciembre a las 21:30 podrás ver a Pony Bravo en la Sala Apolo de Barcelona. Una auténtica oportunidad para presenciar a una banda con una personalidad inimitable.
