En cuanto a grandes figuras femeninas, en la historia ha habido incontables, sin embargo muy pocas han conseguido sobrevivir a la sentencia del completo olvido en el que se sume a la mayoría de las mujeres. Muy pocas artistas han conseguido alzarse entre la multitud y dejar huella, su sello. Edith Piaf fue sin duda una de estas mujeres.
El pequeño gorrión de la nación francesa. Una voz que nació en las calles y ascendió hasta lo más alto de la escala universal. Las canciones de Piaf y la emoción con la que transmite en su voz todo lo que ha vivido demuestran que llevaba a sus espaldas la carga de una vida muy densa. llena de experiencias frustradas y malos momentos, pero que a pesar de todo supo sobrellevar.
Ella fue la demostración de cómo una vida llena de desgracias puede florecer en una carrera artística de lo más intensa. Sus problemas familiares, la deficiencia como progenitores de sus padres, su tiempo en las calles, la muerte de su hija, la sospecha de asesinato, la muerte de su pareja. Solo una persona extraordinaria podría coger todo eso y transformarlo en la delicia que es su música.
Como casi todas las buenas artistas fue muy infravalorada en sus inicios, y abandonada totalmente a su suerte. La sociedad la rechazó antes de aprender a apreciarla por lo que era y elevarla a la categoría que se merecía; la de una gran mujer con una voz apabullante, que ha sido capaz de conmover a quien la oye durante más de cien años.
Non, je ne regrette rien, La vie en rose o Hymne a L’amour son solo algunos de los temas en los que Edith Piaf conseguía plasmar, tan solo con su voz, las emociones contenidas que forman parte de cada unx de nosotrxs.
La manera que tenía de demostrar una sensibilidad y una fuerza increíble al mismo tiempo puede considerarse, tal vez, como una de sus mayores virtudes. Su capacidad de supervivencia y su bagaje emocional eran partes intrínsecas de su voz, y posiblemente lo que la hacían tan especial. Y lo que hace que aún hoy se la tenga en tan alta estima y se la valore tánto como artista.
No me parece que pudiera haber un homenaje a la mujer sin recordar a este gorrión que consiguió alzarse por encima de cada uno de sus conflictos y sobrevolarnos a todxs.